Mi primo

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Ese día llegaron mis tíos con su hijo.

Ellos vivían en otro país y nos visitaban muy inusualmente, pero yo los adoraba con toda mi alma.

Cuando llegaron llevaron sus maletas al cuarto de invitados y rápidamente bajaron a tomar café con mis padres. La plática transcurría entre recuerdos de la vida y novedades de las familias de ambos. Mi primo apareció de adentro de la pieza, yo estaba en el sillón jugando con la consola, él caminó arrastrando los pies y se sentó a un lado. No dijo palabra. Sus hombros estaban tensos y su mirada perdida en la pantalla, podía ver que era unos años mayor que yo, quizá empezando la universidad. Me exalté, pues había un problema...

Yo no tenía un primo hasta ese momento.

Era un sentimiento que me carcomía, pero él estaba allí debía creerlo...

Me quedé un rato mirándolo mientras los gráficos del juego avanzaban y los monstruos me asesinaban al avatar; él no se inmutó por mis ojos que le taladraban la frente, parecía mitad zombie.

Al momento su mamá se levantó, le tocó el hombro y le sonrió.

-¿No vas a comer?

Él hizo una mueca y asintió. Al menos no estaba enloqueciendo, ellos lo veían. Se levantó y se fue a la mesa.

Yo caminé hasta el mueble donde estaba el tele, abrí la puertecita que estaba en la parte baja y saqué los álbumes familiares. Subí a mi cuarto.

Mi cerebro estaba sin ningún recuerdo de él. Buscando fotos familiares no encontré nada de ellos, pero eso tenía una simple explicación: vivían lejos ¿En qué estaba pensando? Analicé al chico por su físico, era parecido al de mi tío, el hermano de mi madre.

Diablos.

Quizá solo era paranoía, me atemorizó el hecho de que pudiese ser amnesia y, o Capras.

Esa noche me encontré en mi cuarto con los ojos abiertos de par en par, no podía dormir, el asunto de mi primo parecía una enorme lombriz deslizándose sobre cualquier cosa en que tratase de pensar.

¡Yo no tenía un primo, maldita sea!

Me levanté con dolor de cabeza y me acerqué a la ventana. Miré la calle por más de una hora, la soledad me hacía pensar mejor y el murmullo del viento nocturno me relajaba. Alcé la mirada, una estrella fugaz usurpó el cielo, era resplandeciente, hermosisima.

"Deseo saber la verdad", pensé.

Las nubes oscuras se remolinaron cerca de la luna, y la brisa cambió a un ventarrón gélido, parecía que la lluvia estaba pronta en venir.

De repente, aparecieron mis tíos junto con mi primo. Caminaron fuera de la casa sin maletas o algún tipo de equipaje, y se alejaron. Tomé una foto antes que se perdieran de vista, me parecía extraño que estuvieran a tales horas en la calle, y mucho peor con una tormenta aproximándose.

El día siguiente me levanté sin saber por qué estaba acostado en el suelo al lado de la ventana. Fui a desayunar y revisé mi celular. Cuando busqué la foto que uno de mis compañeros me pidió de la clase la vi... El flashback azotó mi mente y las imágenes del día anterior fueron apareciendo, junto a la sensación que todo estaba equivocado, vivía una vida errónea.

Cuando subí al autobus, en ese primer día de la semana observé mi casa, como esperando que alguien apareciera, que saliera de esas puertas.

En casa cuando hice la tarea necesitaba ayuda. Abrí el navegador y se sintió mal, yo no buscaba en internet normalmente. Bajé y busqué a mi madre, ella no estaba. Pensé en mi padre, las matemáticas no eran lo suyo. Tenía la necesidad de resolver mi duda y sabía que en mi casa había quién podía satisfacerla; pero al mismo tiempo sabía que nadie era capaz.

Y en ese momento una luz se encendió en mi cabeza, un fugitivo de algún tipo de hechizo o qué se yo, el cual me había quitado el recuerdo.

Yo le preguntaba a mi hermano.

Yo no tenía un primo.

Yo tenía un hermano.

Y el cuarto donde mis "tíos" se habían alojado era enrealidad su cuarto.

Mi madre era hija única y mi hermano mayor tenía los rasgos de ella.

Al preguntarle a mis padres no sabían de que hablaba, ni mis tíos, ni mi hermano, parecía que nada había existido. Pero yo tenía esa foto, que mis progenitores creyeron era un montaje muy extraño, en la cual se mostraba que yo no estaba loco.

Pero mi hermano jamás volvió.

Mea ParadisumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora