"Y cada noche vendrá una estrella a hacerme compañía, que te cuente como estoy que sepas lo que hay.
Dime amor, amor, amor, estoy aquí ¿no ves? si no vuelves no habrá vida, no se lo que haré".
Año 2013
Jazmín Del Río lloraba desconsoladamente sentada en el jardín de su casa. El pasto estaba frío y húmedo por la escarcha invernal de la ciudad de Berlín, pero a ella no le importaba.
¿Acaso uno repara en esas cosas cuando le acaban de romper el corazón?
Levantó la vista al cielo y estaba nublado, no podía ver las estrellas. ¿Sería una señal?.
A veces sentía como si el universo pudiera reflejar lo que ella sentía y este era uno de esos momentos.
A sus 23 años nunca le habían roto el corazón....hasta hoy.
Siempre hay una primera vez para todo le decía su mamá y vaya si tenía razón. Pero nadie pudo prepararla para lo que podía sentir con eso. ¿Podia alguien morir de amor? se preguntó Jazmín. Y tuvo miedo que la respuesta fuera afirmativa.
Se tocaba el pecho y le dolía, podía sentir como su corazón hizo crack de verdad cuando Florencia Estrella tomó sus valijas y se fue.
Jazmín se quedó allí, en su jardín, llorando con el corazón en la mano. Una promesa rota y un montón de amor con el que ya no sabía qué hacer.
Año 2018
Era un buen día para Florencia Estrella.
Era su cumpleaños número 30 y realmente eran un motivo de festejo.
¿Qué más podía pedir?. Tenía todo: un empleo increíble en una de las agencias de publicidad más importantes de su Buenos Aires natal, tenía cuatro hermanas con las cuales había logrado crear un vínculo genial a pesar de todos sus contratiempos.
Se podía decir que era una mujer exitosa, su departamento era amplio y moderno, se lo había podido comprar con su arduo trabajo en la empresa al igual que su auto.
¿Qué le faltaba? Nada!. Eso es lo que se repetía cada mañana cuando se levantaba, para tapar el vació que hay en su corazón desde Diciembre del 2013, cuando tomó las valijas y se fue.
Florencia Estrella había abandonado la fotografía, a decir verdad después de su intercambio en la universidad de arte de Berlín nunca más volvió a tocar una cámara fotográfica.
Pensó que el mundo de la publicidad era un buen escape para no pensar, siempre tuvo una imaginación frondosa y creativa, podía aportar muchas ideas útiles a la empresa y tenía un gran manejo de la tecnología.
Pero no podía negar, que cada vez que en la agencia se tomaban fotos de algo, no podía dejar de observar fascinada,con un dejo de admiración y nostalgia.
Cuanto daría por cambiar sus decisiones pasadas, por tener el valor de continuar con todas sus pasiones. Si, todas.
Ojalá ella hubiera tenido el valor que tienen las personas que siguen sus sueños. Pero Florencia prefirió la comodidad, porque la zona de confort es un gran lugar para vivir, o al menos eso creía.
Llegó a su lujosa oficina tan temprano como siempre. Tenía una gran sonrisa en su rostro esperando los saludos de todos sus colegas, jefes y empleados. A decir verdad, últimamente le gustaba cumplir años, y treinta no se cumplían todos los días.
Cuando se sentó en su escritorio encontró un ramo de flores y una tarjetita rosa.
Automáticamente se puso de mal humor, sostuvo el ramo y lo tiró en la papelera. No le gustaba las flores. No desde hace cinco años. No podía dejar que nada en su vida la hiciera recordar viejos tiempos felices, porque la felicidad es efímera, y ella debía mostrarse una mujer fuerte y dura, aunque por dentro se estuviera desmoronando a pedazos cada vez que algo le recordaba a ella.

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El Jardín (Completa)
FanfictionUna historia de amor inconclusa Pasado y presente, Un encuentro que cambia todo lo que creían haber construído ¿Podrá el amor sobrevivir en el tiempo?