Narra Max
Me encontraba en el club de nuevo delante de la preciosa chica de la otra vez. Tara me había mandado al club y me seguiría mandando habitualmente allí porque está furiosa consigo misma porque le ponía cachonda el sospechoso. Era una tontería, en vez de ser simpática y ver si podía tirárselo estaba empeñada en hacer que le condenaran, y presentía que él y este club tenían algo que ver así que era el infiltrado. Me había vuelto a encontrar con la chica que ahora preguntaba mi nombre y me había quedado en blanco. No podía decirle mi nombre, ya que sospechaba de ella.
-Jake Paterson, un placer. -Contesté rápidamente extendiendo mi mano. -¿Como se llama usted?
-Linna. -Dijo con una sonrisa, estrechando mi mano. -Un placer.
-Ahora dejémonos de formalismos y no me trate de usted, me hace sentir viejo. -Comenté riendo llevando mi copa a mis labios.
-Entonces haz tu lo mismo, creo que yo soy incluso más joven. -Dijo cruzando las piernas.
-No sabes elegir buenos vestidos para mantenerte a salvo. -Dije mirándola descaradamente, estaba demasiado buena. -Ayer con la falda muy corta, hoy con transparencias... -Dije negando con la cabeza. -Así lo único que haces es llamar la atención.
-Esa es la idea. -Como si no lo supiera. -Ya que lo tengo, que sirva de algo.
-Te doy las gracias por ello, sin duda. -Esperaba que no me siguiera el rollo o mandaría la misión a tomar por culo y me la tiraría en los lavabos si hacía falta.
-No es para ti. -Dijo sonriendo bebiendo su bebida. -No te hagas ilusiones.
-Te lo agradezco igualmente, verte es todo un gusto. -Dije apoyando mi espalda en el respaldo del sofá.
-Me alegra que te lo pases bien entonces. -Un par de hombres delante de nosotros empezaron una discusión con empujones incluidos. -Discúlpame un segundo. -Linna se acercó a ellos y tras unas cuantas palabras cada hombre se fue en una dirección distinta y ella volvió hasta el sofá del que no me había movido. La vi acercarse a mí con ese paso lento y sensual, con ese vestido vaporoso y su melena castaña cayéndole por los hombros, era jodidamente preciosa. Pero tenía grandes influencias en ese club, no era una simple trabajadora, eso se notaba. -Disculpa, las discusiones entre hombres son habituales aquí, ya te darás cuenta si vas a seguir viniendo.
-Voy a seguir viniendo, créeme. -Dije con una sonrisita.
-Para estar en un viaje de novios no estás muy enamorado de la chica ¿Verdad? -Comentó riendo, alzando una ceja. Bueno, es que era mentira y esta estaba jodidamente buena, entonces era difícil resistirse.
-La quiero, quizá no tanto como ella a mí, pero estamos trabajando juntos en ello. -Dije con una sonrisa.
-Entonces este no es el lugar indicado para estar cada noche, tu chica te dejará si se entera que estás aquí. -Dijo dejando su copa vacía en la mesa.
-Cualquiera diría que quieres echarme. -Dije sonriendo dejando mi vaso al lado del suyo, y haciéndole una señal a la camarera para que se acercara. -Llénalos de nuevo.
-Si sigues bebiendo, no quiero que te vayas.
-¿Es una insinuación? -Dije moviendo mis cejas, acercándome a ella unos centímetros.
-No, si bebes pagas, y si tu pagas yo cobro. -Dijo apartándose de mí. Seguimos hablando fluidamente durante un par de copas hasta que se hizo hora de irme.
-Bueno Linna, un placer pasar un rato con la mejor compañía. -Dije levantándome.
-Encantada de dejarte pasar un buen rato con la mejor compañía. -Dijo guiñándome un ojo.