Hermanos Weasley y P.E.D.D.O.

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El ojigris estaba impresionado con la inmensidad de la tienda, aún recordaba de manera vana a los gemelos haciendo bromas en Hogwarts. Se escuchaban risas por todos lados, niñas chillonas buscando pociones de amor y otros volando por el techo con sus nuevas escobas.

–Vayamos a saludar. -Hermione le tomó del brazo y lo llevó hasta donde se encontraban los hermanos Weasley: Ron y George. Ellos al parecer ya se habían percatado de que Malfoy estaba ahí pues los miraban desde la distancia.
–Hola.- los saludó la chica.- pasábamos por aquí para saludarlos. Ron la miro como si estuviera loca.

–¿Qué rayos haces con él?- pregunto Ron sin más.

–Si Ron, también me alegro de verte. Y por si no lo recuerdas Malfoy desde hace mucho tiempo se disculpó con nosotros. No es para que te comportes así, sé maduro.- le reprochó Hermione

–Tranquilo Weasley, vengo en Paz.- se apresuró a decir Draco fríamente. Ron sólo le lanzó una mirada envenenada, de los 3 él fue el único que jamás perdonó realmente a Draco.

–Calma hermanito. Lo pasado pisado ¿que no es eso que dicen los Muggles?- miro a Hermione divertido- Dímelo tu pequeña, eres mitad muggle ¿no?- y se dirigió a Draco esta vez.- ¿Cómo es que pudiste llegar con ella? No quiero alarmarte pero hay un rumor de que los sangre sucia huelen muuy mal.- bromeó tapándose la nariz y haciendo muecas. Draco se apartó dramáticamente de Hermione.

–¡si! Yo también he oído ese rumor. ¡Arg sangre sucia!- Hermione cruzó los brazos y negó con la cabeza:

–Bueno, creo que ahora Ronald es mucho más Maduro que ustedes.- George se precipitó hacia ella y le dio un cálido abrazo.

-¡hace tanto que no venías a visitarme! Porque viene por mi ¿no?- miro a Ron.- tranquila, haré que este payaso se vaya de aquí si así lo quieres, lo mandaremos a ver si ya puso la marrana.- exclamo divertido a lo que Hermione solo rió.

-¡puedo escucharte perfectamente!- dijo Ron

-¡Ese era el punto hermanito!- Ron le dedicó una mirada de pocos amigos y se fue murmurando maldiciones para su hermano y unas cuantas para Malfoy.- Tranquilos, luego se le pasará. Por cierto, sé bienvenido cuando quieras Malfoy.

-¿Sin rencores?.- preguntó el rubio extendiendo la mano a George.

-Sin rencores.- le respondió estrechándole la mano.

-Bueno, supongo que es hora de irnos. Me alegro mucho verte George, espero venir pronto, ¿me puedes despedir de Ron? Creo que sigue molesto.- le dijo viendo a su ex esposo acomodando bruscamente unas cajas.

–Por supuesto Herms. Cuídate mucho.- los dos se dieron un pequeño abrazo.- Adiós Malfoy, no te metas en problemas o tendré que llamar a Harry.- bromeó.

–Lo tendré en consideración, aunque no prometo nada. Tengo ganas de darle una paliza al Jefe de Aurores.

Hermione y Draco se dirigieron a la salida en silencio, el chico estaba sumido en sus pensamientos y ella no sabía qué decir para romper el hielo hasta que Draco soltó de la nada:
-Weasley es un idiota.- ella sólo lo observó y se quedó callada unos segundos.

-No es así, sólo que es muy impulsivo y orgulloso. Es un poco difícil pero cuando lo conoces es una persona muy noble y leal.

-Si que tienes argumentos para defenderlo.- respondió fríamente.

-Él es una parte importante de mi vida. Ha sido uno de mis mejores amigos desde nuestro primer año en Hogwarts.

-Y tu gran amor.

-Si él hubiera sido mi gran amor como tú lo dices aún estaríamos casados.- el muchacho sólo la miró y no dijo nada más sobre el tema.

Siguieron caminando sin tener aún rumbo fijo. Hasta que Draco recordó lo que Kreacher le había dicho.

-¿Así que proteges a los elfos domésticos?- preguntó divertido.

-¿quien te lo dijo?

-Kreacher. El elfo doméstico de Harry Potter, creo que te detesta porque él lo libero por causa tuya.- Hermione hizo una mueca.

-¡Él me odia! Cuando fue elfo de Harry no me soportaba. Me gritaba sangre sucia y por más que trate de ser amable con él jamás le agrade.- Draco al ver la euforia de la castaña rió levemente.

-¿eso crees? Pero si me hablo de ti con mucho cariño.- bromeaba el ojigris.

-¡No seas cruel!- exclamo Hermione.- Y a todo eso ¿cuándo lo viste?

-En la mansión de mis padres, según él soy el último descendiente de los Black.
-¡espera! ¿Ahora es tu elfo doméstico?- preguntó la chica haciendo una mueca de disgusto.

-¿Te enfadaras si te digo que si?- Hermione suspiro.

-Claro que no, ademas al parecer Kreacher no quiere dejar de ser un elfo doméstico. No puedo obligarlo a ser libre.- le respondió haciendo puchero que conmovió al rubio haciendo que este sonriera. Siguieron caminando sin tener idea hacia donde se dirigían. Hermione lo observó lentamente, sus facciones parecían suaves, era un muchacho atractivo, su cabello tenía el largo perfecto y la castaña se había percatado del sutil olor de coco que desprendía. Su cara era alargada, con una frente ancha que le hacía parecer alguien a quien deberías respetar o habrá consecuencias pero sus ojos de un gris platinado tenían una dulzura que te conmovía, que te hacían querer conocer más al portador de esos ojos.

–¿qué hacemos ahora?- dijo de pronto Draco sacando a Hermione de sus pensamientos.

–No lo sé, no se me ocurre nada. Ni siquiera he visto qué hora es.- sacó su celular para ver la hora. - Son las 11:54

–No es muy tarde. ¿Tienes algo que hacer hoy?- la castaña tardó unos segundos en contestar.

–No.. bueno si pero ¿sabes? ¡Cancelaré todo!- dijo orgullosa de poder hacerlo. Malfoy la miro intrigado.

–No es necesario Jean, si tienes cosas que hacer yo entiendo. Podremos vernos después.

–No, es que.. la verdad es que no he parado de estar en el trabajo desde que me.. desde que Ron y yo terminamos definitivamente nuestra relación.- dijo encogiéndose de hombros. Al ver que Draco no dijo nada se apresuró y añadió.- disculpa, sé que no tengo porque decirte nada pero..- ella empezó a ponerse roja, sus ojos se cristalizaron un poco y bajo la cabeza. El muchacho no se esperaba que algo así pasara, jamás había sido bueno consolando a alguien ni le gustaba, en otras ocaciones Draco hubiera huido de ese lugar sin voltear atrás pero esta vez era diferente. No podía hacerlo. Algo lo unía con esa chica que antes había odiado con todas sus fuerzas.

–Vamos Jean, no pasa nada. Somos amigos ¿no?- dijo mientras le pasaba un brazo sobre los hombros y la acercaba a él. La chica sonrió y se secó una pequeña lágrima que resbalaba por su mejilla.- Ya verás como nos divertiremos hoy.- dijo el rubio sonriendo ampliamente.

Las Sombras de MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora