Mi vida estaba teniendo un cambió demasiado drástico desde aquella carta. Ya saben en ese momento en que te das cuenta que no hay vuelta atrás. Aunque en la vida casi nunca hay vuelta atrás. El tiempo no regresa y arreglar algo que ya sucedió es difícil. El daño siempre quedara ahí como una pequeña cicatriz que si tocas mucho se vuelve a sangrar otra vez. Y así sucedía con esa situación. La estaba superando y me sentía bien conmigo misma, en paz. Pero tenia miedo. Temía que alguien me hiciera volver a caer en lo mismo. Si me pusiera a contar cuantas oportunidades había perdido por miedo me quedaría corta. Y es que acaso no era eso lo que pasaba con todos. Acaso no era ese el motivo principal porque el ser humano perdía oportunidades: El miedo.
Mi oportunidad estaba ahí justo al frente de mis ojos. Diciéndome tómame. Se valiente. Pero no podía estaba simplemente congelada y no sabía que hacer. Ya quería ser yo valiente como lo era mi madre. Ella simplemente agarraba su miedo por los cuernos y le decía: "Ja, no me asustas." Ya quería ser yo como esa mujer. Pero no lo era. No era mi madre. Ni nunca lo fui. Era yo. Tonta. Frágil. Cobarde. Quizás si dejaba de decirme que era cobarde comenzaría por fin a ser valiente. Comenzaría por fin a agarrar el miedo por los cuernos. Solo tenía que aceptar la situación y arreglar unas cuantas cosas. Solo tenia que ser valiente. Pero. ¿Qué es valentía?. Acaso es no tener miedo. Superar tu miedo. O simplemente hacer lo que se te de la gana.
Había conocido historias de tantas personas que temía simplemente no tener una historia que contar. Temía simplemente algún día no ser lo suficientemente buena para que puedan contar una historia mía. De mi. Que me pertenezca. Y es que aunque las personas no lo admitan siempre quieren impactar. Impactar en la vida de otra persona. Impactar en el mundo. Hacer un cambio suficientemente bueno para dejar huella. Quizás esa es la forma de morir pero a la vez permanecer vivo. Simplemente impactar. Y algún día si tienes suerte pasar a ser historia. Y que tu historia sea oída y contada por muchos. Como la chica valiente. La chica que amo demasiado. La chica que cambió el mundo. Pero eso no siempre pasa. Yo tengo esa extraña teoría de que las mejores historias son aquellas que nadie cuenta. Que nadie ha oído. Que nadie conoce. Y es que todo el mundo quiere impactar lo suficiente para que se cuente su historia. Pero yo. Yo no. No quiero eso. Es más quiero cambiar el mundo de forma silenciosa. Crear un espiral de oportunidades maravillosas sin fin. Ser valiente y cobarde a la vez. Salvar el mundo y mi mundo. Y no ser contada. Ni oída por nadie. Permanecer en el anonimato. Solo así. Solo así sabre que hice lo correcto. Cuando alguien diga si ella debió haber hecho algo pero nadie conoce su historia. Su historia debió ser demasiado buena porque hasta el día de hoy no ha sido descubierta. Solo así sabre que hice lo correcto. Que cambie el mundo de manera silenciosa entonces quizás tenga la vaga esperanza de que algún día alguien diga: "Sí, su historia fue demasiado bueno tanto así que hasta al día de hoy permanece oculta. Pero tranquilo, pues todavía falta historia por contar."
Solo así sabre que valí la pena. Así sea para una sola persona. Para alguien que quizás no conoció mi historia. Para alguien que no me conoció a mi. Y que probablemente no lo hará. Porque estaré muerta o en el anonimato. Quizás nunca logre encontrar una historia buena que contar. Quizás nunca me convierta en una historia. Pero tengo la certeza de que si lo hago mi único deseo será ese. Ser una historia sin contar. Una historia anónima. Escondida. Esas son las mas duelen. Pues al final decidí tomar la oportunidad. Quizás pueda cambiar el mundo con ella. Quizás no. Pero quién sabe. Quizás ya lo hice y no conoces la historia. Aunque claro siempre hay historia por contar.
-Lumo
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La historia perdida
PoetryHay historias que no han sido contadas. Historias que son mucho para la humanidad. Historias que pesan tanto que duele contarlas. Historias que conectan a muchas personas. Historias que duelen, destruyen y rompen. Historias difíciles, fuertes y tris...