Katrine Rask.
Mi ira subia, ¿Que acción podía haber en cocina? Si por algo había entrenado es para el trabajo de campo, me encantaba.
-Formen fila- anunció uno de los guardias.
-¡Ha hacer su trabajo!- anunció el principe.
Me sentía observada así que levante mi vista tomándome con los ojos del Príncipe fijos en mi.
-Señorita Rask, yo mismo la llevaré a su lugar, la veo en quince minutos cerca de la cocina- asenti en una pequeña reverencia, la cual esperaba no se hubiese visto inútil.
-Bien señores... y señorita Ha trabajar -anunció nuevamente el príncipe, aún sentía su vista fija en mi.
Camine sin detenerme, entre a mi habitación y salí al corredor para atender la llamada entrante de Patrick, un colega.
-Hola patrick- susurre.
-Hola Trine- era el único que me llamaba así -Elliot me comentó que te llamaron a Dinamarca, ¿Como va todo?- preguntó.
-Bien tío Pat- le llame por su apodo -Ya me han desigando-
-¡Oh Vaya!- rió. -¿Que tal tu puesto?- preguntó
-No es un trabajo de campo- suspire, -Pero lo ha decidido el príncipe-
-Eso es malo, tengo que dejarte Trine, el deber llama- anunció.
-Claro, adiós tío pat-
-Adiós trine- y sin decir más colgamos.
Camine a mi habitación necesitaba una ducha urgente, tenía que estar lista para ir a mi puesto
Después de aquella bendita ducha con el agua más cálida inimaginable salí enredada en una toalla, ya que mi ropa se encontraba perfectamente acomodada sobre la cama.
Apenas iba a colocar mi ropa interior cuando la puerta sonó.
Quizás sería alguna de las mujeres de servicio, No tenía idea de si usaría algún uniforme o mi habitual ropa.
Si era alguna chica con mi uniforme tenía que abrir para colocarmelo.
-¿Si?- abrí poco la puerta, dejando un reguero de agua en mi camino.
-Lo siento- vi como aquel hombre se giraba.
-¡Oh!- caí en la cuenta de que apenas llevaba una toalla y que el príncipe estaba frente a mí. -Deme dos minutos- y más rápido que mercurio alrededor del sol me vestí.
Definitivamente no era un chica de servicio, y tampoco tenía un uniforme.
Cuando por fin estuve vestida abrí la puerta un poco más.
-¿En que le puedo ayudar su alteza?- hice una reverencia.
Si mi mente no fallaba apenas han pasado diez minutos y en quince le vería.
-Sólo venía a informarle que tiene que pasar al despacho de mi padre en diez minutos- dijo mirando otro punto, pero ¿Por que ha venido personalmente? -Perdón por el atrevimiento, He mandado una mujer antes pero no le ha encontrado- pareciera que me lee la mente.
-Si su Alteza estaré ahi- hice otra reverencia -¿Por que tengo que ir con el rey?- me parecía extraño si ya me habían designado mi lugar de trabajo.
-Mi padre cree que sirve para otro puesto, así que el se hará cargo de usted, yo ya no tengo nada que ver- cuando vi que se giró para ir a donde supe que no recordaba donde estaban las oficinas, cerré mi habitación y le seguí, quizás el iba hacia allá.
Tal vez no notará mi presencia, camine alerta. Aunque aún no era mi trabajo había sido entrenada para detectar aún la más mínima amenaza.
Observe a mi alrededor, algo llamó mi atención, algo brillaba contra la luz del sol, y las sombras no deberían moverse ni brillar.
Con paso apresurado corrí impidiendo el ataque a sangre fría contra el príncipe llevándome un gran rasguño en mi brazo izquierdo, pero neutralizado la amenaza, frente a la mirada atenta de un estupefacto Príncipe.
Comenten.
Besos. Sam. ❤*Nota*
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El Príncipe De Dinamarca (DISPONIBLE COMPLETA EN "SUEÑONOVELA")
RomanceDesde siempre su deber fue proteger a los Jensen, pero ahora todo eso iba más allá de lo que imaginaba.