Nicol
Me quité el casco negro, aparcando mi motocicleta frente al estudio de tatuajes de Will, en el que Scott y yo trabajábamos ya hacia un tiempo. Empujé una de las puertas de cristal, entrando. Lo primero que tuve a la vista fue a Will acostado sobre el sofá de cuero negro que teníamos en la entrada.
— Terminator — dijo saludándome con una sonrisa.
Dejé mi casco sobre el mostrador, acomodándome en mi puesto.
— Con este calor vas a dejar esos tatuajes pegados en el sofá.
Y es que, si Scott y yo teníamos tatuajes, Will tenía piel en los tatuajes. Hasta el momento el único lugar que le conocía sin tinta era su cara.
— ¿Cómo va la escuela?, ¿ya casi eres doctora? — Preguntó divertido.
Reí.
— See, algo así.
— Ey enana, ven — la cabeza de Scott se asomó por la puerta de su estudio.
— Me voy a dormir, despiértenme si pasa algo — dijo Will, dándome la espalda y acostándose completamente en el sofá.
Sí, ese era nuestro jefe.
Me levanté de mi asiento caminando hasta donde estaba mi hermano.
— No voy a ir a comprar nada — hablé, antes de que él lo hiciera.
Scott me miró.
— Que agresividad — luego me mostro su libreta de diseños — y yo siendo buen hermano.
Me acerqué para mirar mejor.
— ¿Son los diseños que te pedí?
— No, te estoy enseñando mis dibujitos para que me felicites — habló sarcásticamente.
Ignoré su comentario, tomando la libreta para comenzar a verlos.
— ¿Te vas a hacer un nuevo tatuaje Nicky?
Alcé la vista, encontrándome con Will.
— ¿Qué no te ibas a dormir? — le pregunté.
— El chisme es primero — dijo, para luego bostezar.
— No, es para un chico que perdió una apuesta contra mí — hablé, volviendo a mirar las hojas.
Oí su risa.
— Esa es mi Nicky. Consiguiendo más trabajo para el local y humillando gente — rio por última vez, para luego irse.
Sonreí al ver el diseño. Había encontrado al elegido.
— Este — dije mostrándoselo a Scott.
Giró un poco su cuello, para mirarlo, y sonrió igualmente.
— Sí, supuse que ibas a elegir ese.
Me levanté de la silla.
— ¿Lo puedes hacer hoy?
— ¿Y yo qué voy a saber? Tú eres la chica horarios.
Le levanté el dedo medio y fui hasta la computadora, para revisar si tenía algunas citas.
— Pues, tienes una cita hasta dentro de dos horas — sonreí malévolamente — así que sí.
— No se diga más, hay que humillar gente — dijo frotándose las manos con una sonrisa.
Tomé mi celular y busqué el número de Ryan, hasta que lo encontré y lo pulsé. Luego de varios segundos de espera, contestó.
— "¿Hola?" — Su voz sonaba como que estaba dormido. Ahh, no podía tener mejor noticia al despertar.
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Y fuiste tú
Romance¿Qué pasaría si tienen cinco hermanos hombres?, vivir en la misma casa, convivir en la misma escuela. ¡el mismos baño!. pues esta es mi vida. mis cinco hermanos son los más "populares", de la universidad, si es una forma de llamarle que se acuestan...