The Dark Suit

Capítulo VIII: Venom

La nota le dio la vuelta al mundo, una vez más. El primer superhéroe en vencer los tratados de Sokovia. Matt Murdock comenzó a ganar fama como abogado defensor, cosa que de cierta forma le afectó, pues como sabemos el preferiría mantenerse oculto. SHIELD quedó como un niño en pañales, totalmente ridículo.

En el aeropuerto Matt, Helena y yo nos despedíamos. Tomaría el primer vuelo hacia New York, ellos hacia California.

-Spider-Man: ¿Nos volveremos a ver Matt?

-Matt Murdock: Es probable... Pero si algún día visitas California, búscanos

-Spider-Man: Gracias Matt, muchas gracias de verdad

Le dije mientras estrechaba su mano.

-Matt Murdock: Te dije que no te dejaríamos solo Pete, cuando nos necesites, ahí estaremos

Ambos partieron y abordaron su respectivo avión. El Estado me había pagado un boleto en clase media, fui revisado por las respectivas autoridades y después se me permitió subir. Me toco justo en la ventana, al lado mío había una mujer con un bebé y un niño al lado de ella. El niño no dejaba de mirarme y la mujer lo hacía a ratos. Me mantenía distante, pegado a la ventana, pensando en la salud de la Tía May y bueno... en Gwen.

-...: Oye

Volteé al lado, era la mujer con los dos niños.

-Spider-Man: ¿Si?

-Mujer: Usted es Spider-Man, ¿verdad?

-Spider-Man: Si, así es

La mujer me abrazó junto con se bebé.

-Mujer: Quiero agradecerle lo que hizo por mí y por mi hijo. Es un héroe de verdad

-Spider-Man: Me gustaría recordar lo que hice por usted, pero con tanta gente y tantas noches...

-Mujer: No se preocupe, lo entiendo. Ni siquiera me vio, pero yo a usted sí. Fue hace dos años. Yo estaba en el hospital, mi bebé estaba por nacer, me encontraba en uno de los pisos más altos. Mientras estaba en cama se escucharon algunas explosiones y una turbina. Desde mi habitación vi como ese monstro verde en esa nave volaba a toda velocidad con dirección hacia mi habitación, usted iba sobre de él y con sus telarañas y un par de golpes desvió la nave y la estrelló en la oficina. Me salvó la vida, a mí y a este niño

Escuchar esa historia me rompió. Una simple mujer que pudo ser una víctima más de los actos de Norman y Harry. Recuerdo bien ese día, fue mi primera lucha contra Norman, y sí, en efecto yo desvié el planeador del hospital, pero nunca pensé que esa decisión repercutiría de esta forma.

-Spider-Man: Oh Dios... no sabe cuánto me alegra escuchar eso. Muchas gracias

-Mujer: No. Gracias a usted, le debemos la vida

-Spider-Man: No me deben nada, solo hice lo que tenía que hacer

Le di un último abrazo y cargué al niño por un rato. Se sentía... bien, se sentía bien saber que... que mis acciones de cierta forma no eran en vano, funcionaban, salvaban. Y tener a ese niño en mis brazos me llenó de esperanza, esperanza en pensar que aún hay gente que cree en los héroes, en un mundo mejor.

Cuando aterrizamos me despedí de la mujer, quien tomó un taxi y se fue.

Vi la ciudad de New York, amanecía, era un nuevo día. Corrí y me balanceé. Se sentía bien estar libre, se sentía muy bien. Mientras me movía sobre New York podía ver despertar a la ciudad, sus calles comenzaban a llenarse, personas salían temprano de sus casas a abordar el metro, etc.