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Una serpiente se deslizaba por los pasillos del castillo, se acercaba veloz a un pequeño Loki que jugaba en el suelo con unos legos. Thor vio al animal y corrió a este antes de que atacara a su hermano, no sabía con seguridad si era o no venenosa, ¿qué importaba eso? No se quedaría a descubrirlo con una mordedura a su pequeño.
El mayor llegó a ella y justo cuando la sujetó, esta despareció en un destello verde; observó a Loki y en menos tiempo del que necesitaba para reaccionar, la daga de su hermano se clavaba en su pecho.

— Estúpido, Thor —dijo el niño riendo

El dios del trueno se despertó agitado, el movimiento brusco que hizo al sentarse sobre la cama tiró a Loki de su pecho, el pequeño niño lo miró asustado y lloró.

— No Loki, no llores. —pedía el mayor arrepentido, había sido una terrible pesadilla, ojalá hubiera podido controlar su despertar — ven aquí bebé, lo lamento.

Pero Loki no correspondió a los brazos de su hermano que se estiraban hacia él, sino que lo miraba con ojos llorosos y dolidos, mientras un puchero se hacía dueño de su boquilla pequeña.
Thor se sintió un completo imbécil, era cierto que no era culpa suya el haberse despertado de aquella agresiva manera, pero no podía dejar de sentirse culpable.

— Loki, cariño —llamó Thor con voz quedita— lo siento mucho, pequeño.

El dios del trueno intentó tomar a Loki entre sus brazos para hacer que durmiera nuevamente, pero aquel dios de cabellos negros era una de las cositas más difíciles que Thor conocía; aún con aquel gesto de abundante sueño se las arreglaba para rechazar a su hermano mayor. Thor lo tomó por la fuerza, ignorando el grito del pequeño que le decía que no hiciera aquello y lo acostó suave en la cama; colocó su torso sobre él y se sostuvo sobre sus brazos para no caer sobre el niño.

— Lo siento mucho, Loki —dijo besando la húmeda mejilla —soy un tonto, hermano —un nuevo beso, esta vez en su pómulo derecho.

— No quiero —pronunció el niño cerrando sus ojos con fuerza y apretando la mandíbula, tal vez quería verse muy molesto, pero solo era muy tierno.

— ¿No quieres perdonarme? —un nuevo beso llegó a su frente, el chiquillo solo negó sin quitar aquella expresión— ¿de verdad no lo harás? —los ojitos fueron besados— qué hermanito tan cruel tengo —dijo Thor fingiendo una voz dolida y besaba la barbilla.

— No voy a dormir contigo nunca más —sentenció Loki cruzando sus brazos y mirando a Thor entre enojado y triste.

— No, Loki. Lo siento mucho, de verdad lo lamento pequeño —rogó el mayor, y en un rápido movimiento alzó a Loki al estilo de las princesas y lo acercó a él— perdóname, amorcito —un nuevo beso llegó a su carita— lo siento —otro beso— lo siento mucho, mucho —otro beso.

— ¿Y por qué lo haría? —preguntó, siendo el príncipe difícil que siempre había sido. Definitivamente el Loki que conocía seguía allí.

— ¿Por qué me perdonarías? —preguntó y recibió un asentimiento —porque te amo, por supuesto.

Thor miró los ojitos que nuevamente brillaron y vio como la boca se relajaba en una sonrisa que luchaba con fuerzas por desaparecer. El mayor aprovechó aquello.

— Te amo —un nuevo beso— te amo, muchísimo —otro besito— te amo, te amo —otro más— te amo, mucho, mucho —de nuevo.

El dios menor se rió y tomó el rostro de Thor para intentar acercarlo a él, el rubio no puso resistencia. Se acercó a su hermano para recibir un beso sonoro en su mejilla.

Thor limpió los pequeños ojos y besó la frente para acomodar a su niño sobre su pecho y volver ambos a dormir.

Baby Loki  &  Thor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora