Vuelvo a El

82 9 0
                                    

Fin de semana, nuevamente es viernes y lo mejor es que puedo descansar más, ya que esta semana no iré con mi abuela, voy cada quince días, así que la próxima semana, tendré que ir.

De igual forma, ya que tengo tiempo libre, le llevare unas galletas a Benjamín, para darle las gracias por haberme ayudado el otro día.

Así que me arreglo para salir, esta vez me pongo una Caperucita azul que va perfecto con mi atuendo, tomo mi canasta y coloco algunas galletas.

Mi madre, ahora no está, fue a vender quesos al pueblo, pues de eso hemos vivido durante todo este tiempo desde que papá no está, pues el vendía antes leña y hacia cosas con madera, nuestro sustento era vender, leche, galletas y queso.

Aun así vivíamos bien, por esta jornada, tardaría ella en llegar, así que me dejara sola un largo tiempo.

Salgo de casa y voy camino a la casa de Benjamín, cuando me salvo note que el camino no era extraño para mí, sino que incluso no se encontraba tan lejos del pueblo ni de mi casa.

Al llegar a su casa, toco la puerta esperando a que me habrá, espero que este, si no habré venido para nada. 

********************************************************************************************

No he podido dejar de pensar en Ani me ha distraído hasta de cazar y hacer mis tareas diarias, ocasionando que muera de hambre.

Me encontraba ya preparando con mis herramientas para salir, pero tocan la puerta, me asomo por la ventana para ver de quien se trataba, pues siendo sincero, nadie viene conmigo nunca; era ella, con una caperuza azul, se veía muy hermosa.

Sin pensarlo, le abro la puerta.

-He, hola Benjamín. –Hablo apenada, viendo cómo se sonrojaba poco a poco. -Vine a traerte unas galletas como agradecimiento por lo que hiciste el otro día por mí, te debo la vida.

-Gracias, pero no debiste molestarte yo lo por buena voluntad, pero gracias por el gesto ¿Gustas pasar?

-Si claro, gracias, permiso.

-Adelante por favor y bueno... ¿Quieres algo de tomar?-Ofrecí mi buena hospitalidad en lo que ella tomaba asiendo en el sillón.

-Estoy bien, gracias ¿Puedo preguntarte algo?

-Por su puesto ¿Cuál es tu duda?

-¿Qué edad tienes?

-Tengo dieciocho, tu haz de tener al menos unos dieciséis ¿Oh me equivoco?

-De echo estas en lo correcto ¿Cómo lo supiste? ¿Me veo muy aniñada aun?

-Claro que no, solo lo supuse, no pensé que te ofendería.

-No, para nada, está bien, creo que es mejor que a los ojos de los demás me vea joven que vieja o al menos eso dice mi madre.

-....

-Y ¿vives solo?

-Sí, desde niño, a mi padre, lo mato un lobo...

-Lo siento no quise ser impertinente o recordarte un mal momento, es que, soy muy curiosa.

-No te preocupes, no pasa nada, al fin y al cabo nos estamos conociendo; bueno, llevare las galletas a la cocina.

-Te ayudo - Me pare del sofá de donde estaba para ayudarlo y me trómpese con un trozo de madera que estaba fuera de la estructura del piso, para no caerme lo tomo desprevenido, provocando que este cayera encima de mí, apenada y sin salida no dejaba de ver y admirar sus ojos brillantes.

Ella quería ayudarme, pero tropieza, me toma de los hombros por sorpresa y caigo encima de ella, nos vimos fijamente, vi como su rostro se tornaba de un color más rojizo, al verla y en esa posición, solo pensaba en como mis instintitos y deseos más resguardados salían a flote, pero claro que no haría nada de lo que mi mente estaba procesando en ese momento, así que me contuve, me puse de pie y la ayude a levantarse tomándola de su mano , sintiendo un cosquilleo por todo mi cuerpo cuando realice esa acción.

Después de ese momento incomodo, me ayudo a levantarme y cuando toque su mano sentí como mi corazón comenzaba a latir rápidamente, sin dejar de verlo a los ojos, pues me sentía hipnotizada.

Sera... ¿Qué me gusta?.

-Bueno, las galletas sobrevivieron. –Menciono Benjamín sacándome de mis pensamientos.

-Sí, de verdad lo lamento, soy muy torpe, no quería tirarte al suelo.

-Tranquila, está bien.

-Tengo que irme, si anochece me irá mal y más si el lobo aparece.

-¿Quieres que te acompañe? Para que no te sientas tan insegura.

-Ya tuviste muchas molestias con migo, estoy bien.

-No es ninguna molestia, es todo un placer para mí, iré por mi capa y una lámpara, enseguida vuelvo.

-Está bien, gracias.

Salimos de su casa y nos dirigíamos a la mía y como me había acompañado hasta acá, lo invité a pasar, de igual forma aún no llegaba mi mamá, al estar solos, podríamos seguir  conociéndonos mejor. 

💘Amor De Bosque🌄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora