Capítulo 16: Birthday Party.

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Merci Mademoiselle!- al escuchar esas palabras me desperte. Abrí primero un ojo con bastante dificultad ya que la luz me pegaba en toda la cara y de por si era bastante difícil abrir ambos ojos en la mañana. -Un rico desayuno para una bella dama- vi a Emma sentandose a mi lado, empujandome para poder acomodarse con mi desayuno en sus manos. Logre ver un jugo  de naranja, panqueques con chocolate encima y una flor de decoración.

-¡Seras idiota Emma- fue lo primero que dije. Ella me miro con una de sus cejas levantadas bastante confundida -Merci, es gracias, tarada.

-Callate y come tu desayuno- nos reímos mientras yo me acomodaba en la cama, sentandome en ella apoyandome de la cabecera de la cama. -Feliz cumpleaños mi bebé.

-Gracias em, pero esperame aquí debo ir a cepillarme. Que asco- hice una mueca y me levante de la cama dejando a emma allí muerta de la risa. Entre al baño a cepillarme y lavarme la cara, volviendo rápidamente a em, quien se estaba comiendo mi desayuno.

Me le lance encima bromeando con ella, quitandole el pedazo que se iba a meter a la boca y así con lo que quedaba. Finalizando con un monton de risas, amaba estos momentos así con ella.

-Bella quinceañera, es mejor que bajes. Ya tienes tu primer regalo- se levanto de la cama, dirigiendose a la puerta para bajar. Sin decir nada solo la segui bajando por las largas escaleras, imaginandome miles de cosas sobre lo que podía ser, pero solo me imagine un montón de cajas con grandes lazos encima.

Oh dios santo.

En la sala había un gran arreglo de rosas con el número 21, varios globos que decían "Felicidades" y un oso al rededor de los 2 metros. ¡ES HERMOSO!
Termine de bajar corriendo las últimas escaleras que quedaban y me lance encima del gran oso, para luego verle el hocico y volverlo a abrazar. Me encantan mucho los peluches, esto era algo que quería desde ya hace mucho tiempo.

-Lo vas a aplastar, no ves lo gorda que estas?- la escuche riendose. No le preste atención y lo intente levantar, esta vez haciendolo yo para dirigirme a las rosas buscando alguna dedicatoria.

"Feliz cumpleaños bonita, espero que la puedas pasar increible. Deseo que todo aquello que pidas, se te haga realidad. Nunca dejes de soñar.

-Sebastián P"

-¿Todo esto me lo envio el, em?- me gire a verla, ella sonrió mientras asentía.

-¡Te dije que es un chico espectacular!

Me parecía absolutamente lindo, los gestos que el estaba teniendo conmigo aún y cuando estaba lejos. Se notaba que realmente sentía el no poder estar conmigo estos días. Vaya lotería me gane con este hombre. Si quisiera que el estuviera aquí conmigo y no a kilómetros, pero me basto con todo esto que esta haciendo. No pude dejar de mirar la nota, observar mis obsequios, pensar en él y en que pronto lo volvería a ver, quería hacerle algo especial pero aún no sabía que podía ser eso. Igual aún faltaban algunos días para que el regresara, tenía algo de tiempo para pensar en que podía hacerle.

***

La música retumbaba todo el lugar, podía oírse unas dos o tres calles antes de llegar al hotel. Todos estaban tal cual como lo había pedido, de blanco. Ya todos tenían sus accesorios neón y muy pocos tenían la pintura en ellos. La temática era perfecta, todos se estaban divirtiendo demasiado. Habían miles de personas, de la Universidad, la secundaria, amigos viejos, hijos de los socios de papá y también habían reporteros cubriendo todo el evento.

-Esto esta saliendo genial, meg- grito Emma ya que la música estaba bastante alta. Me quede unos segundos entendiendo bien lo que me estaba diciendo.

Ya era medía noche, habían algunos pasado de tragos y otros en su mejor punto de la noche pero todo estaba saliendo bien hasta ahora, nadie se estaba peleando, ni estaban borrachos armando escándalo. Esas dos cosas eran las que mas me preocupaban, mientras nadie estuviera en eso yo podía estar tranquila.

La música se apago de repende dejando escuchar una voz, pero no veía a la persona responsable de eso -Meghan Ziegler.

Emma me hizo seña de que debía ir a la tarima, todas las personas presentes detallaban cada uno de mis movimientos, abriendome espacio hasta la tarima para que pudiera subirme. Cada paso que daba me ponía más nerviosa, no sabía de que se trataba esto. Al llegar a la tarima, la voz volvió.

-Antes que nada, quiero desearte un muy feliz cumpleaños. Eres una mujer hermosa, inteligente, soñadora, bien enfocada sobre lo que quiere y con los pies bien puestos sobre la tierra. Conocerte sin duda, ha sido una de las cosas más lindas que me ha pasado hasta ahora, eres una cajita llena de sorpresas, encantas a cualquiera que logre conocerte, me siento muy afortunado al formar parte de tu vida en este momento y espero poder seguirlo siendo- Sebastián salió de entre un montón de gente con el microfono en la mano y una muy brillante sonrisa de oreja a oreja.

Mi corazón empezo a latir muy fuerte y mis manos se volvieron completamente frías, sentía como por dentro brincaba de felicidad al verlo allí, caminando hacía a mi vestido de blanco, con pintura en su rostro y algunos accesorios neón. Una vez estuvo a mi lado, tomo una de mis manos. El micrófono ya no estaba en sus manos y la música había vuelto a su curso normal. Me bajo de la tarima llevandome a la pista de baille, yo aún no podía creermelo, ¡Él estaba aquí, caray! No me dejo sola.

-Me ves como si fueras visto un fantasma- rompio el hielo soltando una risita.

Negue aún con la sonrisa en mi rostro -No me lo creo aún.

-Sorpresa- me susurro en el oído para luego plantar un beso en mi mejilla haciendo que estas empezaran a tornar un color rosa.

Había imaginado toda la semana con este momento, soñando despierta y deseando que algo así ocurriera. Pero todo esto había superado lo que había imaginado, todo esto era mejor, más increible y sobre todo, real.

El ritmo de música cambio, tenían algo suave, lento. Sebastián puso una de sus manos en mi cintura, atrayendome hacía a él. Rode ambas manos en su cuello, teniendolo solo a centímetros de mí, sintiendo a mi corazón bailando junto con el de él mientras nosotros nos moviamos suave al ritmo de la canción que estaba sonando.

-¿Te dije lo hermosa que estas?- negué con una sonrisa a labios cerrados. Me sentía como una niña a la que por primera vez le hacían cumplidos. -Señorita Meghan Ziegler, se encuentra usted muy hermosa en la noche de hoy.

No podía verme, pero sabía que el tono de piel en mi rostro había cambiado por completo, si hubiera alguien que no me conociera se asombraria al conocer a la chica tomate.

-No sabes lo afortunado que me siento al tenerte- podía sentir como bajo mis pies tocaban un suave algodon en lugar de suelo. Me sentía por completo en las nubes. -Y ese hermoso vestido blanco, resalta todo de ti. Tu cuerpo, sonrisa, tus ojos, tu cabello, tus piernas.. hasta tu piel- se fue acercando poco a poco hacía a mi. Hasta que pude sentir chocar su respiración con la mía en un leve roce de labios, haciendome imaginar mil y un co...

¡Esperen un segundo!.. ¿Él acaso dijo hermoso vestido blanco?

¿Una segunda oportunidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora