02: The things that nobody said

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Disclaimer: Nada me pertenece. Sólo la idea.

Antes de seguir por este valle del dolor (?) quiero agradecer a todas las personas que comentaron y que dejaron su voto. Ojalá este capítulo les motive a repetir la acción. Perdonen lo triste... como que últimamente escribo puras cosas tristes XD pero este fanfic no tiene arreglo, espero que lo amen tal cual es.

Los dejo. Amor en forma de estrellitas y palabras son bien apreciados. Bye!

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A Steve le tomó tres días más tener el ánimo de hablar con Wanda. Sin embargo, en ese tiempo, extendieron una dinámica de aceptación donde podían compartir espacio sin querer sacarse los ojos y además preocuparse por el otro.

Wanda no volvió a presionar a Steve porque suponía que, por muy adulto que el Capitán fuese, estaba en una situación en la que no sabía lidiar con todo el dolor que cargaba. Y ella no tenía que disculparse por nada, así que lo dejó deambular dentro y fuera de la habitación sin hacer ninguna pregunta. A veces cocinaba, y Steve encontraba un plato con cena guardada cuando regresaba por la noche. Otras, cuando ella despertaba por las mañanas, encontraba en su mesa de noche un café caliente y algo para comer. Se cuidaban, pero no intervenían en la rutina del otro.

Pero al final del tercer día, el rubio simplemente perdió el temple.

Llegó cuando la noche ya estaba bien asentada, y abrió la puerta con la violencia propia de la frustración. De un sonoro golpe la cerró, y acto seguido se sentó en la cama cansado, abrumado y harto, sujetándose la cabeza con ambas manos y haciendo un desastre de su abundante cabellera.

Así lo encontró Wanda, cuando salía del baño después de haberse dado una ducha.

Su corazón no había sanado. Ni por lejos. Pero había algo en la fragilidad de Steve que la conmovía y la impulsaba a querer ayudarlo, anteponiendo su dolor al de ella. Después de todo, ella no tenía nada, lo que hacía que todo estuviera resuelto. Una de las cosas que hizo en esos tres días, fue sentarse en un café y viajar de mente en mente, hasta hallar alguna pista de Tony Stark. Eso requirió mucho de su poder, pero fue la única forma de saber qué había pasado con los restos de Visión sin salir a la luz, sin comprometerse y sin preguntar a nadie. Así, supo que su amado había tenido un funeral digno, con honores, que había estado acompañado por los más cercanos a su creador y que no había nada más que hacer por él. Eso la alivianó y la entristeció en partes iguales. Lo último que hizo por Vis fue tratar de matarlo, y ahora no había nada más que ella pudiera darle. Otros lo hicieron por ella.

De modo que iba a asegurarse de que Steve pudiese tener el cierre que tanto necesitaba, ayudándolo a darle a Nat lo que ella no pudo darle a Vis.

Se sentó en la cama, decidiendo que esta ley del hielo ya había sido suficiente.

-¿Tu búsqueda va mal? -susurró, ofreciéndole a Steve una manzana. Era su ofrenda de paz.

Él la miró sorprendido.

Sorprendido de que esa niñita aún no hubiese aprendido a no meterse en sus asuntos.

Y apenas ese pensamiento se formó en su mente, Steve supo que estaba pasando. Se estaba perdiendo a sí mismo en este infierno, en este pozo de dolor. Se suponía que eso no iba a pasar...

"Se supone que tener a Wanda cerca te impediría tocar fondo. Esto es tocar fondo. Estás tocando fondo, Steve Rogers".

De modo que hizo pasar su sorpresa por cualquier otra cosa, y tomó la manzana que la chica le ofrecía. Trató de sonreír, pero su boca se torció en una mueca incómoda que él lamentó de inmediato.

Together through the hell - [Standa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora