"Y este corazón que te robaste cuando te marchaste,
y te marchaste con mis besos, con mis besos y mis sueños.
Y este corazón esta latiendo cada vez más lento,
y estoy sintiendo en mis adentros como el fuego no se apagó"
Año 2013
Florencia cerró su valija y la miró. Estaba allí, dormida, como un ángel. Qué dolor despertarla, qué dolor despedirla. ¿Quién podría haber sido tan cruel como para romperle el corazón?.
Florencia se iba. Se volvía a Buenos Aires. Florencia tenía 25 años y se había escapado de una vida que quería olvidar, de un padre enfermo, de unas hermanas que no la querían y de una vida que no le ofrecía ningún futuro más que la absoluta soledad.
Había conocido Berlín y sus paisajes, había estudiado lo que quería, había adoptado a la familia de Jazmín como la suya, y le había robado el corazón.
Florencia Estrella se había enamorado de Jazmín Del Río, de una mujer.
De una mujer hermosa, fuerte, valiente y sensible.
Y ella no tenía nada para ofrecerle, estaba rota, tenía crisis nerviosas y ataques de pánico que demostraban su inestabilidad emocional, tenía una familia que no las aceptaría jamás y un padre al que tan solo le quedaban días de vida. Lo cual la obligaba a hacerse cargo de Miranda su hermana más pequeña, ya que con las demás nisiquiera se llamaban para los cumpleaños.
Florencia se asustó. La abrumó el amor, la mareó, nunca se lo había dicho pero Florencia amaba a Jazmín. Cada vez que la tenía cerca no podía contenerse de abrazarla, tocarla, besarla. Quería hacerle el amor en cada rincón de la casa, en el jardín, en la universidad, en cada fiesta, cada noche y cada día. Pero nunca se lo había dicho.
Soñaba con verla despertar a su lado todos los días y soñaba con ser ella quien provocara sus sonrisas más sinceras, aquellas que le provocaban que achinara los ojitos y su rostro se convirtiera en una obra de arte.
Quería ser todo lo que Jazmín nunca hubiera podido imaginarse que existía, pero lamentablemente Florencia no tenía nada. Era un mundo de nervios y miedos imaginarios, de inseguridades creadas por su propia familia. Lo que Florencia no sabía que es que tenía una estrella propia, una luz interior tan grande que podía iluminar el mundo, y esa misma luz fue la que hizo que Jazmín también la amara con locura, que perdiera la cabeza por ella. Que Florencia sea el primer pensamiento al despertarse de Jazmín y el último antes de dormir, y como si fuera poco también la invadía en los sueños.
Pero todo eso no alcanzaba, la morocha se moría de vergüenza si la familia de Jazmín viera a su tan amada y protegida hija con alguien como ella.
A Florencia le dolía el pecho, le dolía la vida, le dolía el amor.
Le dio un beso en la frente a Jazmín mientras dormía y observó como ante el contacto aún en sueños, la colorada esbozó una pequeña sonrisa. A Florencia se le cayó una lágrima, dejó un pequeño papelito en una de las sillas de el jardín donde se dieron su primer beso y sin más tomó su valija y se fue.
Nunca le explicó, nunca le avisó, nunca le contó que había comprado un pasaje. Todo era mejor así. Jazmín encontraría a alguien a su altura, alguien de quien la colorada estuviera orgullosa de tener y mostrar al mundo.Mientras ella pensaría en su amor toda la vida, en cada estación, en cada año nuevo, en cada atardecer, para ella siempre Jazmín sería la flor de su vida.
Año 2018
La brisa del atardecer despeinaba el pelo colorado de Jazmín al viento mientras reía entre los los labios de Florencia.
Cuando la morocha abrió los ojos estaban llenos de lágrimas y Jazmín limpió una por una con sus dedos, mientras la miraba fijo sin dejar de sonreirle.
Para Flor todo parecía un sueño, un sueño del que no quería despertar nunca, y tenía tanto miedo de que Jazmín saliera corriendo que estaba paralizada.
-No te vayas - dijo finalmente
-¿Yo? - preguntó Jazmín levantando una ceja
Florencia entendió que la que destruyó todo en el pasado fue ella y ahora tenía miedo de que todo se desmorone de nuevo. Sabía que justamente Jazmín no era muy reconocida por huir, sino que más bien era una característica de ella misma y que nunca iba a poder perdonarse.
Flor estiró sus brazos y la abrazó, la apretó tan fuerte como pudo, como queriendo que no se escape. Sintió su perfume, su calor, sus manos acariciando su espalda y sintió paz. Una paz que no sentía hace cinco años y que solo podía encontrar en los brazos de Jazmín.
-No llores más - le dijo la colorada mientras depositaba un beso en lo alto de su cabeza
-Perdoname, por favor, perdoname. No puedo estar sin vos.
-Shhh, no lo arruinemos ahora, no pienses, solo sentí. - le dijo muy suavecito Jazmín
-Siento que te amo - dijo Flor haciendo caso al pedido de la colorada
Jazmin puso una mano en el mentón de Flor obligándola a mirarla a los ojos.
-Yo siento lo mismo que vos - le respondió finalmente
-Sabes, yo te lastimé pero no porque quería, yo te amaba, te amo y te voy a seguir amando como siempre. No hubo un solo día que no pensara en vos en estos cinco años. Yo me enamoré y tenía miedo, no podía ofrecerte nada, no era nada, y vos eras todo lo que una persona podía soñar
-Esa excusa es muy fácil ¿sabés?, vos siempre me idealizaste, muchas veces estuve más rota que vos Flor, la solución no era huir. Me dejaste sola, sin dejarme explicaciones, sin decirme nada, no sabia donde ubicarte.
-Te dejé si, un papel. ¿No te acordás?
-Si pero no significaba nada, no habia explicaciones, no decía nada importante, solo decía..
-"Nunca te olvides de que te amo" - completó la frase Florencia - ¿Eso no te parece importante?
-Me parece que no quiero hablar de esto, me hace mucho daño.
-Jazmín, ¿me podés abrazar ahora?
Jazmín se secó las lágrimas y solo por ese momento intentó olvidarse de todo el dolor. La tomó de las mejillas y la besó. La besó sintiendo el calor de su boca, sintiendo los labios frescos y suaves de Flor sobre los de ella. Sintiendo como las manos de Flor jugaban con su cuello profundizando el beso y abrió la boca deseando que la lengua de ella entrara. Cuando finalmente lo hizo no pudo evitar el sonidito que le escapó y sintió verguenza, pero Flor se la quitó mordiendole el labio inferior. La mirada de Jazmín se transformó y Flor pudo darse cuenta. El beso estaba cargado de amor, de pasión pero también de dolor.
Bajaron la intensidad hasta que Jazmín terminó repartiendo besitos cortos por sus labios y después por toda su cara.
La sentó de espaldas entre sus piernas y ambas contemplaron la noche que estaba naciendo, como si fuera una nueva oportunidad. Como si las estrellas que empezaban a asomarse fueran una promesa de algo que podía ser mejor. Y respiraron, eliminando el dolor alguna vez sentido, para darle paso al amor. Siempre al amor.
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Me pone muy muy contenta que les guste esta historia! amo leerlos y saber que opinan, gracias por tomarse el tiempo de estar acá leyendo algo que imagino.
Gracias de corazón!
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El Jardín (Completa)
FanfictionUna historia de amor inconclusa Pasado y presente, Un encuentro que cambia todo lo que creían haber construído ¿Podrá el amor sobrevivir en el tiempo?