13°

98 8 2
                                    

A partir de aquel encuentro con Lyon, Erza volvió a ser la misma chica de antes, jovial, con personalidad e imponente, todos habían olvidado a Gray, tal parecía que jamás lo hubiesen conocido, claro a excepción suya y de Lyon; pareciese que su presencia solo hubiese sido un sueño, pero, ella sabía que era real, su corazón se lo gritaba y su alma lo añoraba.

Muchos chicos trataron de conquistarla pero ella siempre cerraba su corazón pues no quería enamorarse; el invierno llegó y ella lo abrazo con ahínco recordando a aquel ser de mirada seductora, días vinieron y días fueron y ella trató de verse como siempre, sin embargo, ella no era la misma, ella amaba a Gray y, guardaba un secreto, se había empeñado en buscar devolverle la "vida".

Día tras día buscaba en internet, en bibliotecas y en librerías, algún libro o artículo que le dijese como devolverle lo perdido, aunque, aún no tenía éxito alguno, fue con psíquicos, adivinos y demás, pero nadie tenía respuesta, ante aquello, Lyon se conmovió e intentó ayudar, creando un vínculo con ella, pues aparte tenía la esencia del peliazul impregnada, por lo cual ambos se hicieron amigos.

El tiempo pasó y ella llegó a la universidad siguiendo su anhelo de volver a verlo, el tiempo no se detenía y era inclemente pero ella no daba marcha atrás, tenía una beca deportiva y era muy popular, Gray le cumplía sus anhelos desde la tumba y ella lo sabía, aún así no se dejaría de sentir vacía hasta volver a verle.

Cierto día, Lyon llegó con un libro muy maltrecho el cual ofreció a la pelirroja y como siempre se marchó sin decir nada, pero esa era su forma de ser y sabía que regresaría después con otro libro y que ambos se pondrían a buscar e intentar, no obstante, en esta ocasión ella empezó a buscar por su cuenta.

Tomó el libro y empezó a hojear, las inscripciones eran muy confusas y estaba en más de un idioma, preguntándose de dónde lo había sacado aquel demonio, pero, no dándole tantas vueltas al asunto; había aprendido latín solo para eso, no era muy buena pero podía leerlo medianamente bien, así que se detuvo en una página en específico y comenzó a leer, abriendo grande los ojos.

Se llevó las manos a la boca y enseguida empezó a correr por toda la casa buscando entre las alacenas y demás lugares llevándola a que varios objetos cayeran y el desorden creciera, pero eso a ella no le importaba.

Llegó y dejó todo en el suelo, después fue por un botiquín y se puso algunas venditas en la cara y empezó a hacer el ritual que marcaba el libro, ya otras veces lo había intentado al lado de Lyon pero ahora ella creía que ese en verdad podría funcionar, tanto así que se arriesgo sin la protección que aquel demonio le brindaba, esperando funcionase y, aunque ya estaba cansada de solo ilusionarse, ella no se rendiría,  ya que se lo debía a aquel que le robó el corazón.

Agregó el toque final y empezó a pronunciar las palabras adecuadas a la vez que quemaba un mechón de su cabello como parte del vínculo que tenía con Gray, siguió diciendo cada palabra al pie de la letra o, al menos eso intentaba, pues aquel libro tenía muchas letras borradas e inclusive la chica temía que se despedazara en cualquier instante; todo parecía ir bien y al momento de terminar, ella esperó, pero, no hubo nada, entonces de la nada las velas que había encendido se apagaron y un aire frío recorrió su columna vertebral, tal y como en la primera invocación, emocionandose, sin embargo, los minutos pasaron y aquella espero se tornó tortuosa, nada aparecía, tal parecía que aquello no había funcionado llevándola a llorar con amargura mientras gritaba su nombre en la penumbra...

Sexy DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora