Capítulo 12

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<<La luz de la luna bailaba despreocupada sobre los reflejos del lago. Kartah estaba sentado a mi derecha mirando al infinito.
-¿En qué piensas? -pregunté intentando seguir su mirada.
-Tenemos que hablar. 
<<Jooder...>> ¿querrá cortar? Bueno "cortar", ni siquiera estamos saliendo. Pero él dijo que era su novia, pero somos medio hermanos, bueno medio no porque tenemos la mitad del ADN igual así que somos totalmente hermanos. Pero nuestros padres no se han visto nunca por lo que no somos hermanos, pero...
-¿Me estás escuchando? -dijo Kartah cortando todos mis pensamientos de raíz.- Vuelves a pensar en nuestra relación, ¿verdad? 
-Es que es raro. -dije enfatizando en la última palabra. Creo que tenemos complejo de Claire y Jace. Reí para mis adentros. 
Kartah suspira como diciendo "No podrías haber sido más certera" 
-Tengo que contarte algo. -asiento dudosa.>>
-¿Nos estás escuchando Cior? -me pregunta Adrik sacándome del recuerdo.
-Francamente, no. -Helena y Adrik están planeando lo que haremos mañana al recoger a los invitados de los Emiratos Árabes.
-Decía que mañana a las diez iremos al aeropuerto para recogerlos, después comeremos en un restaurante cercano a tu universidad...
-¡Mierda! -suelto de repente asustando a ambos.- Mañana tengo un examen de zoología. No puedo ir.
-Tienes que ir. -decreta Helena. Como si fuera a hacerle caso. Cojo aire y lo guardo durante unos segundos.
-No. -digo seria y tajante soltando todo el aire de golpe.
El camino en coche de vuelta a mi apartamento se me antoja algo fatigado y largo, aunque la mitad del camino la he pasado dormida.
Al salir del coche Helena me mira suplicante como si quisiera un beso, como aquellos que antes nos dábamos al despedirnos. La miro con tristeza, se lo hubiera dado encantada de no ser porque tengo demasiado en mente a Kartah ahora mismo. Suspirando rendida me doy la vuelta y me pongo camino al portal de mi bloque.
El reloj de la pared marca las cuatro y media de la madrugada. Mañana será viernes y todo el mundo irá de fiesta, incluida mi amiga Aldra, no la veo desde antes de ayer cuando me encontré con Adrik en esa cafetería.
Me tiro en la cama previamente habiendome quitado los zapatos y los pantalones. Desde el suelo se escucha una especie de zumbido, cuando me asomo veo una luz parpadeante procedente del bolsillo trasero de mi pantalón.
Tengo ocho llamadas perdidas de Aldra, 43 mensajes de Aldra en whatsapp, 28 mensajes por el direct de instagram, y 13 mensajes de sms. <<¿Tanto me ha extrañado?>>. En la pantalla pueden leerse mensajes como "¿¡DONDE DEMONIOS ESTÁS!? ¿¡SABES LO PREOCUPADA QUE ESTOY POR TI!?" "Por favor respóndeme, necesito saber que estás bien. Fue raro cuando ese tío se fue contigo del bar. Desde que te conozco nadie ha conseguido que te quedaras tan en shock como ese hombre, por favor dime que estás bien." "ESCOCESA DE MIERDA TE ECHO DE MENOS POR FAVOR DIME QUE ESTÁS BIEN JODER" "NO PIENSO DEJAR DE LLORAR NI PIENSO DORMIRME HASTA QUE ME DIGAS QUE ESTÁS BIEN, joder te necesito puta escocesa" "Por favor háblame"
Todas las alarmas posibles saltan en mi cabeza al ver los mensajes. Me apresuro a llamarla, nada más sonar el primer toque suena una voz rota y angustiada que casi me cuesta descifrar su dueña.
-¡¿Cior!? ¡¿Eres tú!? -responde Aldra gritando desesperada.
-Aldra, ¿estás bien? Tuve que irme un tiempo ... -empiezo a excusarme confundida por la macro preocupación innecesaria de una amiga que nunca habría pensado que se preocupaba tanto por mí.
-¿¡Qué si estoy bien!? ¡Me has tenido muerta de miedo! ¿Se puede saber dónde estabas?
-Tenía que resolver algo... Ahora ya estoy en mi estudio, el apartamento, estoy bien. De veras.
Un pitido del móvil anuncia que la llamada ha terminado. Aldra me ha colgado.
Después de haberme preparado algo de comer, me siento en la mesa con un sandwich de queso y una botella de agua. El pan está algo duro pero con el hambre que tengo no creo que me importe demasiado.
Después de unos bocados noto como mis tripas cesan de rugir y hacer ruido para darle paso a un nuevo sonido; alguien llama a la puerta.
Insegura me acerco a la entrada del estudio y abro derepente. La imagen de Aldra con los ojos enrojecidos, mirada furiosa y casi temblando va a ser difícil de olvidar.
-¡Ciorsteidh! -me grita abrazándome.- ¿Cómo se te ocurre asustarme de esa manera? Estaba preocupadísima por ti.
Hago que entre y cierro la puerta tras ella.
Después de unas cuantas lágrimas y varios sollozos me la encuentro aferrada a mi camiseta abrazada a mí en el sofá.
-Deja de llorar, no tienes motivos. -digo con cierta frialdad.
-¿Sabes? Desde que te conozco siempre has sido fría, distante, casi calculadora a veces y, sobretodo, nunca nada de lo que diga o haga nadie te afecta. Pero ese hombre te hizo algo, ¿verdad? Es la primera vez que vi que fuiste débil. Te quedaste paralizada, por Dios apenas podías hablar. Y después desapareciste, no he podido dormir, comer o beber desde que te fuiste estaba muy asustada.
-Necesito los apuntes de clase. Creo que tengo que estudiar para un examen de Química la semana que viene. -el hecho de que haya estado emocionalmente débil por haberlos vuelto a ver no significa que tenga que seguir siéndolo con el resto del mundo. Soy borde y fría, no tengo porqué cambiar por las lágrimas de alguien.
-¡Basta ya, joder! Deja de ser tan distante, ¿no ves que estoy llorando? ¿Es que no queda en ti ni un poco de compasión? -replica enfurecida.
- Yo también lloré hasta ahogarme en mi propio mar de lágrimas en su día y nadie sintió compasión por mí. Te tengo cierto cariño pero no me toques las narices, estabas triste porque no sabías si estaba bien ahora sabes que estoy perfectamente así que deja de llorar.
Creo que he metido la pata. Veo como sus ojos se hinchan y su nariz absorbe fuertemente el aire.
-¿¡Triste!? ¿¡Crees que estaba "triste" !? ¡Estaba jodida! ¡Estaba hecha una mierda porque siempre eres una cabrona impasible y derepente parecías una niña de cinco años que acababa de enterarse que han matado a su madre! Parecías de gelatina, temblabas. ¿¡En serio pensabas que estaba solo triste puta egocéntrica!?
-¿Se puede saber por qué te importa tanto? -verla así me está haciendo pedazos por dentro, pero no entiendo porque le importa tanto. En fin, entiendo que soy su amiga y demás pero tampoco es para tanto.
Justo cuando esperaba otro de sus gritos me encuentro una lágrima corriendo solitaria por su mejilla.
-Porque eres lo mejor que tengo y no quiero perderte.

-Te aseguro que hay muchas cosas en tu  vida que son mejores que yo. -sigo recordando como me miraba cuando me dijo "eres lo mejor que tengo" quizás no lo sepa, pero soy fría y distante y debería saberlo.

Aldra
Quizás ella no se de cuenta pero es mejor amiga de lo que se piensa, es la única que ha estado para mí siempre que lo he necesitado a diferencia de mis "amigos". ellos solo me buscan por tres motivos; 1_ ayudarles con los exámenes, 2_ quieren quitarme los pantalones, 3_ quieren ir a fiestas.
Ella nunca me ha pedido nada, salvo algunos apuntes de vez en cuando.  Siempre que la he necesitado ha estado conmigo sin pedir nada a cambio. Pero también puede ser tan fría como dice, hace un segundo me ha partido en dos y ni siquiera se ha dado cuenta, y si lo ha hecho no sé porque no se ha disculpado. Solo quiero estar con ella, pero no lo sabe y creo que es mejor dejarlo así...

Nerac
Si tan solo se diera cuenta de que no puedo bajar la guardia con nadie, entendería que esto es infinitamente más complicado de lo que piensa.
-Duerme un poco. -le digo mientras la tumbo en la cama.- Te sentará bien.
Una lágrima empieza amenaza con caer de sus ojos mientras se tumba en mi cama.
-Gracias pero...- empiezo a caminar hacia el sofá.- no me dejes sola otra vez.
Me giro y esta vez ya corren dos lágrimas por sus mejillas.
Me tumbo a su lado mirándola a los ojos y secándole el rostro húmedo por las lágrimas. El corazón se me encoje cuando rompe a llorar y la acurruco entre mis brazos intentando calmarla.
Termina por quedarse dormida llorando.
Me levanto sobresaltada por el despertador. Veo que Aldra está despierta mirándome.
-Hola.
-Hola, ¿qué haces despierta? -pregunto. Está encantadora con el pelo revuelto y la cara de recién levantada, aunque apuesto a que lleva un rato despierta.
-No me has dejado dormir mucho, ¿no te acuerdas? -dice bastante seria, más que seria preocupada. Empiezo a hacer memoria de la noche y entonces recuerdo la pesadilla: estaba con Adrik y Helena buscando a Kartah cuando de repente lo veo y al intentar tocarle alguien le mata y se desvanece y vuelta a empezar.- Gritabas acerca de una carta o algo así, decías cosas sin sentido. Llorabas. Te ahogabas con tus propias lágrimas.
-No le gritaba a una carta, le gritaba a Kartah, -se lo deletreo.- Mi hermano. -contengo un nudo en la garganta.
-¿Tienes un hermano? ¿Por qué no me lo has contado?
-No. Y precisamente por eso no te lo he contado, no tengo un hermano. -me mira confusa.- Ya no.
Se queda blanca. Me mira compasiva, con pena. Como si estuviera a punto de romperme.
-No voy a romperme. Ya lo hice en su momento.

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