pluto, taekook

SHOOTING STAR

Jungkook llevaba días comportándose de manera muy rara. Como si no estuviera presente, como si su mente se encontrara en otro planeta y eso me ponía celoso.

Faltaban tan sólo un par de semanas para los exámenes finales, lo cual significaba que Jungkook ya no tenía más pretextos para seguir viniendo a verme; se me estaban acabando mis oportunidades.

"¡Una estrella fugaz! Debes pedir algo, Kookie". Grité corriendo hacia mi balcón.

Había leído que una lluvia de estrellas iba a ocurrir ese mismo día, así que aproveché para verla junto con Jungkook, que bien podría opacar a cualquier astro que se dejara ver. Jungkook bien podría opacar al Sol.

Kook me miraba atento ignorando el bello acto que el cielo nocturno estaba brindando. Me preguntaba como es que prefería ver mi rostro que a la más bella lluvia de estrellas que haya ocurrido.

"¿Qué deseaste?" Dije tratando de ocultar mi nerviosismo. "Yo pedí una nueva patineta".

Jungkook sonrió, recargándose completamente en la pared para después levantar su rostro y acercarse nuevamente a mi.  "Tonto, si lo dices en voz alta tu deseo no se va a cumplir". Comentó, ahora dedicándome una sonrisa vacía, sonrisa que hasta ese momento no entendía.

No entendía lo roto que estaba él en ese instante. No lo entendí hasta que yo mismo lo estuve, hasta que mi querido Pluto me despedazó por completo semanas después.

Nadie nunca sabrá lo doloroso que fue guardar todos mis sentimientos y no poder decirle nada esa misma noche. No poder decirle nada, porque en ese instante comprendí que si bien estábamos enamorados el uno del otro no era nuestro destino estar juntos, o al menos no en esta vida. Porque tal vez y sólo tal vez Jungkook no pertenecía a esta galaxia, ni mucho menos me pertenecía a mi.

El amor es egoísta, es doloroso, y es por eso que esa noche comprendí todo.

Si bien en esta vida no podemos estar juntos, yo moriré las veces que sean necesarias hasta coincidir una vez más. Yo moriré por Jungkook. Yo sacrificaré lo que tenga que sacrificar por traer a Plutón de regreso a esta órbita, de regreso a mi vida.

Nadie nunca sabrá cuanto te amé, te amo y te amaré hasta el final de los tiempos, mi pequeño y solitario Plutón.