Parte 4.

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- ¿Señorita Kobbel?

Escuche la voz ronca del profesor Simons pronunciar mi nombre a lo que me puse un poco nerviosa y voltee lentamente hacia él, debo admitir que se escucha muy sensual cuando él lo dice; tenía un libro en su mano izquierda y la otra la ocultaba en su bolsillo y se dirigía lentamente hacia mí con elegancia en ese lapso de tiempo me puse nerviosa y muy rígida y cuando menos pensé lo tenía frente a mi mirándonos a los ojos, el con una sonrisa juguetona y yo me sentía caliente de la cara, no sabía por qué pero sentía que él me atraía o algo así.

- La espero la siguiente clase enfrente de mi escritorio, ¿Está de acuerdo?

- ¡Si!... Profesor Simons

Dijo con una sonrisa maliciosa y de repente escuche el timbre de mi alarma, pasaron mis cinco minutos para seguir acostada, rapidamente tome una ducha, me coloque el uniforme, rapidamente tome mi mochila y fui al instituto. Las clases transcurrieron normales, muchas se me hicieron faciles, se que con el tiempo me ire acostumbrando. Al llegar medio dia las chicas y yo fuimos al comedor de la escuela para descansar un rato y comer nuestros alimentos. por un momento quede divagando pensando en la edad del profesor Simons, a lo que mire por un momento a Ruth.

- Ruth, ¿hace cuanto conoces al profesor Simons?

las gemelas se me quedaron viendo con mucha sorpresa, no entendian mi pregunta y tenian curiosidad de lo que acabo de decir.

- no se de que me estas hablando Victoria, lo conoci aqui en la escuela como a muchas.

Su mirada confundida disfrazaba a la fulminante que mejor me enfoque en mi comida a medio terminar, la campana sono y tuvimos que dejar el lugar para terminar con el resto de las clases que nos hacian falta. Las clases transcurrieron normales, Español, Informática, etcétera; al salir de clases de la última campanada me despedí de las chicas y me dirigí a el estacionamiento por que por esa ruta podía llegar más rápido al trabajo, al caminar rápido note que alguien estaba fumando, al acercarme más mire que era el profesor Simons y me sentí nerviosa, me quería echar para atrás y el volteo despreocupado, se fijó que era yo de inmediato tiro su cigarro de color negro al suelo y lo piso.

- Señorita Kobbel, no esperaba encontrarla por aquí.

Su voz era de alguien incomodo, parece que fuma en secreto. Bueno, ya no lo es. Sentí mi rostro colorado y caliente, yo tampoco esperaba encontrármelo por aquí, y mucho menos fumando, no es que me disguste, sino que me sorprende que él tenga vicios.

- P-profesor Simons, yo... tampoco pensé encontrármelo por aquí

- ¿Va a casa señorita Kobbel?

- Ah... sí.

Dije algo nerviosa, mire de reojo que lentamente se acercaba a mi con paso firme y seguro, me arme de valor para verlo de frente y parecia que queria sonreir, pero no lo hizo del todo.

- ¿Desea que la lleve?

- Ah, no muchas gracias, no es lejos.

- Esta bien señorita, valla con cuidado.

camine a un lado de el para tomar la salida del estacionamiento, levemente inhale la colonia de su traje que se mezclo el cigarro que hace poco estaba fumando y olia sorprendentemente bien, al instante me ruborice y camine aun mas rapido. al poco tiempo llegue a la panaderia y me asignaron el puesto de cajas, no era tan dificil, pero si tenia varias dudas. Gracias a una compañera me oriente facilmente y no tuve problemas. Al caer el atardecer, mi compañera fue a mi puesto y me dijo que ya era todo, que podía irme a casa;fui a los vestidores a cambiarme el uniforme e ir a el apartamento a hacer mi tarea, en el camino tenía en mente al profesor Simons y me ruborizaba cada vez más rápido, no podía creer que era mi primer día y de todo me paso, llegue a la puerta quite el seguro, deje mi mochila en la sala de estar y me dirigí al baño a ducharme, al terminar de bañarme, marque por teléfono a mis abuelos para decirles como estuvo mi día, yo no soy cerrada con ellos y les dije todo lo que me había pasado, y solo ellos se empezaban a reír, como era tarde me despedí de ellos y empecé a arreglar mi uniforme para el siguiente día, al terminar me sentí un poco cansada así que me dirigí al dormitorio, pasaban las horas y no podía dormir.

Por más que lo intente, todos los recuerdos de hoy me llenaban la cabeza y me era difícil despejarme, me senté un rato y mire mi teléfono, era tarde, programe nuevamente la alarma y me quede un rato sentada tomando mis piernas con mis dos brazos, al estar un rato así por fin pude conciliar el sueño y de un rato a otro no supe a qué hora me quede dormida, de un momento a otro tenia al profesor Simons en frente mío queriéndome dar un beso y yo lo alejo, en eso él se intenta quitar la corbata mientras me jala hacia él desde la cintura y despierto de repente por la alarma, me senté un rato tomando mi rostro del susto, sentía que el corazón se me iba asalir del pecho, ¨¿Qué fue eso?¨ pensé, sentía liquido en mis pómulos, eran lagrimas ¨¿Por qué estoy llorando?¨ no dejaban de salir por más que intentaba detenerlas.    






Había una vez tú, yo y el mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora