Mi pequeña luz |Aiteda

Siempre reinarás

Cepeda

Me coloqué la chaqueta verde militar sobre los hombros, estiré la camiseta gris y golpeé los vaqueros en un intento de eliminar todo el polvo que tenían. Los técnicos nos indicaron que era el momento de salir al plató y los gritos del público fue nuestra cálida bienvenida. Hoy nosotros no éramos los protagonistas, eran los finalistas quienes debían brillar y yo sabía perfectamente quien era la estrella en ese momento.

Tomé asiento y esperé al inicio del programa. Los minutos se hicieron eternos en ese sofá. Desde ahí podía ver a la familia de Aitana, apenas intercambié unas palabras de agradecimiento por su parte cuando salí de la academia, parecían personas agradables, campechanas como yo, pero un poco más a su izquierda estaba Vicente. Yo nunca tuve nada en su contra, Aitana había hablado maravillas de él durante todo el concurso y yo esperaba poder tener buena relación con su novio, pero tras todos los comentarios que había escuchado, sus críticas hacia mí y su mal gusto en según qué frases, decidí que no quería tener nada que ver con su persona.

La música de inicio fue acompañada de grandes vítores por parte de los espectadores al ver a los cinco concursantes supervivientes. Aitana llevaba un mono que le hacía parecer más alta, más mujer, realzaba su figura, aquella que estaba perfectamente construida, como un edificio que han planeado durante meses. Y no niego que no pude quitar la mirada de la tela que se le pegaba a la piel bajo su espalda.

Cuando cruzó la pasarela que la acercaba más a mí supe con seguridad que sería ella quien esa noche se llevaría el premio, no había duda alguna, no podía ser nadie más, solo ella.

Su actuación fue luz, hizo más que magia en ese escenario, creó algo más allá. Cada frase que decía era un pinchazo dentro de mí, miré al público y le vi, estaba feliz, normal, yo también lo sería si estuviese conmigo. Los celos me reconcomían y no supe el porqué, ella no era nada mío y aunque lo fuese yo siempre la dejaría libre, dejaría que fuese capaz de tomar todas las decisiones que quisiese.

Tras esto llegó la hora en la que Pablo Alborán tomase las riendas de aquel plató cantando una de sus canciones, aquellas que te hacían recordar, que te hacían llorar y que escuchabas en forma de castigo todos esos días grises. Aitana estaba en el sofá de delante mío, podía verla sonreír débilmente, estaba nerviosa y yo lo notaba. Su cabeza se giró y acabó posando sus ojos en los míos mientras de fondo se seguía escuchando aquella voz rasgada. No hicimos ningún gesto, tan solo nos observamos sabiendo muy bien lo que pensábamos. "Te quiero" quise susurrarle, pero no lo hice porque tenía los ojos de Vicente clavados en mí.

Las horas habían pasado tan rápido que ni si quiera me di cuenta del momento en el que estábamos a punto de escuchar el nombre de la ganadora de operación triunfo. Todos los exconcursantes nos encontrábamos a las espaldas de ellas dos, Amaia y Aitana, las favoritas del programa. Entre ellas estaba el vencedor del concurso y en mi mente no había otro nombre que no fuese el suyo.

-Y el concursante más votado -empezó el presentador -y que por tanto es el ganador -el corazón se me salía del pecho -de OT 2017 -Aitana. Debía ser ella – Y que consigue así los cien mil euros con el cuarenta y seis por ciento de los votos. Es... -un largo silencio, muy largo, excesivamente largo - ¡Amaia!

No me lo podía creer, no, tenía que ser la pequeña, ella era quien ganaría. Lo supe en cuánto la oí por primera vez. Su voz era lo mejor que había escuchado y no sabía cómo la gente no había sido capaz de darse cuenta. Amaia se lo merecía mucho también, pero era Aitana quien había luchado durante todo su trayecto, yo la había visto crecer y estaba segura de que el resto de las personas también.

Por un instante la rabia me consumió, la sangre que corría por mis venas había dado paso a un fuego que me estaba quemando rápidamente. No era capaz de comprender nada y tampoco quería hacerlo, solo necesitaba volver cinco segundos atrás y escuchar su nombre.