05--Universidad de Miami
Sonó el despertador. Las 6:00 a.m.
Me levanté, fui al baño me lavé la cara, me cambié, me peiné y maquillé y luego fui a desayunar.
Mi madre estaba esperandome en la cocina, tenía una expresión triste, le dije que estuviera tranquila que la llamaría todo el tiempo y que no se preocupara.
Me terminé de preparar, me subí al auto y fuimos rumbo a la UM.
Al llegar me despedí de mamá con un abrazo y un beso y me encontré con Sasha y Becca.
Caminamos por el campus y estaba lleno de nuevos estudiantes anotándose para clubes ya que los de primero empezaban hoy y los demás habían empezado ayer.
Pasamos la cafetería y encontramos nuestro edificio. Entramos en nuestro apartamento, era gigante. Había tres habitaciones con camas de doble plaza y baños para cada una. La sala de estar y cocina-comedor eran enormes. Las tres muy emocionadas fuimos a nuestras piezas y desempacamos todo. Charlamos, nos reímos todo. Le mandé un mensaje a mamá:
"Ya estamos en nuestro apartamento, es enorme, gracias."
Al poco tiempo me contestó:
"Me alegro, yo acabo de llegar a casa, ya te extraño."
Le contesté un "Yo también" y luego me di cuenta que Sasha y Becca no estaban.
Las llamé pero parecía que era la única ahí. Se habían ido.
Salí a buscarlas y las encontré sentadas en la puerta hablando.
- Me dieron un susto de muerte.
- JAJAJAJ - se rieron las dos.
Nos quedamos charlando y después fuimos a recorrer la UM.
Estábamos en el gimnasio, estaba vacío y era enorme. Gritamos, el eco recorría las paredes.
De repente me dí vuelta, estaban saliendo por una puerta y me estaban llamando, me reí y las seguí. Eran los cambiadores de mujeres. A Sasha siempre le gustó jugar al volley y planeaba hacerlo este año en un club. Caminé hacia el lado de los bancos y cuando iba a ir a las duchas estaban en uso, obviamente por chicas de otros cursos. Salí por una puerta, pensando que iría al gimnasio, pero luego me dí cuenta que estaba en los cambiadores de hombres. Aquí sí parecía no haber nadie así que caminé, mirándo todo, y especialmente a mis costados para ver si había alguien, pero no había ruidos.
Estaba tan distraída mirando todo que sin querer de repente me choqué con algo, alguien. Cerré los ojos, estaba avergonzada. Abrí los ojos para ver quién era y cuando lo hice ví. Era Matthew.
- Uh,mm,hola - dije, me estaba muriendo de verguenza.
- Hola Alison, ¿qué haces aquí? - me miró con sus ojos celestes.
Estaba envuelto en una toalla en sus caderas, tenía unos abdominales perfectos.
- Yo, eh, pensé que no había nadie.
- Ya lo veo, deberías ir a tu departamento, ¿viniste sola?
- No, unas amigas me están esperando sólo que no sé como salir.
- Te enseño.
Me guió hasta la salida.
- Gracias - sentía mis cachetes cada vez más rojos.
- Denada - sonrió, su sonrisa era perfecta.
Me dí vuelta y estaba empezando a caminar cuando me dijo:
- Alison.
- Si?
- Lindo vestido - me sonrió de nuevo.
Sonreí.
- Gracias.
Salí del edificio del gimnasio y mis amigas me empezaron a bombardear de preguntas sobre dónde estaba. Les dije que se calmaran, que vayamos al edificio y allí les contaría todo.
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Alison.
Roman d'amourAlison es una chica de 18 años con una vida común, pero cuando por fin llega a la universidad su vida da un vuelco inesperado. Al ir enamorándose de un chico pierde toda su inocencia y aprende a vivir la vida a su manera. Amor, sexo, diversión, tris...