Viernes 29 de agosto del 2013
Lia podía observar desde su asiento en la parte trasera del auto la pequeña figura que conformaba Gareth y una maleta. Él se cubrió los ojos por las luces de los faroles de la furgoneta, y Corin apagó el motor. Ella fue la primera en bajarse, para después ir trotando hasta donde estaba Gareth.
―Hola ―le saludó ella sin ningún gesto físico.
―Lia, que bueno verte de nuevo. ―Gareth se acercó a ella y le dio un abrazo―. ¿Cómo estás?
―Bien. ―«Perfecto, solo acabo de enterarme que jamás tendré hijos, de resto, estoy muy bien.»
―Qué bueno.
Corin llegó.
―¿Lo tienes todo? ―le preguntó al novio de Fiorella.
―Sí, todo lo que me pidieron.
―Bien, vamos a la camioneta a que nos acomodemos todo.
Corin encabezó a la fila que lo seguía, conformada de Lia y Gareth.
Lia regresó a ver a Gareth. Era muy atractivo, y si ella fuera unos años mayor le echaría el ojo, aunque habían otros factores por los que no lo haría: Toy y Fiorella.
Todos se subieron a la parte trasera de la furgoneta ―incluyendo Corin―, donde ya se encontraba Melissa desempacando algunas armas. Gareth fue el último en subirse, así que cerró la puerta detrás de él.
―¿Dónde están las cosas? ―preguntó Melissa.
―Aquí. ―Gareth puso la maleta que estaba cargando en frente.
―Bien, veamos qué tenemos aquí. ―Melissa abrió el cierre de la maleta y empezó a sacar las cosas, nombrándolas mientras las ponía en frente del equipo―. Boqui toquis, micrófonos y audífonos. Todo perfecto.
―¿Cómo es que conseguiste todo esto en una tarde? ―preguntó Lia.
―Bueno, cuando eres millonario y tienes contactos…
―Presumido ―masculló Corin.
―¡Ella preguntó! ―protestó Gareth.
―Déjalo en paz, Corin ―lo regañó Melissa.
Lia vio que Corin se mordió la lengua para no decir nada, y se rio.
―Bien, basta de bromas ―dijo Melissa―. Lia, ten. ―Le entregó un boqui toqui―. ¿Están sincronizados? ―preguntó, dirigiéndose a Gareth.
―Supongo que sí.
Melissa frunció el ceño y prendió uno de los aparatos.
―Prende el tuyo ―le pidió a Lia.
Lia lo hizo. Lo probaron, y resultó que sí estaban sincronizados, por lo que continuaron con el resto del armamento.
―Bien, ahora los micrófonos. ―Melissa desenrolló un micrófono. Era un micrófono que se podía enganchar, y su extensión era un cable hasta un pequeño aparato.
―Eso sí es un problema ―comentó Lia.
―¿Por qué? ―preguntó Corin.
―Es con cable, y seguro les van a revisar algo, ¿no creen? ¿No pudiste conseguir inalámbricos? ―cuestionó, mirando a Gareth.
Él se encogió de hombros.
―Solo tuve una tarde.
―Vale, ya no discutan ―pidió Melissa―. Vamos a tener que poner el aparato en sus bóxers y el micrófono en alguna manga de la camiseta, ¿bueno?
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Mafia Femenina 1: Albures y Azares
Roman d'amour[Ganadora en los Premios Watty 2014] «El mundo giraba según reglas propias e imprenetrables, reglas hechas de albures y azares que incluían apariciones y desapariciones, presencias y ausencias, vidas y muertes.» ― La Reina del Sur, Arturo Pérez-Reve...