Parte nueve.

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- Hola­­­.

- ¿Qué haces aquí? Ya no eres un estudiante.

- Quería verte.

- Estas loco.

Gracias a esto me sonroje y reí nerviosa a lo que el también hace lo mismo al mirarme, nunca lo había visto así y volteo hacia mi comida para dar otro mordisco, al voltear a verlo noto que me sigue viendo sin despegar los ojos.

- ¿Qué pasa?

- Quiero enseñarte algo.

- ¿A dónde vamos?

- Es una sorpresa, cierra los ojos.

- Si tropiezo sera tu culpa.

Al caminar por cinco minutos paramos en pasto, olía a pasto fresco y sentía un gran árbol enfrente mío, al abrir los ojos a la cuenta de Erick mire un inmenso árbol que se cubría por sí mismo como un domo de hojas, el césped era muy grande, parecía acolchonado y nos sentamos juntos cerca del tronco del árbol, al verlo me encanto, nunca había venido a esta parte del campus y parecía que nadie venia por lo que parecía más perfecto.

- ¿Te gusta?

- Es más que perfecto, me encanta.

- Qué bueno que te guste, este era mi lugar favorito cuando venía a la escuela.

Después de un momento de silencio y mirarnos a los ojos suena la campana para entrar a clase, me levanto rápidamente, me sacudo lo que me quedo de pasto y me despido de Erick parar ir a clase. Al salir de clases Erick me estaba esperando para irnos a la panadería y esto se hizo rutinario; al poco tiempo nos hicimos buenos amigos, íbamos al cine, comíamos helado, tuvimos la oportunidad de conocernos muy bien el uno al otro, tanto que nunca quise separarme de él, y él de mí; sin querer lo hacíamos todo juntos, excepto ir a la escuela y trabajar en la panadería, éramos como hermanos y sin querer me olvidaba lentamente del profesor Simons pues el después de todo esto se fue de la escuela y nadie lo volvió a ver, me dejo un hueco en mi corazón pero tenía que continuar con mi vida, no me quedaría atrás por un hombre que no conozco ni me conoce.

Sin querer ya había pasado a segundo grado y mi relación con Erick iba a mejor, un día quedamos en ver una película y me arregle lo más normal que se podía, al llegar a su casa me miro anonadado, esto hizo que me sonrojada, estábamos viendo la película con tranquilidad, era de miedo, obviamente a mí no me hacían, pues sabía perfectamente que eran pura ficción no importaba cuanto tiempo decían que eran basadas en hechos reales, jamás las creía así, pero Erick si

- Vaya, vaya, parece que Erick Black tiene miedo de una película.

- Nah, que va, solamente creí que me ibas a asustar haciendo jueguitos de manos como lo estoy haciendo yo

- Deja eso Erick, que asco.

Se calmó un poco, pasaron varias escenas y me sentía un poco rara, como observada, y es que desde que empezó la película sentía que me miraba constantemente yo solamente lo voltee a verlo y de la nada me empezó a besar, debo decir que no besaba nada mal y le seguí, me sentí muy bien lo tomaba del pelo mientras que él me tomaba de la cintura y de repente recordé el beso que nos dimos el profesor Simons y yo, esto hizo que me quitara rápidamente.

- Perdón, no debí hacerlo sin tu consentimiento. -Dijo agachando su cabeza hacia el suelo.

Yo no le di respuesta, solamente tome mis cosas y me fui de ese lugar y rápidamente fui a casa, no dejaba de pensar en ese beso y mucho menos en el profesor Simons, gracias a eso no pude dormir en toda la noche. La alarma sonó y yo me veía fatal, el no poder dormir ese día se notaba ferozmente en mi cara, solamente tome un baño y fui a la escuela, ni siquiera desayune o hice mi almuerzo, al llegar allá no podía prestar atención mi cabeza solamente se centró en esos besos y en esos dos hombres.

Erick llamaba constantemente y yo no le respondía ningún mensaje pues ya no sabía que sentir en él, en mi mente perdida escuchaba la computadora sonar, me levante de la cama y fui directo a ella revisar el correo, pensé que era un correo normal con la tarea pero me lleve la gran sorpresa de que no era así, era un correo del profesor Simons. Yo estaba paralizada, no sabía qué hacer, tantos recuerdos me vinieron en la cabeza con la pregunta '¿Sera prudente?'. El asunto del correo estaba en blanco por lo que, armada de valor, decidí abrir ese correo, en él decía que estaba aquí en la ciudad y que quería verme lo más pronto posible, mi corazón latía con fuerza, ¿Por qué me quería ver a mí? ¿Por que me late asi el corazon? mientras mas confunfida estaba mas nerviosa me ponia, despues de tanto tiempo me quiere ver a mi, ¿Por que yo? Una gran sonrisa se hizo presente, no podia dejar de sonreir. Respondí el mensaje con un día, la hora y el lugar que nos veríamos estaba emocionada sin saber por qué, empezaba a brincar en la cama como niña pequeña, solamente lo quería ver y no sabía por qué después de todo lo que había hecho. Los días pasaron rápido y ese día tan esperado llego y me vesti lo mas natural posible, mi cabello suelto, me maquille un poco y fui al lugar acordado, no sabía que quería o que necesitaba de mí, al fin al cabo el me rompió el corazón, pero ya lo pensé tarde ya estaba en el parque esperándolo.

Había una vez tú, yo y el mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora