Together through the hell - [Standa]

08: Survivors

Disclaimer: Los personajes son de Marvel, la historia es mía. 

¡Hola a todos! ¿Cómo están? Espero que bien, que sigan a salvo del bicho maldito. Quiero contarles que lo que está pasando hoy es un hito único en la historia de este fanfic, porque jamás había actualizado tan rápido XD y eso hay que agradecérselo a la cuarentena, todo sea dicho de paso. También agradezco a las personas que leen, comentan y votan, a mis amikas que me ayudan en detallitos técnicos que me da flojera buscar, y a todos quienes se pasan por aquí. Espero que este capítulo les guste, porque creo que dentro de todo es especial (empieza a haber más gente y más conexión con las películas) y a mí me ha gustado mucho escribirlo.

Sin mas que decir, les dejo con la lectura. ¡Cuídense mucho, cariños!

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Todo parecía irreal. Hasta hace un par de semanas, Wanda estaba perdida en un mar de malos sentimientos, desasosegada, sin esperanzas. Y de pronto ahora se encontraba probando nuevamente un bocado de su vida anterior, sentada en un mullido y costoso sillón, bebiendo delicioso té y rodeada de personas extrañas, diferentes, pero en las que sentía que podía confiar, después de todo.

Lamentaba que Steve se estuviera perdiendo de esto. Él lo merecía y lo necesitaba más.

―Es una lástima que Steve no encontrara el momento para venir... ―dijo Pepper, al tiempo que le ofrecía galletas. ―Me alegró mucho saber que estaba con vida, y a Tony también. Aunque no lo diga.

El aludido miró a su mujer abriendo mucho los ojos, como si fuera un secreto para alguien lo mucho que le importaba Steve.

―¿Cómo es que están aquí reunidos? ―preguntó la muchacha, al tiempo que observaba sin disimulo a las personas que le eran extrañas, intentando descubrir qué parte del puzzle eran en todo este caos. Y cómo habían llegado a serlo.

―Cierto. Hay un par de personas que aún no conoces. ―Tony se acercó al sillón, abriendo las presentaciones e invitando a las otras dos mujeres, que permanecían un poco apartadas. ―Wanda, ella es Maria Hill ―señaló a la castaña de piel blanca y aspecto rudo, quién le dirigió una sonrisa de reconocimiento. ―Fue la mano derecha de Fury, el director de S.H.I.E.L.D., es una excelente agente y una persona de confianza. Y esta otra de acá... vamos, no seas tímida, acércate.

―No me gusta la gente. Menos la gente que no conozco.

―Tienes que acercarte para que puedas conocer a la gente y así empiecen a agradarte.

La chica robótica era quién más despertaba curiosidad en Wanda. Su aspecto era imponente, pero bajo esa coraza -literalmente- se notaba que había habido una transformación dolorosa. Resistió el impulso de acercarse a su mente con sus poderes, pero le parecía un ser fascinante.

―Nebula ―la nombró Tony, con un gesto sarcástico. ―Es una viajera espacial. No sé si es buena peleando, o si es una excelente viajera espacial... pero si no fuera por ella, no habríamos regresado jamás a la Tierra. Y eso la hace una persona de confianza.

Nebula no quería reír. No quería ni siquiera formar un esbozo de sonrisa. Pero ¿cómo te resistes a este humano tan estúpido? Era una cosa buena, dentro de todo lo que había ocurrido. Se acercó al sillón y se sentó frente a Wanda, estirándole la mano en un saludo formal.

―Mucho gusto ―la joven aceptó la mano con la suya propia.

―También soy hija de Thanos, debo decir.

Peter se atoró con su té y luego se rió. Wanda no supo si su ceño se arrugó en respuesta a esta información o a lo inoportuno de la reacción del chico.