PLUTO

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Por aquello y por lo otro ambos terminamos con un helado en la mano, con las mejillas sonrojadas y en medio de mi habitación.

"Eres el primer amigo que viene a casa". Dije quitando mi abrigo, tratando de que el ambiente no se tensara.

"Que honor". Rió, tapando su sonrisa con su mano derecha; era tan lindo.

Jungkook se dio media vuelta y curioseó por toda mi habitación, yendo de aquí para allá con una sonrisa tímida en los labios y sus ojos llenos de luz.
Yo sólo me dediqué a quedarme en una esquina del mismo y ver como se emocionaba hasta por la más mínima decoración.
Era la primera vez que alguien reaccionaba de tal forma al mirar mi habitación,  y eso sólo lograba emocionarme a mi también.

Para unos cuantos el pequeño cuarto no era más que cuatro paredes repletas de pósters sin sentido y brochazos de pintura a lo loco, pero para mi, esas cuatro paredes eran más que una simple habitación, eran mi lugar seguro, el único espacio que me había visto en todas las emociones que existen, el único donde puedo ser yo sin temer nada, el único donde me siento en paz. Era mi lugar favorito, y sin pensarlo dos veces, quería estar en él con Jungkook, quería mostrárselo a Jungkook.

Jungkook paró su andar, manteniendo la vista directamente en mi techo, en el cual había pintado años atrás una aurora boreal.

"Aurora boreal". Irrumpí su pensar al ver confusión en su rostro, acercándome un poco a él, quien de inmediato cambió su cara por una inmensa y fresca sonrisa.

Corrí rápido hasta mi escritorio, tirando mi mochila por ahí sólo para conectar un cable, haciendo que de inmediato todas mis luces estilo navideñas iluminaran la habitación. Jungkook observó todo con ambos ojos bien abiertos y el rostro inundado en felicidad. Se sentía bien, me sentía bien.

"¡Es fabuloso, Venus!" Exclamó corriendo de acá para allá con tanta emoción, como si fuera lo más sorprendente de la Tierra.

Pero lo que en serio era sorprendente era el caos que causó dentro de mi al momento de pronunciar el simple "apodo" que mis abuelos me habían dado. Me había dicho Venus, y sonó como la mismísima gloria haberlo oído salir de los preciosos labios de Jungkook.

"Yo mismo decoré todo esto. Me gusta mucho. Jungkook, ¿te molesta si pongo algo de música?" Dije volviendo en sí, aún no me creía lo que estaba sucediendo. El chico más lindo que mis ojos hayan visto estaba en mi habitación, era mi tutor, era mi amigo y me había dicho Venus. Es un gran avance.

De inmediato fui por un CD, poniéndolo en el estéreo y subiendo el volumen tanto como el pequeño aparato permitía. "Estoy seguro que te encantará. A mí me encanta". Le dije, aguardando por su reacción al escuchar la música.

"¿Es tú banda favorita?" Preguntó totalmente curioso, como si quisiera anotar cada cosa que yo decía en una libreta. Era tan bueno tener a alguien que quiera escucharme.

"The neighbourhood. I Love You. Me encanta esa banda y ese disco es mi favorito. Mi padre me lo regaló en mi cumpleaños". Le expliqué, tumbándome en la alfombra a la par que invitaba a Jungkook a imitarme.

Recuerdo tanto el día que mi padre me había regalado el disco. Una vez más se había olvidado de mi cumpleaños, y sólo me había regalado el disco como un tipo de 'disculpa', como acostumbraba a hacer todos y cada uno de los años.

"¿Cuál es tú canción favorita?" Dijo Jungkook, sacándome de mis dolorosos recuerdos.

"Flawless". Le dije bajito, con mis ojos cerrados y una gran sonrisa en el rostro, y estaba casi seguro que Jungkook estaba de la misma forma. "Aunque puedes cambiarla si no te agrada, Kook".

"Me gusta".

"Su música es tan buena que dudo que a alguien le disguste".

Dejamos de hablar y la canción hacia todo tan placentero. Era tan relajante, tanto que casi me quedaba dormido, hasta que sentí que Jungkook se puso de pie, lo que hizo que abriera mis ojos en seguida.

Él estaba caminando con la vista fija en mi escritorio, como examinándolo.

Me puse de pie y caminé hasta quedar detrás suyo. Quería besarlo. Tenía tantas ganas de hacerlo, pero sabía que no me merecía tal privilegio, así que opté por decir cualquier cosa que se viniera a mi mente.

"Mi padre prometió comprarme una estrella si yo logro graduarme". Comenté, sobresaltando a Jungkook, quien, en cuanto escucho mi voz se giró, quedando sólo a unos centímetros de mi.

"El mío decía que iba a comprarme un auto". Me dijo, pero no le puse mucha atención porque el leve sonrojo que se hizo presente en sus mejillas robó toda mis sentidos y uno que otro suspiro.  "Una estrella es mucho, Venus". Concluyó con su vista puesta en mis labios. Él lo deseaba tanto como yo. Pero no era el momento de hacerlo.

"Me gusta cuando me dices Venus". Fue lo único que pude responder, tomando su mano y acogiéndola en la mía.

Él estaba tan enamorado de mí ser como yo del suyo.

Plutón y Venus habían caído en las garras del amor.

pluto, taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora