~Princesas y Dragones~
Capitulo 9: Buen Humor
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-¡Merida!- Exclamo su madre, pero aunque lo intentara, la princesa no podía dejar de reírse, y es que, nunca había querido tanto abrazar a sus tres pequeños hermanitos. La risa de Merida rápidamente contagio a Hipo, quien comenzó a reír por lo bajo para no ganarse otra mirada asesina de su amiga…
-¡¡HIPO!!- Exclamo Astrid cuando el vikingo tuvo que darse la vuelta completamente para intentar disimular la risa
-Lo….lo siento- Dijo él poniendo todas sus fuerzas en dejar de reír, Merida ni siquiera lo intentaba estaba apoyada contra la pared abrazándose las costillas, La Vikinga la miraba con odio, pero eso no le podría importar menos a la Pelirroja
-Astrid- Dijo seriamente la reina- Creo que será mejor que vengas conmigo…Te ayudare a quitarte eso de la cabeza…
-Claro, gracias- Contestó una rubia roja de rabia y con los puños apretados, tras esto al reina salió de la habitación dándole una mirada de advertencia a su hija, quien ya no se burlaba pero se limpiaba las lágrimas que salieron por tanto reír con una sonrisa en el rostro, Astrid salió tras de ella dirigiendo una última mirada asesina a la princesa y al Vikingo…
Se quedaron solos en la habitación.
-¿Me…Merida?- Dijo Hipo con duda en la voz
-¿Hmm?- Merida levantó la cabeza y miró aun sonriendo al castaño, quien agradeció el accidente de Astrid, por lo menos así tenia a Merida de buen humor.
-Yo… ¿Podemos hablar?
La princesa se cruzó de brazos y evaluó la situación, aún estaba muy enojada… furiosa, pero era verdad que lo de Astrid le había subido bastante el ánimo, así que asintió lentamente
-Te escucho- Dijo sentándose en la cama, El vikingo se puso muy nervioso, ¡¿Había accedido?! ¡¿y ahora que le iba a decir?! ¡¿Cómo empezar?! Su cabeza era un verdadero desastre…
-Yo… es que… no quise, es decir si quise, por eso lo hice, pero no quería…, bueno si quería pero no porque… yo… aaarghs! Empezare de nuevo, yo…
Merida miraba al Vikingo divertida, Se enredaba solo con sus palabras, después de tanto tiempo pidiendo y pidiendo hablar con ella y… ¿eso era lo que quería decirle?, solo sonrió y miro al castaño ladeando un poco la cabeza.
Hipo no sabía que decir, simplemente tenía muchas oraciones formándose a la vez, en una batalla por Salir de su boca, logrando más o menos esto:
-Yo quería que, ¡Pero aún no hablaba con Astrid!, y mi padre hablo, y no querías escucharme, pero estoy arrepentido!
-…Si…no entendí absolutamente nada…- dijo la pelirroja sonriendo, por lo que Hipo se tranquilizó un poco
-Merida yo… ¡lo siento!- dijo casi gritando, Merida lo miro a los ojos… Hipo estaba sonrojado y sus ojos verdes brillaban más de lo común, juntaba sus manos nerviosamente intentando que la chica no notara su temblor.
Para Merida, estos ojos reflejaban sinceridad, no podía estar mintiendo y ella no dudaba que Hipo estuviese arrepentido pero… el dolor que le causo no lo había sentido nunca… recordó el momento exacto cuando Hipo la beso, lo recordaba muy bien, había sentido una forma de felicidad distinta a todo lo que antes había vivido… lo que sentía por el… no era amistad, eso estaba lamentablemente claro, pero… si no era amistad…ella… ¿lo… quería? Su mente la llevo a recordar otra escena: cierta vikinga presumida estaba colgada al cuello de Hipo y lo besaba, si… Merida experimento sentimientos nuevos esa vez también… rabia, dolor, celos, y la sensación de saber exactamente cuándo es que tu corazón se rompe….