[CANCELADA] Miradas y Tropiezos (Malec)

37-Una noche antes...

MAGNUS POV
-¿A qué viene tan repentina decisión?- cuestiono una vez en la silla anteriormente ocupada por Alexander.

-Lo estuve pensando- eleva sus hombros- y realmente se te vería genial.

-Pero no tanto como a ti- un leve sonrojo aparece en su rostro.

Chris regresa y comienza a trabajar en mi cabello, por los siguientes noventa minutos, tiempo el cual dedico a observar a Alexander, perdiéndome en sus ojos azules.

［・・・］

-Vaya día más largo- menciona Alexander entrando al coche- ¿no es así?

-Claro que si- ríe ligeramente mientras se observa en el espejo- Dios, no me imagino la reacción de mi madre.- menciona mientras ríe.

-Oh vamos, Maryse es una muy buena persona. Seguro le encantará. 

-Eso espero.- arranco el coche - Aún no es tan tarde- sonrío - ¿Qué tal si vamos a por un helado?

-En camino capitán- sonrío y me dirijo a la heladería más cercana.

Una vez ahí elegimos ambos helados de chocolate. Una vez pagados nos sentamos en una banca de el jardín en la acera del frente. Lo comemos en silencio, un silencio que aprovecho para pensar en lo que puede pasar mañana. Sonrío ante la idea de ser pareja.

-Hoy andas muy feliz Maggs- me mira un Alexander risueño.-¿Qué es lo que te tiene así?

Tú.

-Demasiadas cosas Alexander.- termino mi helado mientras miro al frente.- demasiadas cosas.

Sobre la heladería se lograba ver el atardecer, una hermosa mezcla de anaranjados, rojos y amarillos.

-Es un hermoso atardecer.

Como tú, mi Alec.

-¿No lo crees?- siento su mirada así que me giro hacia él y asiento.

Estamos hombro con hombro, decido dejar mi cabeza descansar en el suyo, y él hace lo mismo, sobre mi cabeza. Nos quedamos así ¿segundos? ¿Minutos? ¿Incluso horas?
No lo sé, hace bastante rato que la noche llegó, pero se siente tan bien, estar así con Alexander.

Comienza a hacer frío, y eso basta para que ambos despertemos del pequeño trance en el que nos encontramos.

-Dios, ya es muy tarde- dice, aunque no se le escucha en los más mínimo preocupado.

-¿Qué hora es?- preguntó mientras me levanto y me estiro ligeramente.

-Pfff- lo escucho reír con la luz del aparato iluminando su rostro- faltan quince para la medianoche.

¡¿Tanto?!

-Lo que me espera con Tessa y Cat- Alexander también se levanta y nos dirigimos al coche.

-Al menos yo avise que llegaría tarde.

Yo no tengo que avisar, el problema es la bomba de preguntas que no puedo evitar.

-Como sea- continúa al no escuchar respuesta- ¿Vamos?- asiento y nos subimos al coche.

Minutos después llegamos y bajamos del coche.