Sueños y pesadillas, mentiras y verdades

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Cepeda

Terminé las tostadas y tomé velozmente el vaso de leche, no me quedaba mucho tiempo, siempre llegaba tarde a clase.

-Ve tú mientras yo termino de fregar esto, no vayas a llegar tarde por mi -se quedó mirándome atentamente -Que ya estoy bien, en serio, no me voy a desmayar en dos minutos.

Se alejó lentamente no muy convencida, a paso lento, tan lento que me dio tiempo a alcanzarla antes de llegar a nuestra clase de técnica vocal.

- ¿Cuántas veces te he dado las gracias? -coloqué mi brazo por encima de sus hombros y acerqué su cabeza a mi pecho.

-Muchas

-Es que creo que me quedo corto -besé su cabeza y entramos juntos en la clase donde todos nos estaban esperando, incluida Mamen, nuestra profesora, que no dudo en regañarnos por llegar tarde.

-Te lo dije -le susurré muy cerca para que nadie fuese capaz de escucharnos -No deberías haberme esperado.

-No lo hice -me dirigió una mirada graciosa mientras sonreía mostrándome su perfecta dentadura.

-No, solo anduviste más lenta que la tortuga de Roi -no pudimos evitarlo y ambos comenzamos a reír.

-Chicos -Mamen nos dirigió una mirada asesina a ambos -Ya está bien ¿no?

-Sí, lo siento, ha sido mi culpa -me disculpé.

El resto de las clases estuve muy pendiente de lo que los profesores decían, más que nunca porque solo quedaba un día para la gala y quería llevar mi canción, "Say you won't let go", perfecta. Sabía que probablemente sería el expulsado así que quería irme por la puerta grande. Además, era una canción que decía muchas cosas, muchas cosas que sentía y que le dedicaba a ella y es que por mucho que hubiese mentido durante esa semana diciendo que se la dedicaba a mi novia, nada era cierto, todas y cada una de las palabras de la canción eran para Aitana.

"Te conocí en la oscuridad,

y tú me encendiste,

me hiciste sentir como si

yo fuera suficiente.

Bailamos toda la noche,

bebimos demasiado.

Yo te sujeté el pelo cuando

estabas vomitando"

Esta era la primera estrofa y ya describía perfectamente nuestra historia, bueno mi historia porque la de ella seguro que era completamente distinta

"Supe entonces que te quería,

pero tú nunca lo supiste,

porque yo me lo tomé con calma,

cuando tenía miedo a dejarme llevar.

Sé que te necesitaba,

pero nunca lo demostré.

Pero quiero quedarme contigo,

hasta que tengamos canas y seamos ancianos"

Me sentía tan reflejado con todo lo que contaba que estaba seguro de que no me haría falta actuar encima de ese escenario, únicamente sería yo mismo y así disfrutar por primera vez el momento ahí encima.

-Está muy bien Cepeda -me aseguró Manu Guix mientras caminábamos hacia la puerta -Solo tienes que hacerlo igual mañana. -me despedí de él con un abrazo y caminé hasta mi armario donde busqué en su interior una chaqueta sin mucho éxito.

Mi pequeña luz |AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora