"Era blanca y yo era gris, era luna sin un fin, una estrella y de todas la más bella. Así era ella"
Año 2018
Florencia Estrella no sabía dónde encontrar a Jazmín. No había datos, no había teléfonos, ni direcciones y eso la estaba desesperando.
Durante dos semanas se dirigió al consultorio de María esperando que ella apareciera de nuevo a visitarla, pero nunca pasó.
Para conseguir un turno con la Licenciada Del Río tenías que ser un infante, o al menos tener uno. Florencia no cumplía con ninguno de los requisitos.
Quiso averiguar los días que recibía a sus pequeños pacientes pero no encontró nada en la web y en la clínica no le dieron información.
Se sentía frustrada, estaban en la misma ciudad, después de cinco años. Sus ojos eran los mismos, su pelo también, su piel, todo. Necesitaba recordarla, necesitaba volver a verla y corroborar que se le seguía dando vuelta el mundo cada vez que la veía o solo fue la sorpresa del momento.
Necesitaba despejarse, necesitaba dejar de pensar en ella, pero nunca fue fácil en este tiempo. ¿Porqué lo sería justo ahora que había vuelto a verla?.
Se tomó el día libre en su trabajo, privilegio que gozaba gracias a su antigüedad y prestigio, y decidió perderse en la ciudad como una turista.
Desayunó en un reconocido lugar de café mientras revisó sus redes sociales, se tomó el tiempo de llamar a sus hermanas para cumplir con el buen funcionamiento del vínculo y luego emprendió una caminata por el parque, no pudo escuchar música como le hubiera gustado porque cada canción que sonaba en el aleatorio le recordaba a Jazmín.
Decidió visitar una librería, sin dudas comprar un buen libro la ayudaría a distraerse, después de todo la literatura siempre fue su otra pasión.
Recorrió la sección de misterio intrigada, pero a decir verdad no tenía ganas de leer algo que la hiciera pensar demasiado, justamente lo que necesitaba era dejar de pensar.
Se le ocurrió comprar un libro para cocinar. Efectivamente ese sería su buen pasatiempo, podría aprender a cocinarse su comida vegana y entretenerse en el rato libre, además de hacer algo productivo.
Luego de preguntar donde estaba la sección de libros de cocina se dirigió allí, cuando comenzó a ver los estantes tuvo una sensación extraña, sintió el perfume de Jazmín y sacudió la cabeza. Pensó que se estaba volviendo loca, realmente la falta de sueño por las noches le estaba afectando seriamente.
Sintió una voz, y esta vez no estaba loca. Una voz que tarareaba una melodía que no podía identificar, pero si podía conocer a la perfección esa voz. Esa voz que le había cantado tantas noches antes de dormir, esa voz que parecía propia de algún ángel. Se dio vuelta y ahí la vio.
Estaba parada, inmaculada con su pelo rojo que caía como cascada sobre su espalda. Su mano intentaba tomar un libro de repostería del estante más alto.
La observó, era hermosa, era hermosa de espalda, era hermosa de perfil, de frente. Toda su alma brillaba y Florencia siempre fue testigo de eso.
-¿Te ayudo? - dijo Florencia con un hilo de voz, en un intento fallido por hablarle, ya que ella era mucho más pequeña que Jazmín y por supuesto que no podría alcanzarle tal libro.
Jazmín se dio vuelta y Flor pudo jurar que ambas estaban pálidas. La cara de Jazmín denotaba haber visto un fantasma frente a ella, y la verdad es que era algo así.
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El Jardín (Completa)
FanfictionUna historia de amor inconclusa Pasado y presente, Un encuentro que cambia todo lo que creían haber construído ¿Podrá el amor sobrevivir en el tiempo?