Capítulo 9, Rescate

4 0 0
                                    

-Ya despierta... -suena una voz. Estoy tan confusa que no sé si es de hombre o mujer.

-... de agua. -es lo que alcanzo a escuchar. Acto seguido noto un chorro de agua templada caer sobre mi rostro.

Me despierto sobresaltada pero agradecida de que no fuera agua fría.

Me incorporo y una mano me ayuda sujetándome la espalda. Quedo sentada y atenta observo el alrededor: estoy en un lugar muy similar a la casa de Adrik, es más, la estancia parece estar dentro de un árbol también. La diferencia reside en que los colores de las paredes y muebles parecen más oscuros. Otra diferencia impactante es que la sala está decorada al estilo árabe/marroquí con muchísimos cojines y textiles. Yo estoy sentada sobre muchos cojines y una alfombra, del techo cuelga un velo que cubre los límites de esta.

-Me alegro de que hayas despertado, llevabas un buen rato inconsciente. -dice una voz aterciopelada a mi derecha. Me giro y veo a una joven sentada a mi lado, el pelo le cae suelto y liso por la espalda hasta el suelo. La luz de la habitación arranca unos destellos dorados de su cabello oscuro. Los ojos le brillan marrones y las facciones parecen estar hechas de seda. Lleva un vestido azul y gris suelto de tirantas con un pañuelo por encima y descalza.

-Respuestas, por favor... -se me ocurren mil preguntas pero es más sencillo así.

-Una amiga te encontró mal herida y te trajo aquí. Tus heridas eran graves pero no mortales, aunque si no te hubiera traído probablemente te habrías desangrado. -miro mi hombro izquierdo, está vendado.

-Me atrevería a mirar bajo las vendas, pero creo que prefiero no verlo.-intento apartar de mi cabeza el dolor punzante, me giro hacia ella.- ¿quién eres?

-Puedes llamarme Aurora, vivo aquí desde hace un año y medio. Dime, ¿quién eres tú? -dice sonriente.

-Puedes llamarme Nerac, y no vivo por aquí. Solo estoy de paso. -me dirige una mirada interrogativa y comprendo.- Unos... -si consigo que me deje en paz después de esta explicación me mereceré un aplauso.- Unos amigos me invitaron a su casa. -mueve la cabeza insatisfecha.- Discutí y me fui de mala manera. Cuando volvía un perro grande me atacó.

-Oh, así que fue un perro grande quien te atacó. Interesante, muy interesante.

Se levanta con cuidado para no molestarme y se dirige hacia otra estancia.

-¡Espera! ¿A dónde vas? -la llamo antes de que se vaya.

-Voy a por una toalla, para que puedas secarte la cara.

Me muerdo el labio inferior y asiento. Solo tarda un par de segundos en volver con una tela blanca.

-Gracias. -le digo aceptando la toalla. La paso con cuidado por todo mi rostro, el tejido es muy suave. Después de unos minutos estamos sentadas en lo equivalente a una mesa redonda negra tomando un té.

-¿Y cómo es que tus padres te criaron en Marruecos?

-Pues ...- fue a responder cuando unos golpes nos sobresaltan.- Debe ser Mara, la amiga que te trajo.

-Ah, pero ¿qué esos golpes son de una puerta?

-Claro. -se levanta y se va tras un separador de ambiente. Escucho un par de saludos y justo después aparecen Aurora y una chica impresionante. Ambas se sientan a mi lado.- Nerac ella es Mara. Mara -dice mirándola.- voy a darme un baño. Os dejo que os vayáis conociendo.

¿¡Qué!? Vaya excusa barata. Aurora desaparece tras una puerta. Me quedo mirando a Mara y siento que se me cae la baba; tiene el pelo corto, aunque un lado más que el otro, de un color como trigo. En la boca se le dibujan perfilados unos labios casi tan finos como su mandíbula. En los ojos le centellea un brillo dorado y misterioso, casi me pierdo en su mirada. El cuerpo se ve con curvas muy atractivas, cubierto por ropa que probablemente yo no me pondría jamás. Lleva unos vaqueros negros de cintura baja y unas botas militares. En lugar de llevar una camiseta normal como el resto de los mortales, lucre un corsé negro y morado con un escote que cuesta no mirarlo. No lleva ningún tipo de joya o maquillaje.

-¿Así que tú eres la chica que traje a rastras? -dice suavemente.

-Am... Esto, quiero preguntarte algo. ¿Cuándo me traías hacia aquí, ¿me desperté en algún momento?

-Sí, y te volví a dejar inconsciente. No sería bueno que supieras como llegar.

¿Está de broma, verdad?

-¿Eres consciente de que Aurora solo nos ha dejado sola porque no quería ver un choque de titanes? -dice juguetona. Se desata uno de los lazos del corsé y me da la sensación de que se me salen los ojos de las órbitas.

-¿A qué te refieres? -pregunto toda inocente.

Secretos de PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora