Según los libros de historia de las viejas bibliotecas, en la tierra habitan 4 razas diferentes, cada una dominante de algún elemento.
Las sirenas, del agua; las hadas de el viento; los longevos dragones, quienes dominan el fuego; por ultimo están l...
(T/N) inhalo aquel aquel aroma que se encontraba en los alrededores. Le traía cierta tranquilidad y la relajaba bastante. Pasaron probablemente mas de 4 horas en el aire, pero lamentablemente Bakugou necesitaba algo de descanso. (T/N) no tardo demasiado en notar como este batía sus alas con mas dificultad -Bakugou, descansemos un rato. No deberías gastar tanto tus energías
La bestia bufo molesto, para luego descender hacia los prados de la ciudad de Hatelia, la capital para las criaturas mágicas que viven en el territorio correspondiente a la tierra.
No era su mejor opción, las criaturas mágicas nones algo de lo que tenga mucho conocimiento, no eran muy recurrentes en su ciudad natal, unos que otros Brownies venían a explorar, nada mas que eso. La luz de el sol estaba justo encima de ellos, filtrándose por la ramas que ahora se encontraban arriba ellos, indicando que el día ya estaba a la mitad. El tiempo parecía ir mas rápido. (T/N) con cuidado se bajo de la espalda de Bakugou el cual momentos después volvía ser un humano.
El espeso bosque ahora los rodeaba, la naturaleza latía, jadeaba, crecía ante sus ojos, los asechaba.
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A medida que caminaban por el bosque, se dieron cuenta de que la flora era simplemente extraordinaria: violas, caléndulas, albaricoques y avellanos. Era simplemente extraordinario observar la naturaleza y la belleza que este lugar emanaba. Al avanzar, el calor y la humedad ademas de la vegetación se volvía mas densa.
Jijiji~
Una pequeña risita resonó muy cerca de (T/N). Las hojas murmuraban, al instante, Bakugou tomo del hombro a (T/N) evitando que esta siguiese avanzando.
-Que ocurre?-pregunto (T/N) volteando para ver a Bakugou. Con el ceño fruncido y sus orbes rojos recorriendo cada pequeño rincón del bosque.
-Alguien nos esta observando- mascullo el ojirubi. Tirando del brazo de (T/N) siguieron caminando con cuidado. Luego de unos minutos, Bakugou se detuvo, olfateo y de inmediato se escondió entre los arboles. (T/N) dudando de la cordura de Bakugou, lo siguió. Antes de que (T/N) pronunciara siquiera una palabra. Bakugou le pidió silencio, llevando un dedo a sus labios. La joven entendió y segundos después, oyó un grito.
