Él sabía que ella se enamoraba con los pequeños detalles, que los momentos juntos eran su mayor tesoro. Él le decía que la amaba, que era su todo, que era lo que el siempre había estado esperando y que con su amor ella podía curarlo, que siguiera a su lado aún cuando todo se ponía difícil, que no lo dejara.
Ella lo sentía tan real en algunos momentos, se hablaban mirándose a los ojos, la mimaba, él besaba tanto su frente que le hacía una corona de besos y ella orgullosa de usarla. Ambos eran muy distintos pero habían cosas donde si compaginaban y lo sabían aprovechar.
Él le enseño que hasta en el paraíso se pueden tener tentaciones y que en ciertos infiernos habitan ángeles, poco a poco uno aprendía del otro, cada día se volvían más fuertes e íntimos.
Él la despojaba de sus miedos, le mostraba a querer lo que ella creía que eran imperfecciones, él la enseñaba a aceptarse físicamente y hacía de su cuerpo un templo, ella le mostraba la belleza que habita en su alma y que él no dejaba salir, ambos se complementaban, hacían de la tierra su refugio.
Ella sabía quien era él o al menos lo presentía, sabía que nadie es capaz de cambiar de la noche a la mañana ni por todo el amor que le estuvieran brindando pero aún así ella no se rendía, ella seguía con su intento de curarle el alma; llenarlo de ella y de su amor pero de los dos él tenía ventaja porque ya otras lo habían querido salvar y ella solo era una más.
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Mi Demonio Favorito.
RomansaMuchos de los escritos que verán a continuación los escribo desde el alma, contando y dejando ver en cada uno de ellos mi esencia, un poco de mí que espero les pueda llegar a gustar. Muchas cosas serán reales, otras imaginarias pero sin dejar de c...
