-Entonces cuéntame más de tus pasatiempos ¿que te gusta hacer aparte de obviamente trabajar y leer?- preguntó Draco sentándose en una banca cercana.
-¿Como sabes que uno de mis pasatiempos es leer?- el muchacho la miro con las cejas arqueadas.
-Vamos Jean, tú eras.. ya sabes, la sabelotodo Granger. Te la pasabas levantando la mano en todas las clases y prácticamente vivías en la biblioteca.- la chica sonrió.
-¡Si que era irresistible en aquella época!- exclamó y Draco se echó una leve carcajada.
-¡Por supuesto! ¿Quien puede resistirse a un ratón de biblioteca!
-Pues te dire que es más atractivo que un ratón Draco. ¡Un hurón!- le dijo Hermione recordando aquella vez que Barty Crouch Júnior (en el cuerpo de Ojoloco) lo había transformado en hurón. Draco hizo una mueca de disgusto al recordar el vergonzoso evento.
-Eso fue un golpe bajo, Granger.- la castaña seguía riendo.
-Ya, lo siento.- le respondió tratando de no reír más.- Pero bueno, mis pasatiempos además de mi trabajo y leer sin ir al cine, caminatas largas, antes solía salir mucho con Ginny, ayudo de vez en cuando a George en la tienda, y creo que es todo. No salgo mucho, los ratones de biblioteca preferimos la tranquilidad.- dijo sonriendo tímidamente.
-Pues lamento decirte que hoy no habrá nada de eso, preciosa. Estuve pensando qué hacer y no sé me ocurrió nada pero justo hoy un amigo abrirá su club y nosotros estaremos ahí.
-¿Club?- preguntó incrédula Hermione.
-Club, discoteca, antro, boliche como quieras llamarlo Jane.- ella puso los ojos en blanco.
-Si sé lo que es un Club Draco, simplemente que casi no acostumbro ir a ninguno solo con los chicos y además no sé si con todo lo que ha pasado este de humor.
-¡Exactamente! Con todo lo que has pasado necesitas diversión. Además, no puedo quedarle mal a Andrew, es uno de mis mejores amigos, le prometí ir y quiero que tú me acompañes ¿puedes?- dijo Draco haciendo un pequeño puchero haciendo que Hermione sonriera y sin poder rechazar la oferta aceptó.
-¿A qué hora tenemos que estar en el club?- le preguntó la castaña.
-A las 9. ¿Te parece si me das la dirección de tu casa para pasar por ti?
-Por supuesto.- respondió sacando una libreta y un bolígrafo para escribir los datos. Corto el pedazo de papel y se lo entregó.- Más te vale llegar puntual, Draco.- amenazo Hermione.
-Lo prometo, preciosa.- dijo y sin más desapareció.
***
Eran apenas las 7:30 p.m. cuando Hermione decidió poner manos a la obra y arreglarse para esa noche. Aún no sabía qué atuendo iba a escoger, quería algo atrevido pero sin dejar de ser elegante. Abrió y su closet y empezó a buscar entre su ropa. Al cabo de unos 15 minutos estaba decidiendo entre un vestido corto de lentejuelas negro de tirantes o una falda con brillos dorados combinada con una blusa blanca de seda, se midió sus dos opciones y se decidió por su segunda opción.Después de elegir sus zapatos y los accesorios que usaría comenzó a ducharse. Hermione estaba nerviosa ya que era la primera vez en meses que salía a divertirse, además un club no era donde ella acostumbraba divertirse y más nerviosa la ponía el pensar que su acompañante era nada más que Draco Malfoy. Al pensar en él la castaña no pudo evitar ruborizarse, jamás pensó que se la pasaría tan bien con él que sería él quien la ayudaría en ese momento de su vida donde se sentía más sola que nunca.
