Capítulo 4.

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Las siestas no eran algo que Error apreciara demasiado, él estaba agotado de ellas, no eran divertidas, una simple perdida de tiempo. Sin embargo, en ese momento, demonios, sus cuencas parecían cerrarse solas. Se sentía algo cansado, decaído.

Tal vez era momento de dormir unos cuantos minutos y eliminar aquella maldita sensación de su cuerpo.

Lentamente comenzó a caer en la oscuridad, sus fuerzas comenzaron a volverse nulas, su voluntad comenzó a desaparecer. Incluso cuando sintió esa cosa tan viscosa moverse sobre su cuerpo, aún con la repulsiva sensación que le otorgó, no pudo reaccionar. No fue capaz de moverse de su lugar, fue imposible intentar mantenerse despierto.

Entonces, aquella terrible sensación comenzó a moverse hacia diversas partes de él, primero lo sintió justo sobre sí mismo, algo ejercía una fuerza sobre él, había algo que se había acostado justo encima de él y no le daba la oportunidad de moverse. Intentó golpear, patear, pero lo que sea que lo tuviese preso ya se había adelantado, tomando posesión de sus cuatro extremidades, presionándolas con demasiada brutalidad como para tratarse de un sueño.

Había algo largo, viscoso y asqueroso, su tamaño era gigante y acariciaba con cuidado sus huesos más expuestos, como brazos y piernas. Lo odiaba. Quería gritar, quitarse aquella cosa de encima, lo necesitaba, sentía que iba a explotar.

Cuando pensó que las cosas no podrían empeorar, las caricias se volvieron toqueteos, sin saberlo estaba sudando, quería que alguien lo ayude, quien sea, no le interesaba, quería que todo terminara. Lo mismo que le acariciaba hace un rato ahora se pasaba por su cuello, jugando con sus huesos, pasando sobre su rostro, ejerciendo una presión tan fuerte que parecía que le arrancaría la cabeza, su cráneo le dolía tanto que sentía que se rompería, se estaba ahogando. No supo en qué momento sus brazos se liberaron y, en un acto de reflejo, los colocó sobre su cuello, intentando alejar aquello que lo ahorcaba con tanto desespero, mas no podía tocar nada, algo le impedía seguir adelante.

Entre toda su desesperación por liberarse, finalmente perdió el conocimiento, no sabría jamás lo que ocurrió durante esos minutos en los que se alejó de la realidad.

Ahora podía caminar con libertad, moverse de igual manera, pero todo era completamente negro, no había nada más, era similar a su Anti-Void, sentía que debía estar tranquilo, pero no era así, había algo raro, algo le impedía mantener la calma.

Volteó a un lado, luego al otro, sólo había oscuridad, no había nadie a su lado. Llamó a las voces, les exigió que le hicieran compañía, no aparecieron. Gritó con fuerza, gritó para que alguien llegue y se quede a su lado, pero no sucedió.

Estaba solo en un vacío, uno distinto al Anti-Void, se sentía terrible, su cabeza le dolía demasiado, quería usar sus hilos, pero no funcionaban, intentó invocar un Gaster Blaster para sentirse acompañado, pero su magia no respondía. Entonces miró sus manos, se espantó al ver que estas se tornaban de un color grisáceo, perdiendo los toques negros, amarillos y rojos. Todo ocurría tan rápido, nada tenía sentido, empezó a marearse, tambalearse de un lado, luego al otro, divisó un bosque, este comenzó a girar en torno a él, nuevamente negro. Tomó su cráneo con sus manos y gritó, queriendo que todo se detenga.

Su vista se volvió completamente negra, dejó de verse a sí mismo en el espacio gigante sin compañía alguna, mas la sensación de ser aplastado regresó a él. Lentamente comenzó a abrir sus cuencas, todo se veía tan borroso, no divisaba ninguna figura.

Excepto por esa sonrisa. Esa maldita sonrisa.

Sus sentidos regresaron de golpe, por lo que lanzó el primer golpe directo hacia el frente, allí no había nada.

Miró a los lados, estaba en el Anti-Void, completamente solo, no había ningún rastro se haber tenido alguna especie de compañía en mucho tiempo.

Sentía un dolor punzante justo en la parte trasera de su cuello, por lo que se dio un pequeño toquecito allí para asegurarse que todo estaba en orden. Ni bien su falange tocó la zona, debió hincarse sobre el piso y luego agacharse, devolviendo todo lo que había comido momentos anteriores, de igual forma, su HP bajó un poco tras esta acción, algo que le dejó asombrado, pero con más preguntas, más mareado.

Miró sus manos, se encontraban completamente normales.

—¡Ja! ¿Te estás vengando de mí, no es así, Nightmare? —Rió, limpiando las lágrimas que se le escaparon después de haber vomitado.—¿Fue por hacerte enojar? ¡Tú no puedes engañarme a mí, te conozco mejor que nadie en el mundo!

Ese desgraciado las pagaría muy caro.

Todo había sido un mal sueño, una mala pasada de Nightmare.

¿No es así? Nada de que preocuparse, una bromita y ya.

Pero...

—¡Ugh! —Sintió un terrible dolor en su cuello, volvió a vomitar, así continuó durante un rato. Sus huesos comenzaron a arder lentamente, maldita sea.

¿Por qué se sentía tan real como para ser una pesadilla?

Tan ajeno a lo que sea que le estuviese ocurriendo, Error continuaba tirado en la misma posición, asustado por lo que sea que haya pasado, aunque no quería admitirlo.

A lo lejos, Nightmare le observaba, miraba su cuerpo completo y sonreía ante la idea de que ya lo había tocado, lo había memorizado con simples caricias. Ahora, el glitch no podría hacer nada, Nightmare tocó cada uno de sus huesos, mientras el otro se encontraba hundido en una nube de negatividad, respondió cada una de las preguntas de aquel ser lleno de negatividad, quien sonreía por sus nuevos descubrimientos.

Su plan ya había comenzado, ahora debía llegar a la mejor parte.

No podía esperar por tener a Error sólo para él, por siempre, sin nadie que lo detenga ni que le diga qué hacer.

Quería ver a Error a su lado, totalmente sumiso a cada una de sus órdenes, obedeciendo sin dudarlo, perdido en un mundo de fantasías y terrores que sólo aumentarían su fuerza.

—Oh, Error... Mira cómo me tienes~ —Sonreía con anticipación, el primer día y ya estaba seguro de que triunfaría, ¿y cómo no? Si a un par de metros de él, el glitch sujetaba con fuerza su cabeza, sintiendo un terrible dolor, uno que él causó, uno que, a fin de cuentas, le haría perder la poca cordura que poseía.

El destructor de AUs sería el mejor peón que haya tenido en su vida; con él de su lado, sería imparable.

Ahora, sólo debía asegurarse que él sea completamente suyo. No podía permitir que alguien lo aparte de su lado, nadie podría interferir entre él y Error.

Nadie.










❀✿❀✿❀✿
Me estoy durmiendo, bais.

Por cierto, no, Nightmare no tuvo relaciones sexuales con Error mientras este estaba inconsciente.

Lo digo por si alguien lo pensó y sigue creyéndolo. ¿?

『✿-Cxnni-❀』

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