Recuerdos

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Hola chicxs, esta va a ser un maxi capítulo que describe el día a día de Kartah y Ciorsteidh, antes de que empezara la guerra contra Tàrion y las Bestias. No es un capítulo común, es más que nada un capricho a la imaginación. Disfrutad :)

-Cior, cariño -a mi madre no le gustaba ir a la compra con mi padre, decía que le metía prisa.- ve al pasillo de al lado y tráeme la comida para gatos, tu tía nos ha pedido que se la compremos de paso.

El supermercado no era muy grande que se diga, de hecho el nombre de "supermercado" no se ajustaba en lo absoluto a su realidad. En todo caso sería un a tienda alimenticia relativamente grande.
El suelo era de baldosas negras y blancas, las paredes tenían gotelé y carteles de promociones de 2x1 en cada esquina. El aire era denso, olía al pescado del pasillo del fondo.
Los estantes eran metálicos y la comida no era de la mejor calidad que se diga. La luz se esforzaba por pasar tras las ventanas cubiertas de polvo, los focos eran necesarios.

-Mamá, -ella me miró.- ¿De verdad era necesario venir a este sitio a comprar? Las ventanas están sucias y no me extrañaría si encontrara telarañas en alguna esquina.

-Vamos a ver Cior, aquí solo vamos a comprar unas cosas relájate. Después vamos a Mercadona y compramos el resto.

Quise darme un chocazo contra una de esas paredes rugosas.

Después de unos minutos que consideré perdidos, subimos al coche con las bolsas de la comida de mi tía y un par de collares de bisutería de los que mi madre se encaprichó.

La mañana pasó sin muchos más incidentes, hicimos la compra y para cuando volvimos mi padre estaba trabajando en su ordenador hasta que se puso a guardar la compra con mi madre.
Nuestra casa era de unas urbanizaciones en la periferia del centro de la ciudad. Mi habitación estaba en el piso de arriba. Las escaleras estaban cerca de la puerta. Al subir, había un mini rellano que daba a dos puertas a la izquierda (la más cercana a las escaleras mi habitación y al lado la del estudio), en frente mi baño, y a la derecha la habitación de mis padres con su baño privado.
Entré en mi habitación y fui directa a tirarme en mi cama. 

Cogí mi teléfono y marqué el número de Kartah, ya me lo había aprendido de memoria. Del móvil salían pitidos intermitentes hasta que saltó el contestador automático. 

-El teléfono al que llama no está disponible. Por favor, deje su mensaje después de...

Antes de escuchar la "señal" colgué la llamada. No lo entendía, siempre me cogía las llamadas.

-Bu. 

Me giré sobresaltada para ver como el infantil de mi medio hermano salía de debajo de la cama para asustarme. Se acomodó su pelo negro y me miró con esos profundos ojos oscuros.

-Me has asustado idiota. 

Tiré de su camiseta blanca para tumbarle conmigo en la cama, el roce de sus vaqueros negros con mis piernas desnudas resultaba áspero y desagradable. Yo solo llevaba una camiseta larga de Stars Wars y unas bragas y calcetines a juego de Harry Potter  a modo de pijama. 

-¿Cómo es que vas a dormir siesta? ¿No eres demasiado joven para eso? -muy gracioso. Él se levantaba a la hora que quería pero yo tenía que ir al instituto, estudiar, en fin. Hacer una vida normal.

-Déjame tranquila, hoy he dormido fatal. 

Hizo un leve gemido que acompañó su sarcástica cara de "pobrecita". La luz blanca de la habitación remarcaba las facciones de rostro. me dio un beso en la frente y pasó su brazo por debajo de mi cabeza. 

-Tengo un plan para esta noche. -sus planes nunca eran buenos.

-¿Qué tipo de plan? -Nunca me fiaba demasiado de él. En ese entonce solo habían pasado un par de meses desde que nos conocimos, pero prácticamente nos veíamos a diario. Desde que me "secuestró" aquel día en el hospital mis padres intentaron demandarle y echarle en cara a sus padres lo mal criado que estaba. Aunque nunca llegaron a hacer  nada legal realmente, en lo que constaba para nuestros padres solo nos vimos ese día.

-Quiero que vengas a cenar a casa. 

-¡¿Cómo?! ¡Tus padres me matarán si me ven allí! Mis padres casi os denuncian por secuestro! , ¿lo sabes, no?

Me puso un dedo en la boca a modo de silencio. 

-Shh... Pequeña, no a casa con mis padres. A casa con unos amigos, quiero presentarte a Adrik, le conozco desde hace un par de años, creo que os llevaríais bien.

En ese momento no tenía ni idea, pero lo que realmente estaba haciendo era poner fin a mi vida tal y como la conocía pues, meses después conocería a Helena.

-Está bien. -dije sin saber realmente a lo que me exponía. 



Hola chicxs, siento haber estado tan inactiva. pero os prometo que esta semana intentaré escribir lo más posible para compensar todos los que faltan. De hecho es probable que suba más capítulos de los correspondientes a estas últimas semanas. Después de esta semana seguiré subiendo como normalmente, miércoles y domingo. Siento mucho la demora, Alemania me enganchó jajaja. Un beso a todos, gracias por seguir leyendo a pesar de mis retrasos. Chao

Secretos de PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora