Capítulo 6 [Final]

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Te quiero, incluso más.

Pasaron días en los que ninguno de los dos hermanos se dirigió la palabra. Ni siquiera se habían visto, ni por casualidad. Estando bajo el mismo techo se evitaban a toda costa.

Fue en esos días que Carlos decidió tomarse un tiempo, quizás vivir en otro departamento, salir de viaje o simplemente quedarse hospedado en un hotel. De lo que estaba seguro era que no podía vivir así, con el sentimiento al borde. Necesitaba tiempo para calmar su corazón, tiempo para pensar mejor las cosas e ir por la solución más viable.

Gracias a los ahorros que tenía guardados pudo financiarse una estacia en un hotel, no tan lejos del departamento que compartía con su hermano.

Cuando terminó de empacar algunas prendas de ropa y artículos de higiene personal, así como el cargador de su móvil y audífonos, se dirigió a la recámara de Daniel. Poco antes de repiquetear la puerta, la sensación de calor sobre sus mejillas se hizo presente al igual que la vergüenza. Pesó en su balanza mental qué tan bueno sería que simplemente se marchara dejándole un escrito en el refrigerador o si decirle directamente era lo mejor.
Antes de que pudiera hacer cualquier acción, la puerta se abrió, dejándose ver su hermano mayor.

Ambos quedaron estáticos en su lugar, sin saber qué hacer.

—Hey —mencionó Dani, luego de segundos de suspenso—. Tiempo sin verte.
—Bastante —contestó Carlos.
—Y, ¿qué tal? ¿cómo estás?
—Regular, ya sabes como es esto.

El hombre de ojos verdes asintió, un poco limitado de palabras. En ese instante el silencio junto con la incomodidad se instalaron entre ellos por otros prolongados segundos, hasta que Carlos habló.

—Hace un par de días que quería comentarte algo— dijo un tanto dubitativo.
—Adelante— incitó, igual o más dubitativo que su pequeño hermano.
—Quiero tomarme algunos días de descanso, lejos de aquí.
—¿Porqué?

Carlos le miró fijamente, obviando la respuesta sin necesidad de utilizar palabras. Daniel, al clavar de igual forma su mirada en quien tenía en frente, experimentó un vuelco en su pecho y algo de frío. ¿Se iba? ¿a dónde? ¿porqué?

—¿Y a dónde irías?— cuestionó Dani. Sentía que tenía el derecho de saberlo.

El menor se reservó la respuesta. No quería sonar despectivo o grosero pues no quería decirle en donde estaría. Sabía que tarde o temprano lo buscaría.

—Lo siento— musitó Daniel.
No quería herir (más) a Carlos pero era inevitable el insistir, el querer siempre saber todo sobre él.

Sin mediar palabras, Carlos entró de nuevo a su habitación para luego salir con una maleta, cerrando la puerta tras él. Se dirigió a la entrada y sin mayor impedimento, se fue.

El pecho de Dani se contrajo de dolor, inundando su ser de frustración y reprimenda. Qué coraje era saber que, a pesar de sentir lo mismo, no pudiera corresponderle de forma correcta. Qué ganas tenía de detenerlo y gritarle «¡quédate! Te necesito».

•••

No fueron mil meses de ausencia, pero si fue el tiempo suficiente para tranquilizar a su inquieto corazón.
Su presencia en las redes sociales fue escasa. Tampoco quiso dar señales de vida por esa vía. Pero al menos pudo estar más tranquilo.
Por todo ese tiempo estuvo bien, podía sonreír de nuevo, podía estar en paz.

Al final —y como mejor opción para los dos— Carlos decidió olvidar, o por lo menos enterrar sus sentimientos por Daniel. No quería perder a la persona más importante de su vida, y si sacrificar su corazón era el precio a pagar, lo haría. Además, no era un amor sano.

Debe ser suficiente con soñar [Tri8cho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora