capitulo 20

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-Caleb estas aquí?- pregunto al tiempo que entraba a su habitación.

-que pasa Alexander?- se le veia cansado, ojeroso y nervioso, demasiado nervioso.

-necesito un favor

-que clase de favor?- el recuerdo de la noche anterior y su beso lo inundo, y si quería que lo cubriera mientras huía?

-veras, lo pensé bien y quiero irme, antes de que digas algo no es por ella, ya no es por ella, esta vez soy yo. Recuerdas que me pediste fuera mas atento conmigo? Eso haré

-y quieres que te cubra?

-quiero que vayas conmigo.- esa respuesta lo habia tomado por Sorpresa, estaba listo para sermonearlo e intentar lo que fuera por hacerlo quedarse

-a donde? Que se supone que quieres Alexander? Ya te e dicho todo lo que siento por ti. No esperes aprovecharte de eso.

- no es precisamente lo que busco, solo quiero irme... Irme y aprender a quererme lo suficiente para poder amarte como es debido.

-Alex... No se escoge a quien se ama...

-no, pero si a quien le entregas tú corazón, y nadie merece el mío más que tu

***

Le había hablado de lo que sentía, sabía que estaba precipitandose pero aun así, tenía en su corazón la esperanza de que el sintiera lo mismo por ella

En cambio había huido a quien sabe dónde dejándola sola en la habitación de armas, no pudo pasar la noche en su habitación, no si el estaba ahí y a demás, Alexander, había herido a su hermano sin poder evitarlo y no fue quien para pedirle perdón

Estaba enojada, desepcionada y triste con ella misma, había herido a una de las pocas personas que de verdad podía quererla y que sin embargo siempre había estado a su lado.

Durmio con Kara, y al día siguiente mientas se dirigia a entrenar se encontró con un alboroto en los pasillos, los guardianes se arremolinaban en grupos, unos en el lado sur, otros en el norte, todos los alienígenas habían salido de sus celdas y estaban atacando desde adentro.

Sin pensarlo Iza se unió a la pelea contra las bestias.

Una tras otra, estaban avanzando en una nueva formación, los habían estudiado todas sus vidas y cada Guardian podía asegurar que esa no era la forma en la que esas criaturas atacaban, era como si algo o alguien estuviese controlandolos.

Un estruendo llamó la atención de todos, estaban atacando el refugio ya no solo eran los alienígenas debilitados que usaban para aprender y entrenar, al rededor del refugio miles de ellos se arremolinaban queriendo entrar, eran más fuertes y más sanos que los que luchaban desde adentro.

—¡Quiero a los equipos elite en la puerta!- grito Adelle mientras se abría paso a cuchilladas y golpes entre los alienígenas hasta llegar a Iza.

—No están... Tu equipo no está, ni Gabriel, ni Alex, ni Caleb. No tenemos señal de ninguno, y al parecer no están en el refugio.

Pánico. Corriendo rápidamente por sus venas hasta llegar a su cerebro y corazón, todo su equipo estaba perdido, ninguno de sus chicos estaba ahí y podrían estar tanto muertos como vivos.

Intento usar su don, siempre funcionaba solo debía pensar lo suficiente en ellos y daría con su ubicación, pero no. Era como si algo le impidiese acceder a ellos.

La puerta principal cayo y pronto todos los Guardianes corrían a proteger a los niños, ya no peleaban para matar y triunfar, ahora lo hacían para vivir unos segundos más.

Adelle y los hermanos de cristal y hierro dirigían a los Guardianes a las grutas, tratando de dejar escapar al mayor número de los suyos con vida.

En el suelo, cuerpos de humanos y alienígenas yacían muertos, sangre roja y espesa se combinaba con una verde y amarilla.

Nunca en su vida había visto escenario alguno que se le pareciera, había pensado que llevaban la delantera, los Guardianes lograrían acabar con las bestias y el mundo retomaría su curso. Cuan equivocada estaba.

Dos grandes Daebus se abrieron paso entre las demás criaturas, lanzaron un grito al cielo y todos se detuvieron, ambos permanecían frente a Iza, que los miraba atenta y lista para pelear

—¡SORPRESA!— era el, estaba segura. Fue quien llegó llorando pidiendo el rescate de su hermano a la cueva, el rescate de Gabriel.

—Me encantaría decir que venimos en paz, pero creo que ya es tarde para eso, ¿o no Gabriel?

Todos los Guardianes pusieron su atención en el acompañante que de igual forma montaba esa mounstrosa criatura.

Gabriel. El mismo al que apenas unas horas había confesado amar. Un traidor.

—Era necesario.— sus palabras traladraron su corazón, había pensado que estaba muerto y ahora, frente a ella no hacía más abacrementar un terrible mar de odio.

—que callado estás hermanito, es hora de que los humanos se vayan, ¡¡es hora de que los habitantes de Nariacg, por fin tengan una tierra digna!!

Y asi. Todos los demás alienígenas volvieron a la batalla, Iza, aturdida y sin saber que pensar dejo a sus manos actuar, dejo a su instinto apoderarse de ella y en un abrir y cerrar de ojos ya había saltado sobre la cabeza del Daebu, Gabriel la miraba sin emocion alguna desde el cuerpo cersenado de su corcel.

¿Por qué?

Porque era mi deber.

Contesto su pensamiento antes si quiera de que ella pudiera convertirlo en palabras y lo dejo en su mente como un suave susurro.

—A sí que está será tu mascota...

Y después de la espesa voz del hermano de Gabriel no volvio a escuchar nada mientras su mundo se tornaba negro.

*********

Holaaa! Feliz miércoles personitas de Wattpad, si hoy es tu cumpleaños... FELIZ CUMPLEAÑOS!! y que todos tus deseos se cumplan

Hablando de deseos, ya está el adelanto en Twitter, pásense a verlo y manténganme informada sobre que tal les pareció el capítulo;)

Con mucho amor, yo.

Nos vemos el próximo miércoles.

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Guardiana De Cristal ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora