Capítulo 27: Un Adios.

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Narradora:

Habían pasado dos meses desde que Jiho y Arin se habían entregado en cuerpo y alma, ninguna se separaba de la otra y eran tan felices juntas que sentían que no les faltaba nada en su vida. Arin amaba cada cicatriz de Jiho y cada que hacían el amor aprovechaba para besar y contar cada una de ellas. Justo como en este momento, habían terminado de hacer el amor y ambas habían caído rendidas. Jiho que estaba arriba, cayo a un lado de Arin boca abajo desenlazando sus piernas. Ambas inhalaban hondo y soltando aun pequeños gemidos.

Arin tomando aire, se montó arriba de Jiho, acomodando el cabello largo de Jiho aun lado para que dejara al descubierto su nuca.

-¿Esta cicatriz de que es? -le preguntó después de dejar un beso corto en una pequeña cicatriz.

-Me golpearon con el mango de una pistola, caí inconsciente.

-Dos. -le dio beso en media espalda.

-Me caí en un entrenamiento, y me raspe con un pequeño fierro.

-¿Te dolió mucho?

-Si, llore por mucho tiempo.

-Uhm.

Se paso un rato preguntando por cada una de sus cicatrices, incluso un par de veces se rieron de algunas anécdotas y Jiho recordaba a la perfección cada una de ellas. Ya conocía casi todo el cuerpo de Jiho pero lo único en lo que no acercaba su boca, era en su vagina. Quizá metía su mano, la penetraba y acariciaba pero Arin aun no probaba la intimidad de Jiho.

-Veintiuno. -beso una cicatriz en su hombro, y Jiho ya estaba boca arriba.

-Es el roce de una bala.

-Uhm. -Arin volvió a la boca de Jiho, se hundieron en un beso tierno y apasionado- ¿Sabes que amo que me hagas el amor?

-¿Tanto? -Jiho la miro muy picara.

-Si, pero... -Jiho inclino la cabeza dando a entender que se había confundido, Arin le dio un beso más- Odio despertar con el cuerpo adolorido.

-Uhm. -Jiho sonrió victoriosa- Vale la pena. Te gusta, me gusta, y es lo más hermoso del mundo.

Le dedico miles de besos antes de que Arin se recostara sobre ella y se quedara profundamente dormida. Acariciaba el cabello negro de Arin, y las puntas de sus dedos acariciaban la piel de seda de su espalda.

-¿Como puedes amar un cuerpo tan maltratado? -susurro.

Se quedo profundamente dormida, y por suerte podían quedarse encerradas un día más. Pues el padre de Arin había ganado la presidencia y tenia que viajar de un lado a otro junto con su mujer, la primera dama ahora.

Las cosas habían cambiado mucho, y para bien, bueno solo en algunos casos.

HoSeok y Seunghee aun se mantenían en comunicación, y ambos se eran fieles a pesar de la distancia.

Binnie y Hyojung siempre están juntas para todos lados. Incluso en los días de descanso de Binnie se van a la apreciada fundación del señor Choi.

YooA y Mimi a veces discutían, pero era porque Mimi insistía mucho en querer trabajar en otro lado, y al igual que Binnie pensaba que mezclar las cosas estaban mal. Sin embargo, YooA tenia la magia de convencerla de quedarse.

Mientras tanto, Hana se acoplaba a su nueva vida, nuevo colegió y sobre todo al amor de su madre. Hana se sentía abrumada pero bien con Hanseok.

Hanseok tenia dinero y algunas propiedades, pero su trabajo y su apreciado bufete había ido a la quiebra después de confesar que había mandado a secuestrar a Choi YeWon, su propia hija. Y aunque sabían que lo hizo con la intención de salvar a Arin de la muerte, lo seguían juzgando. No tenia trabajo y extrañaba eso. Sus hijos lo querían, HoSeok confiaba en el y lo trataba de alentar diciendo que pronto conseguirá un empleo. Poco o mucho de lo que Hana se acordará, también hacia lo posible por confiar en el y apoyarlo.

Me Enamore De Mi Guardaespaldas. 💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora