Me Enamore De Mi Guardaespaldas. 💕

Capitulo 34: Fecha.

Arin y Jiho realmente volvieron a ser amigas, lo cual era extraño para las otras chicas, incluso para Mimi. Digo ¿Quién se vuelve amigo de su ex?

Era viernes por la tarde y en ese momento Seunghee y Arin estaban en una cafetería.

-¿Que pasa con Jiho?

-¿Qué pasó de que?

-Pues últimamente han estado muy apegadas.

-Ah... Pues nada, en si somos amigas.

-Aja... ¿Me negaras que sientes algo por ella?

-Asi es. -dijo tranquila.

-¿En serio? ¿Ni un poco de lo que fueron...?

-Seunghee... Lo que pasó, pasó. No tengo rencor y la nueva Jiho es una chica realmente increíble.

-¿Tan segura estás?

-Mucho. A parte... -le dio un sorbo a su frappé y sonrió de la manera más dulce que lo puede ser- Amo mucho a Laun, el es mi vida y... Estoy comprometida con el...

-Ya veo.

Siguieron hablando de equis cosas entre ellas de un viaje que harían todos.

-¿Entonces en avión?

-No me hables de aviones... La última vez que viajamos en avión, nos confundieron con prostitutas. -dijo Seunghee indignada.

-¿Como olvidarlo? -se carcajeo Arin- Vamos mejor a la playa...

-Me parece bien. ¿Cuando?

-¿Dentro de un mes?

-Bien, les avisaré a las chicas. Lo más seguro es que digan que si así que... Seguiremos con esto.

Terminaron de beber sus frappes y luego se fueron a sus respectivas casas.

Sin embargo, Laun fue a visitar a Arin. Y efectivamente ya se habían reconciliado después de que Laun no dejará de llamar a Arin y pues ella lo quería tanto que le perdonó el hecho de que a veces le diera más importancia a su trabajo que a su relación.

Estuvieron un largo rato hablando en el jardín, se regalaban besos y de repente Laun le robaba besos largos a Arin.

-Te pasaste el día con Seunghee... ¿No me extrañaste?

-Mucho. A decir verdad, no dejamos de hablar de ti y de mi hermano.

-Me siento impotente. -sonrio.

-Lo eres amor. -se dieron un beso.

-Vine a verte y a hablar contigo de algo muy importante.

-Dime.

-Hablemos de... Nuestra boda.

-¿En serio? -Arin se emocionó.

-Si... Yo... Ya no puedo estar sin ti. -tomo la mano de Arin y dejó un beso en ella- Me gustaría llegar un día a mi casa y ver a mi esposa concentrada escribiendo sus libros. Cenar juntos, bañarnos juntos, hacer el amor por horas y luego quedarnos abrazados mientras nos decimos miles de cosas hermosas al oído. -Arin sonreía por la ternura con la que hablaba Laun- Y por las mañanas cuando despierte, te despertaré con besos.y quizá tengamos una mañana muy calurosa. -le dio un beso en el cuello y volvió a mirarla- Desayunar juntos y antes de irme a trabajar... Decirte lo mucho que te amo.

Arin quedó fascinada, le encantaba el hecho de que estén dando nuevamente un gran paso en sus vidas. Y lo mejor de todo es que los padres de ambos se llevaban muy bien y eso hacia que todo fuese perfecto para ellos.