Capítulo 10: Ciega.

12 1 0
                                    

Pregunté.

-Buenos días para ti también- rodo los ojos y me senté.

-Emma, por qué siempre te afanas en venir a despertarme? No entiendo

-Señorita, permiso. Aquí tiene su desayuno- se acerco margaret dejando mi plato en la mesa donde nos encontrabamos -Señorita Emma, ¿Va a querer algo?- se giro hacia a ella.

-Estoy bien marga, gracias.- le guiño un ojo.

-Permiso- asentimos y se retiro.

-¿Qué fue lo que paso contigo anoche?- pregunto mientras yo empezaba a desayunar bastante rápido. -Sebastián al terminar de hablar para todos, me preguntó por ti. Te marque varias veces y me desviaba al buzón, ¿Dónde estabas?- me acorralo. Estaba haciendo demasiadas preguntas muy temprano.

-Me dolía la cabeza- mentí -Así que decidí venirme a casa- me encogí de los hombros mientras decidí seguir con mi desayuno.

-Mientes.. ¿Que sucede meg?- era imposible mentirle a emma, ya me conocía demasiado. Ella sabía perfectamente que yo no era de irme cuando una fiesta estaba comenzando y mucho menos sola.

-Emma.. no se- jadee dejando mi plato a un lado -No se que me ocurre con él- puse mis manos en mi cara.

-Meg- puso sus manos en una de las mías bajandola, haciendo que volviera mi mirada a ella -¿Por qué lo piensas tanto? ¿Por qué no simplemente te enamoras y disfrutas?.

Pero no eran tan fácil como ella lo decía.

-No no se em, quizás tengo miedo de lo que pase- mire mis pies diciendole lo que realmente sentía.

-¡A la mierda todo ese miedo Meg! Te vas a parar, vas a ir a ducharte y lo vas a llamar ¿Entendido?- se levantó de la silla golpeando la mesa, haciendo que mi plato sonará y yo me asustara haciendome pensar que se caería al suelo.

-Bien bien, tu ganas. Solo.. no me destroces la casa, ¿Vale?- ella sonrió aplaudiendo para luego acercarse a mi y abrazarme.

Emma no había dicho gran cosa. Pero con lo poco que había dicho sabía que era lo que tenía que hacer. Honestamente me daba un poco de miedo eso de pues establecer una relación o comprometerme. Mi última relación no había salido muy bien del todo así que no me sentía aún preparada para iniciar otra, disfrutaba de mi, de mi libertad y de ciertas cosas que no puedes disfrutar estando en una o pues eso era lo que me habían hecho saber, aunque sabía que no era así. Y de cierta forma todas estas cosas que estaba sintiendo por Sebastián me asustaban un poco.

Subí a mi habitación y conecte mi teléfono antes de meterme a bañar ya que estaba totalmente muerto y necesitaba comunicarme con Sebastián.

Subí a mi habitación y conecte mi teléfono antes de meterme a bañar ya que estaba totalmente muerto y necesitaba comunicarme con Sebastián

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Prendi mi celular y le marque sin pensarlo, ya estaba lista, más que decidida.

-¿Bueno?- se escucho al otro lado del teléfono.

-Hola tián, ¿Cómo estás? ¿Qué harás?

-Wow meghan.. eh, nada por? Qué paso?

-Quería saber.. eh- hice una pausa, ahora dudando si debía hacerlo o no. -Quería saber, pues.. si.. podías venir a mi casa- empece a caminar de un lado a otro en la habitación.

-Seguro, dejame tu dirección e ire a verte.

-Bueno, ya te la envío.- tranque y de inmediatamente le pase la dirección por mensaje de texto.

Me sentía un poco ansiosa, no sabía que decir o de que manera actuar y eso me estaba estresando un poco. De verdad que a veces me siento como si tuviera 8 años menos y apenas estuviera experimentando este tipo de sentimientos y situaciones.

Los segundos parecían minutos y los minutos parecían horas, la ansiedad estaba poco a poco consumiendome y el reloj parecia averiado, tardaba mucho en cambiar los números.

-Señorita- escuche la voz de Margaret desde el otro lado de mi puerta. Corrí hacía a ella abriendola lo más rápido que se podía. La mire con las cejas alzadas esperando su respuesta, ella por el contrario me veía un poco extrañada por mi afán -Se me olvido comentarle, su padre salió muy temprano con la señorita Elizabeth.

¿En serio? ¿Ella había tocado a mi puerta solo por eso?.

Intenta calmarte un poco, meg

Cuando margaret iba a girarse, se detuvo y volvió a mirarme -Oh y llego un chico, ¿Lo dejo pasar?- asenti devolviendome al espejo para verme una vez más.

Muy bien meghan, es hora.

Me empezaban a sudar un poco las manos y mi corazón poco a poco empezaba a acelerar por cada escalón que bajaba, seguía sin saber que decir o de que forma actuar. Pero ya el estaba allí, que sea lo que Dios quiera.

Salí al jardín, justamente donde había estado con Emma, solía recibir las visitar allí siempre a menos que fuera algo no se que ameritara recibirlas dentro de casa.

-Hey- saludé una vez estaba frente a él, se levanto ayudandome a sentarme para seguidamente volver a su puesto.

-¿Cómo estas meg?- preguntó un poco serio.

-Bien bien, gracias..- respondí algo incómoda -Disculpa por haberme ido anoche sin avisar, me sentía algo mal- mentí negando la cabeza, recordando lo que había pasado

-¿Te encuentras mejor?- se notaba algo de preocupación en sus ojos, no podía verlo directamente así que desvie mi mirada.

-Si, ya estoy bien. Gracias- sonreí a medias.

-Meg.. Quería saber si, te eh gustaría- pensaba mucho las palabras haciendo varias pausas en ellas, estiro su mano tomando la mía lo que me hizo mirarlas y luego volver a él un poco desconcertada -salir conmigo. Me gusta verte y me gustaría estar más tiempo a tu lado. En lo poco que he compartido contigo he notado que eres una chica increible, he llegado a sentir cosas por ti y no quiero desaprovechar la oportunidad de hacertelo saber y hacerte sentir especial.- finalizó.

Mierda. Esperen.. ¿Qué? ¿Él acaba de de..? No, ya va.

Podía escuchar mi corazón y temía que él tambien pudiera escucharlo, mi respiración comenzo a hacerse un poco más acelerada, sentí como todo mi cuerpo paso a estar de temperatura normal a estar fría, mis manos congeladas y mi mente a punto de estallar.

-Sebastián.. yo

¿Una segunda oportunidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora