06: Bifurcation

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Disclaimer aplicado.

Amigos, estoy pasando por una racha horrible. Me ha costado un kilo y medio escribir este capítulo porque estoy súper fuera de training, pero para mi sorpresa, esta historia sigue cosechando votos y comentarios positivos que me han animado mucho. Así que les traigo un nuevo capítulo, producto de exprimir todas mis neuronas a la vez. Les comunico que, así como voy, este fic se va a actualizar leeeeeentamente, pero no va a entrar en hiatus ni va a ser abandonado, porque cuando lo escribo recuerdo la mucha fe que le tengo, y lo mucho que me gusta el sendero que está tomando. Por lo tanto les pido paciencia y ánimos

Muchas gracias a todos los que me han votado, comentado y seguido a raíz de este fanfic. Por favor sigan así. Les dejo leer <3

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Steve Rogers había presenciado en su vida una buena cantidad de actos que él podría definir como "inexplicables". No le gustaba la palabra paranormal porque, dentro de todo, existía una lógica en cada cosa que había vivido, sólo que él no la alcanzaba a comprender. Tal vez no podía explicar con precisión científica muchas de estas situaciones, pero lo que estaba experimentando ahora se asemejaba a un vórtice extendido entre su pasado y su presente, que conectaba ambas épocas, extrayendo de los años cuarenta a un único personaje que vinculaba ambas realidades.

Lo tenía frente a él ahora: vestimentas militares negras, abrigo largo. La cabeza roja, de facciones huesudas, carentes de humanidad. Ojos que inexplicablemente se mantenían allí, brillantes en el entorno cadavérico que los alojaba, y que estaban puestos fijamente en él, midiendo sus reacciones.

―Pensé que habías muerto ―musitó, acercándose aún más. Dejó a Wanda tras de sí en un gesto protector; no quería involucrarla en una batalla que era absolutamente personal.

―Hay destinos peores que la muerte, Capitán. ―le respondió quien, hace setenta años, hubiera respondido al nombre de Johann Schmidt. Hoy, S.H.I.E.L.D. le reconocía bajo el alias de Cráneo Rojo: el primer enemigo del Capitán América. Un encuentro inconcluso que habría preferido no retomar jamás. ―Servirle a un tesoro en vez de poseerlo, por ejemplo... pero tú no lo entenderías. Veo que has tenido una buena vida, a pesar de los años...

―No me puedo quejar. He tenido más de lo que merecía. ―dijo el rubio, altanero, ignorando olímpicamente las enormes pérdidas que la vida le había agenciado en el corto plazo.

―El Soldado de América... acaba de perder todo y aún así se muestra modesto. ―Cráneo Rojo volteó sobre sus pasos, dándole la espalda. Steve pudo ver que empuñaba las manos en un gesto rábico, antes de volverle a prestar atención no a él, sino a la mujer que miraba la escena erizada como un gato. ―No sé cómo esa modestia te ha conseguido tan buenas compañías.

Wanda estaba en completa alerta, pero al saberse objeto de estudio de este extraño ser, su magia se expandió en un mecanismo de autodefensa que fue más instintivo que voluntario. No obstante, algo curioso sucedió: mientras más se le acercaba, más poderoso sentía el influjo de la gema; tiraba de su magia como si fuera un campo magnético, y su instinto le dijo que debía permitir el acercamiento. Se había vuelto tremendamente intuitiva desde que despertó del trance en el que el dolor por el final de la guerra la sumió, sus sentidos se habían agudizado al punto de abrirle una nueva dimensión en que sus poderes y ella conectaban mucho mejor. Confiaba en ellos, y se entregó a esta intuición primigenia.

Lo atrajo hacia sí como si anhelara su contacto, atendiendo al mensaje de su magia. Debía permitir el acercamiento.

―Pensé que yo no era de tu interés... ―murmuró, provocadora. Sintió la mirada de Steve sobre sí misma, y retuvo el impulso de entrar en su cabeza o poner pensamientos en ella. Tenía el control de esto pero necesitaba mantener la concentración.

Together through the hell - [Standa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora