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Ella lloraba sin control, todo había sido tan rápido y sus sentimientos se agolpaban en su cabeza como un enjambre de abejas, no podía creer aquello, así que sin creer su realidad lo buscó por todo su hogar sin encontrar rastro alguno y ya vencida, cayó en su cama mientras abrazaba la almohada; el tiempo transcurría pero ella no era consciente de su paso.

La mañana llegaba y ella era bañada por los tenues rayos de sol que se colaban, sin embargo, no quería hacer nada, solo murmuraba.

-No pude estar con él, no pude, solo veía a Gray cuando estaba entre sus brazos, se suponía que lo amaba y con él sería la primera vez que haría aquello, pero, porqué, porqué me duele tanto que él se haya ido, porque mi corazón está deshecho, porqué quiero  ir con él, porque no pude hacerlo con Jellal, porqué se tuvo que ir, yo..., porqué no puedo admitir lo que siento-.

Su casa solo estaba plagada de sus lamentos, no había más sonido que el de aquella mujer y sus demonios.

Esa semana, ella no fue al colegio, Natsu trató de entrar a la casa pero no pudo, ella se había encerrado bien, Mirajane, Cana, Lucy, Kagura, Milliana y demás chicas habían ido a buscarla, pero nada, era como si la casa estuviese vacía, por su parte Jellal, Siegrain, Simón, e inclusive Laxus también la habían ido a buscar, pero ella seguía sin aparecer, tal parecía que se la había tragado la tierra.

Entonces, un día mientras ella despertaba y aún estaba en pijama, se percató de que había alguien con ella, levantándose rápido para ver si era Gray, pero, en su lugar encontró unos ojos que la miraban con fiereza y rabia, reconociéndolo como el goleador estrella de Crocus aquel con quien Gray peleó.

-¡¿Cómo entraste?!, ¡¿Qué quieres?!-.

Lyon se acercó a ella y se detuvo antes de estar demasiado cerca:-como sabes, soy Lyon Vastia-, sonrió altivamente y siguió:-eres patética, no sé qué te vio-.

-De que Diablos hablas, ¿qué haces en mi casa?, ¿cómo entraste?-.

-Gray era mi hermano, al menos así ambos lo  creíamos, él y yo tuvimos la misma maestra, también nos criamos juntos, la diferencia radica en que él era menor que yo y siempre fue un estúpido egoísta; mujer, deja de lamentarte, él te entregó su vida, acaso piensas desperdiciarla, si es así, yo acabaré con tu agonía y conservaré para mí la esencia de mi hermano, porqué tú, mujer ingrata no la mereces, sabes que con ella eres capaz de cumplir todos tus deseos, la vida de un demonio y su esencia no son cualquier cosa, tú, infeliz, ¡Estás deshonrando la memoria de GRAY¡, así que levanta tu trasero y vive, sino, el habrá muerto en vano-, aquello último lo dijo inundado en lágrimas, a la vez que Erza tragaba saliva y lloraba pues sus palabras eran tan ciertas.

-Así que tú eres un demonio también-, dijo la mujer en tono bajo.

Lyon no contestó pero asintió:-Eres la persona que Gray decidió amar y aunque no me guste, esa es la realidad, si tú mueres su muerte será en vano y él no podrá descansar en paz y, aunque odie admitirlo, él tiene en mayor parte la culpa, un demonio se condena solo, al enamorarse, y él eligió renunciar a todo porqué creyó que tú serías feliz así, pero, como yo lo veo, el muy idiota solo se equivocó, pues puedo ver que tu estás  igual o más loca que él al enamorarte de ese tipo, bueno..., Ya no diré más, tú decides qué hacer humana, solo piensa lo que te dije, debo irme, mi contratista debe de andar buscándome-, así Lyon se fue antes de siquiera poder pronunciar palabra, dejándola sola con sus pensamientos y reflexionando sobre lo que estaba haciendo, tomando una decisión, no se daría por vencida...

Sexy DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora