Tercer encuentro, estaba nerviosa, no como las otras veces, pero estaba nerviosa, tenía una carta en mano y una barrita de cereal, caminaba rápido para estar puntual en aquel lugar donde nos encontrábamos.
Llegué al lugar, había bastante gente, miré mi ropa a través del cristal de un negocio donde estaba parada, acomodé mi cabello y miré mi atuendo, estaba bastante bien, aunque ella me había dicho que iba vestida casi informal, bastante casual, así que una imagen se me vino a la mente, ella vestida con una remera a tirantes, pantalones anchos y ojotas, cosa que me causó gracia. Me apoyé en la pared del negocio, miré a un lado, y miré al otro, habían pasado algunos minutos, no sabía si irme o si quedarme un rato más, volví a mirar a mis costados, nada, la gente pasaba, a veces me miraba, y los nervios seguían apoderándose de mí, por fin iba a verte por tercera vez. Respiré, y me puse de pie para verte caminar hacia mí, con esos hermosos ojos verdes, intensos, y lo primero que hice fue abrazarte, e insultarte por estar más alta. Te veías hermosamente casual, y nos quedamos hablando un rato, luego te acompañé hasta una farmacia, donde conocí a tu madre por primera vez, vos presentándome a ella, no sabía si sonreír o charlar o si quedarme callada y solo decir un hola, que fue lo que sucedió.
Hablamos, hablamos de mí, de mi vida en general, de mi vida amorosa, pero no pudimos hablar de ti, y eso es algo que quiero hacer en el próximo encuentro. Y sacarnos una condenada foto, no tenemos ni una foto juntas, excepto esa que nos sacamos en el momento, donde salí super violadora sexual, por dios xD.
Lo digo una y otra vez, aunque ame a alguien más, siempre vas a ser mi dulce Alex, y siempre voy a disfrutar de nuestros pequeños encuentros casuales. Ya sea haciendo chistes pervertidos, legales, o diciendo que hay una papa en el suelo.
Ya tenía que irme, así que nos pusimos de pie y te abracé, podía sentir tus brazos rodearme, o como yo lo hacía contigo, había deseado eso hace muchísimo tiempo, y me sentí feliz, feliz porque la persona que había conocido lo bueno y lo malo de mí, estaba abrazándome, y yo abrazándole, era fabuloso y liberador hacerlo.
Te saludé, sonreí y me fui a mi casa.
Sigo pensando en todo lo que charlamos, en tu sonrisa, en que tu madre tiene tus mismos ojos, aunque más claros, los chistes, y la manera en la que te hago reír, es satisfactorio sinceramente. Desearía poder repetirlo más seguido, pero bueno, estabas viviendo en otro lugar y habías venido de visita a donde vivo. Tenía que aprovecharlo al máximo. Lo dije una vez, y pienso volver a repetirlo, amo tus ojos, tanto que los evito porque podría quedarme viéndolos por una eternidad si así pudiese.
Quizás ya no sienta sentimientos románticos por ti, pero sigues siendo la primera persona que amé con todo lo bueno y lo malo de mí, la primera vez que salieron a relucir mis virtudes, y mis defectos, así como pude conocerte y que me conozcas, y es lindo que, aún después de tal relación, podamos llevarnos así de bien, es genial, eres genial, somos geniales.
Así que, esperaremos a la próxima, Alex ~
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Mi Dulce Alex
RomanceRelato de cómo una chica puede interesarse en otra en apenas unas horas... ¿Pude una persona impactar en tu vida en años siguientes?