Salió de la ducha y comenzó su rutina de belleza, se secó el cabello, cepillo sus dientes, humecto su rostro y comenzó a vestirse. Había decidido completar su atuendo con una chaqueta de cuero negra para disimular un poco el escote de la blusa y tener el balance perfecto entre atrevido y a su vez elegante. Hermione no solía maquillarse demasiado pero esa noche requería algo más que un gloss rosa pálido, se aplicó un poco de base y corrector para disimular las ojeras que el trabajo y esas noches de soledad habían provocado, se maquilló un poco las cejas sólo, se hizo un delineado de gato sutil y aplicó rímel, un poco de rubor y el toque final; labial rojo.
Hermione nunca había sido buena peinándose así que solo se puso un poco de crema fijadora en el cabello y lo peino. Eran las 8:40 y la castaña ya estaba lista cuando escuchó que tocaron a su puerta lo cual le pareció extraño pues no esperaba que Draco llegara tan temprano, abrió la puerta y se encontró con la persona que menos quería ver en ese momento.-¿Que haces aquí Ronald?- preguntó Hermione a la defensiva.
-Tranquila Herms, vengo en paz. Necesito hablar contigo. ¿Puedo pasar?- la chica dudo un poco pero al final le abrió la puerta.- Wow, estas hermosa ¿vas a salir con alguien?- preguntó el pelirrojo a quien esa idea no le gustaba para nada.
-Eso no es de incumbencia.- Ron se acercó bruscamente a ella tomándola del brazo.
-¡Por supuesto que es de mi incumbencia Hermione! ¡Tú eres mía!- gritó y le soltó el brazo ahora para envolverla en un abrazo. Al estar tan cerca de Ron la castaña se percató que desprendía un leve olor a alcohol.
-¡Aléjate Ron!- le ordenó empujándolo y separándose de él. Ron retrocedió torpemente como si el alcohol hubiera echo efecto en él.
-¡Vamos Herms! Hoy cuando te vi con ese estúpido Mortífago me hirvió la sangre, ése infeliz de Malfoy no merece ni respirar el mismo aire que tú mi pequeña. Yo te amo Hermione, lo de Parvati sólo fue una tontería, los dos estábamos ebrios y..
-¡Basta! No me interesa saber nada más Ron, mucho antes de encontrarte en la cama con Parvati nuestra relación ya no tenía futuro. ¡Así que lárgate! ¡Ya no tengo nada que ver contigo!- grito Hermione a punto de soltarse a llorar. Ron parecía no haber escuchado nada de lo que ella le había gritado pues se lanzó contra ella y comenzó a besarla apresuradamente al mismo tiempo que bajaba una de sus manos al trasero de la chica. Ella se resistía con todas sus fuerzas a corresponderle e indignada por el acto de su ex esposo le dio un rodillazo en la entrepierna para alejarse de él. Pareció haber sido un duro golpe pues Ron no hizo más que doblarse de dolor mientras Hermione alcanzaba su varita que había dejando en una mesa cerca.
-¡Depulso!- gritó Hermione barriendo su varita que apuntaba hacia Ron quien salió disparado lejos de Hermione. Tardó unos cuantos segundos en levantarse. Él estaba furioso.- ¡Vete de mi casa o me obligarás a usar las maldiciones imperdonables!- la castaña aún sostenía firmemente la varita apuntando hacia aquel chico pelirrojo que hace un tiempo había significado todo para ella.
Ron sólo la miró y sin decir nada más se fue. Al oír la puerta cerrándose Hermione se dejó caer al suelo y algunas lágrimas empezaron a correr por sus mejillas. No quería llorar, estaba harta de hacerlo. No iba a permitir que Ron le arruinara sus planes ya bastante cosas había arruinado. Se levantó, se arreglo el maquillaje y reviso la hora. 9:00 p.m. El timbre sonó.
Era Draco.
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Las Sombras de Malfoy
FanficLa guerra ha terminado, las muertes y la violencia han quedado en el pasado pero, ¿por qué el dolor aún sigue? -Cariño, las memorias nos destruyen.