-¿Se te perdió algo? -Su mirada se desvió hacia el otro extremo de la mesa de Chris, joder. ¿Acaso no podía parar un poco y superar lo de la biblioteca? -¿Por qué estás mirando aquí? - genial, casi todo el equipo volteó a verlo, no hacía falta que alzará su tono de voz, pues ambas mesas estaban bastante cerca.
-¿Tan pendiente de mí estarás?
Había devuelto la piedra y eso no había sido buena idea. Felix levantó su mirada a su amigo y frunció su ceño, volteó para donde su amigo estaba mirando y no pudo entender. ¿Qué estaba pasando?
-Hasta verte suplicar que pare de joder tu cara a golpes.
Felix casi se atraganta con el pollo que estaba tragando en ese momento. ¿De qué se había perdido?
-¿Y a este idiota que le inyectaron?
Felix miró a su amigo sin entender el porqué aquella tensión y esas ganas de golpearle. De verdad que no entendía nada, ¿Desde cuándo ese chico desconocido quería golpear a su pequeño retoño? ¡Que alguien aclare su mente para poder atacar y ser su escudo con argumentos válidos o no!-Solo ignoralo.
Felix no sabía si tomar o no la orden del menor, tragó saliva y bajó su mirada a los puños apretados de JeongIn.
De repente algunas risas comenzaron a escucharse en la mesa proveniente del chico molesto, bien. Estaba tan confundido del porqué estaba pasando eso, el pequeño retoño era un amor y ¿Cómo es que alguien quería golpearle? Definitivamente se decepcionó que hayan personas así, aprovechando la diferencia de edad para creerse más. Un nudo en su estómago se creó al escuchar las ofensas que comenzaron a caer sobre JeongIn.
Maldecía el momento en que eligió aquel lugar para sentarse, se sentía culpable de que los bonitos ojos de su amigo se encontraran aguados.
-Nada de él es lindo.
-Ese es el motivo de que esté tan solo.
Un acompañante de HyunJin, agregó.Las risas inundaron sus oídos y bastó aquello para que JeongIn salga corriendo, dejando a todos atrás. Huyendo de los dañinos comentarios.
-¡¿Qué mierda les pasa?! -Felix alzó su gruesa voz, la cual no encajaba con su personalidad y su cuerpo: tan delicado. Se levantó de su asiento para enfrentarlos, agarrando coraje a cada uno de ellos, no excluía a nadie de los deportistas. ¿Por qué hacerlo si nadie dió un alto?
-¿Por qué te metes? No es asunto tuyo.
-Qué contradictorio estás siendo. Para tu información la cual no te ha llegado aún, pero oye, por suerte estoy yo para dartela: Tú empezaste a molestar a JeongIn y los idiotas de tus amigos te siguieron. Así que, ¿Qué problema hay que haga lo mismo que estas cabezas huecas?
Los restos de pollo estaban arriba de la mesa en que ambos estaban sentados segundos atrás, vaya. Habían arruinado su día especial de Pollo y Coca-Cola.
-Ah, genial. Todos los niños son tan estúpidos hoy en día, vete de aquí. -El de labios gruesos recargó su espalda en el respaldo de la silla y a la vez cruzándose de brazos.
-Eres un idiota. ¡Púdranse todos! ¡No hay excepciones! ¡Todos ustedes son una basura! Oh, y JeongIn no está solo. Me tiene a mí, su amigo.-La mirada de Christopher estaba en su hoja, otro jodido día en el cual su amigo se comportaba fatal. Quería descansar, obtener un día sin escuchar las burlas de su mejor amigo hacia personas menores que él. Un brusco movimiento hacia la mesa por parte de Christopher llamó la atención de sus compañeros, el pecoso y algunos de la cafetería quiénes se encontraban escuchando la discusión.
No dijo nada, ignoró a todos y se largó de la cafetería optando por tomar un poco de aire fresco y tranquilizarse un poco. Tendría una mala nota, pero él era más importante. ¿Qué estaba haciendo mal? ¿Por qué no podía parar a su mejor amigo? Se cuestionó como todos los días y las ganas de fumar aparecieron. Tocó su bolsillo y con las yemas de sus dedos acarició la cajetilla que tenía, la ansiedad hizo que sus dientes mordieran sus labios, tratando de contenerse pero, sus pies comenzaron a tomar rumbo hacia el baño luego de mirar al pecoso salir casi corriendo en busca de su amigo. Sin decir ni una sola palabra y lastimando sus propios belfos. Aprovecharía que durante el almuerzo nadie solía entrar a los baños, caminó con una expresión cansada.
Los sollozos y hipidos se escucharon una vez que pasó por la puerta de entrada del baño, frunció su ceño poniéndose de cunclillas y ver los pies de alguien en el tercer cubículo. Así que, se puso firme y entró sin pedir permiso, el presentimiento que tuvo fue acertado: era el niño que estaba comenzando a ser tratado mal por su mejor amigo.
-Hola.
Christopher saludó sin interés en las lágrimas que este estaba viendo deslizarse en aquellas mejillas rojas provenientes de esos ojos tan delicados, como si el mejor artista lo había pintado, estos se encontraban abiertos como platos y estaba algo sobresaltado por lo rápido que había entrado. Christopher había cerrado la puerta del cubículo, apoyando su espalda en esta y viendo al menor sentado en el retrete con la tapa. JeongIn había comenzado a limpiar las lágrimas que fluían como cascadas, pero cada vez que las limpiaba rompía en llanto. Era algo decepcionante para él, estar en un espacio pequeño con el hombre que le gustaba y él llorando como un niño mientras que el mayor lo miraba sin expresión. Necesitaba que le abrazara, de una buena vez por todas, que mandara a la basura el poco conocimiento y confianza para un abrazo confortable, sin embargo, nada pasó.
-¿Q-Qué haces aquí? -un sollozo entre medio de esa pregunta hizo tartamudear a JeongIn. Christopher suspiró sacando su cajetilla de cigarros, dándole a entender lo que quería. -Está prohibido. -sonó sus mocos con el pañuelo que traía en sus manos.
-También está prohibido tener sexo.
-¿Qué? - ¿Acaso él había tenido sexo en un lugar de la escuela? ¡¿Esa fue la referencia?!
-Olvidalo. Vine a quitar mi ansiedad, estabas aquí. Así que, jodiste un poco mi espacio. -se encogió de brazos. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué actuaba tan frío si en la mañana hasta incluso pidió disculpas tan amable? Su cabeza iba a explotar.
-P-Podrías estar en otro.
-No, serás cómplice. Si entra alguien y delata que hay olor a cigarro, entonces, pensarán que estarás fumando conmigo y caeremos los
dos. - Una sonrisa sin gracia se reflejó en los brillosos ojos; sus ojos no sabían si brillaban por estar viendo a su hombre prendiendo su cigarro entre sus labios o por las lágrimas.El silencio se tornó y los pulmones del más pequeño comenzaron a sentirse sucios por tan sólo estar respirando aquel horrible olor a cigarro. «¡Perdón, pulmones!» se disculpó JeongIn, mentalmente. Sus ojos miraban sus pies y se preguntaba si debía dejar la universidad antes de que todo empeore y poder conseguir una beca cerca donde sus padres vivían. Tampoco quería dejar a su abuela sola y al cachorro de su abuela, pero a decir verdad prácticamente era suyo. Volver con sus padres no era una buena opción, se la pasaban discutiendo y luego comportándose como una pareja perfecta. Él era feliz estando con su abuela y su cachorro, era la primera vez que se topaba con alguien como HyunJin, jamás nadie se había burlado de él.
-no diré nada... ¿Puedo ir-
-¿Crees que soy una basura por no saber controlar a mi mejor amigo?-interrumpió el peligris. Los pelos de JeongIn se pusieron de punta y se atrevió a mirarle, la expresión de él se podía notar que era de tristeza y frustración mientras que el humo del cigarro salía de sus labios y se esfumaba hacia arriba.
«Claro que no, mi amor. Tú no eres la basura, tu amigo lo es.» Quería decir eso pero era cobarde, así que, solo negó como respuesta volviendo a bajar su mirada hacia sus propios pies, echando un suspiro.
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i'm not gay ; Chanin
FanfictionDonde JeongIn no tiene esperanzas de estar en algún sentido cercano a Christopher Bang: estudiante de penúltimo año y uno de los futbolistas más importantes de la universidad.