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Habían transcurrido ya tres años desde aquel trágico momento en que Thanos había hecho desparecer a sus compañeros, el doctor Banner trabajó todo el tiempo junto a Anthony Stark, con el ideal de encontrar una manera de volver a todos a la vida. En su búsqueda de respuestas hubieron encontrado información en la que hubiera sido la casa del Dr Strange, información que no comprendieron  totalmente, pero que con ayuda de Thor y su corto conocimiento sobre hechicería pudieron utilizar para ayudarse en ese proceso.
Y dos años después estaban viajando entre dimensiones, buscando las gemas, y después batallando en contra de Thanos. Con la gema del alma lograron volver a la vida a todos aquellos que se llevó el chasquido, aunque encerrando a Thanos para siempre; con la gema de la realidad pudieron revivir a quienes perecieron antes.
Un año les había llevado hacer vivir de nuevo a todos, poco a poco cada equipo se fue reuniendo y siguiendo su propio camino. Los guardianes se retiraron a proteger entre los cielos, Wakanda estaba completa de nuevo, con su rey. Tony tenía a su pequeño vengador "Spiderman" y Clint tenía completa a su familia. Tres años después todos estaban junto a los suyos, siendo felices, intentando reponerse de todos los daños. No importaba qué tan complicado era, no cuando se tiene una familia al lado.
Cierto dios del trueno no era más que un rey con algunos súbditos, pero sin familia. Rogers se había disculpado con él, sin ser en realidad culpable por algo, pues luego de haber rescatado a todos los súperheroes, únicamente no habían podido traer de vuelta a Loki. Thor no había dicho algo aquella vez, y nunca lo dijo; estaba desecho pero su pueblo no necesita a un rey débil, tenía que ser fuerte y seguir hacia adelante, así lo hubiera querido él.

— Noche de diversión —había dicho Stark al teléfono, siendo apoyado por los gritos emocionados de Peter.

— Los veré en veinte minutos, amigo Stark —Tony que poseía una de las discotecas más famosas de New york, les invitaba allí siempre que él considerara debía ser "una noche para celebrar"

Y allí estaba Thor, no tenía qué celebrar, pero siempre es bueno sentarse junto a algunos amigos, beber una cerveza e intentar olvidar todo un momento, solo que con los vengadores jamás es "una cerveza" sino muchas. Así que llegando a la madrugada había un grupo de súperheroes ebrios caminando juntos hacia la limusina de Stark, se quedarían todos en la torre como en viejos tiempos. El camino de regreso se vivió con un dios del trueno muy ebrio cantando "El rey" de un cantante mexicano que descubrió durante su destierro, y gritando "otra" cuando hubo terminado. Seguido luego del resto que cantaban y gritaban "otra" al igual que él.

— Esperen —decía un confuso y ebrio Tony — un bebé.

El multimillonario se acercó a la puerta de su torre donde yacía sentado un pequeño niño junto a una manta demasiado grande para su tamaño.

—Un bebé —gritó Bruce haciendo llorar al pequeño.

El dueño de aquel sitio se molestó pues creyó que habían ido a dejar un huérfano a su casa, aquello no era orfanato, ¿qué demonios se creían algunas personas? Y sin embargo, no podían dejar a un pequeño allí. Dormiría junto a Natasha y por la mañana verían qué hacer.

—  Entra nuevo amigo —dijo Thor en cuanto Steve abrió la puerta.

Extrañamente el pequeño  cesó inmediatamente el llanto y le observó con sus ojos verdes muy abiertos. Thor sintió de pronto que no había probado licor esa noche y su boca se abrió sin quererlo.
Tomó al pequeño de forma descuidada y corrió con él directo a la cocina, donde sin dudarlo le metió al congelador. El color azul fue tomando su piel  rápidamente.

— ¿Loki? —había pronunciado un Thor muy confuso.

Baby Loki  &  Thor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora