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Erza no podía creer aún la aceptación que todos habían tenido con Gray, sabía que él había hecho algo, ya que nadie recordaba su lastimero estado aquel día que casi pierde su virtud en una bodega, además de que Minerva no había llegado a amenazarla en un buen tiempo, sin embargo, temía preguntar a aquel demonio y conocer la respuesta.

Levy explicaba la estrategia a realizar pero ella no podía prestar atención, sus ojos estaban en la cancha gemela, anteriormente era para ver a los gemelos Fernandes, pero, ahora sus ojos se centraban en un chico sin camisa con un extraño tatuaje en el pecho, debía admitir que significase lo que significase aquel tatuaje, podría quedar muy bien para sus uniformes y como logo del equipo.

Estaba tan concentrada en aquel hombre que no escuchó el reclamo de la pequeña chica de lentes que le  hablaba, ni se había dado cuenta que era la única que no estaba en la cancha y, al darse cuenta de aquello, solo se levantó como si nada, tratando de ocultar un pequeño rubor en sus mejillas.

El entrenamiento terminó y todas las chicas estaban hechas polvo, debían luchar lo más posible para derrotar a la escuela de Crocus y sobretodo, demostrar que eran el mejor equipo de fútbol soccer femenil y honrar a su fundadora quien ahora estaba en su último año de universidad.

Erza les dió las gracias a todas por estar ahí, felicitó a Cana y Mirajane por su juego, le dió consejos a Lucy, Juvia, Milliana y Lissana y ánimo a las demás a mejorar.

Todas sonreían y cuando llegaron los chicos del equipo gemelo, las invitaron a comer, a lo que Laxus Dreyar no perdió el tiempo para coquetear con algunas y Elfman Strauss se llevaba de ahí a Evergreen ya que deseaba privacidad con su chica.

Jellal se acercó a Scarlet y la invitó personalmente ante la atenta mirada de Gray a quien no le hacía nada de gracia, Siegrain por su parte invitó a Lissana y Gajeel Redfox a Levy.

Poco a poco todos iban teniendo pareja y la única que quedaba sin una era una joven peliazul, así que lamentándose por lo que iba a hacer, Gray la invitó, dejando deslumbrada a Juvia  y poniéndo celosa a Erza que no sabía porqué.
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Entre risas y juegos terminaron todos en la casa de Cana quien sacó algunas botellas de Sake de su padre (el profesor Gildarts) y asegurándoles que no habría problemas por tomarlas, empezó a servir a cada uno un poco, Erza trató de declinar pero no pudo ante la insistencia de las demás, así que empezó a beber.

Las primeras en caer fueron Kagura y Milliana, que eran de primer año, después Lucy, Levy y Juvia ya que Erza solo fingía beber, pues quería tener un ojo puesto sobre el Fullbuster, sin embargo, tres horas después, el único que no parecía afectado por la bebida era Gray, aún habiendo bebido más de una botella, ya que por su condición de demonio está no le afectaba.

Miró a Erza que se movía de un lado a otro y se recargaba en Simón, así que cansado de ello, la tomó entre sus brazos y la atrajo hacía él, lo que no esperaba era que ella comenzará a jugar con su torso y lo mirase inocentemente como una niña, a lo que el peliazul reaccionó poniéndose rojo de la vergüenza mirando con dedicación los labios rojos de tanto beber de aquella pelirroja que le robaba el aliento; ella jugueteaba pacientemente mientras decía incoherencias tipicas del alcohol y, de un momento a otro ella lo jaló de la camisa y lo atrajo hacía sí, besándolo dulcemente.

Era la primera vez que ella daba ese paso, así que Gray tragó saliva y envuelto en sensaciones nuevas para él, profundizó aquel beso de una forma en la que antes nunca lo había hecho, deseando que aquel momento mágico nunca acabase, porqué, el sabía que ya no podía estar sin ella y que haría lo que fuese para tenerle, así fuese llevársela con él al infierno mismo.

Sexy DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora