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Sakura y Madara seguían caminando mientras conversaban sobre las cosas que harían al llegar a la aldea, nadie sabía que ellos eran familia y lo preferían de esa forma para evitar que se fijaran en la pelirosa solo por interés, además habían llegado al acuerdo de decirle a la aldea que eran familia cuando Sakura se convirtiera en Chuunin, así todos se darían cuenta de su fuerza. Después de 20 minutos caminando pudieron ver los portones de Konoha, un sentimiento de paz los invadió, estaban de vuelta en su aldea, a la entrada los estaban esperando Fugaku junto a Mikoto, cuando los vieron sonrieron mientras Sakura corría a abrazar a sus tíos.

-Tía! –grito feliz Sakura mientras abrazaba con fuerza a Mikoto- te extrañe!

-Yo también pequeña –le dio un beso en la frente y Saludo a Madara- supongo que les fue bien en su viaje.

-Hmp –respondieron padre e hija-

-Me alegra saber que ya no seré el líder del clan –hablo Fugaku para que se dieran de su presencia, no le había gustado mucho ser ignorado por la que él considera su hija-

-Hola… líder –se burló Sakura mientras lo abrazaba- te extrañe tío.

-Yo igual mocosa –le acaricia el pelo- que van a hacer ahora?

-Yo iré a hablar con Minato para decirle que regresamos y que Sakura ingresara a la academia.

-Es verdad, nosotros iremos al clan para informarles de su llegada –les informa Mikoto con una sonrisa- quieres venir con nosotros? –le pregunta a la pelirosa-

-Sí, me quiero dar una ducha y ponerme ropa más… cómoda –comenta al ver que su ropa estar destrozada en unas partes un tanto reveladoras-

Madara y Fugaku estuvieron de acuerpo con la pelirosa, Mikoto los miraba con una pequeña sonrisa al ver que Sakura vestía el símbolo del clan Uchiha en la espalda, Madara se despidió de su hija y fue a hablar con el Hokage, los otros tres Uchiha fueron a su clan para que la pelirosa descansara de su viaje, se cambiara y pusiera otra ropa, por el camino no había quien viera a la pelirosa que conversaba animadamente con Fugaku mientras le contaba sobre lo que había hecho con su padre en el viaje, sobre sus amigos que había hecho, sus entrenamientos y sobre las tipas que había tenido que carbonizar para que no se acercaran a su padre. Cada aldeano que miraba esa escena quedaba sorprendido, no era algo muy común ver al líder del temido clan Uchiha hablar con una niña, mucho menos verlo con una sonrisa!... bueno media sonrisa, pero al fin y al cabo era un sonrisa!

Al pasar 5 horas Madara llego y lo primero que hizo fue abrazar a su hija que se encontraba comiendo en un sillón, eso sin duda sorprendió al matrimonio que miraba con una gotita estilo anime al ver que Sakura seguía comiendo como si nada mientras Madara murmuraba cosas sin sentido.

-… que le pasa?

-Esta así desde que yo le dije que no me presentara como su hija hasta que sea Chuunin.

-Ah… espera, que!?, eso porque!?

-Si les digo que soy hija de Uchiha Madara ocasionaría problemas, solo me mirarían como hija de una leyenda, no como Uchiha Sakura, me compararían con mi padre y tratarían de llevarse bien conmigo solo por interés, después de todo nuestro clan es el más poderoso de Konoha, quien no quisiera llevarse bien con un Uchiha?

-Y por si eso fuera poco –habla Madara con el Sharingan- mocosos insignificantes, estúpidos, engreídos, feos

-Captamos la idea –le interrumpe Mikoto con una sonrisa, al parecer Madara se había vuelto más celoso con el paso de los años-

-En fin, los mocosos estarán detrás de mi hija solo por interés y tratarían de aprovecharse de ella, y eso no lo voy a permitir, me duele un poco el que la aldea no sepa que tengo una hija bella y fuerte, pero todo será por su bien… mataría al infeliz que se atreviera a jugar con sus sentimientos –lo último lo dice con una sonrisa siniestra, demostrando que hablaba enserio-

Otra OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora