-Ultrón sabe que vamos, tal vez sea un campo de batalla, ese es nuestro trabajo, pero el publo de sokovia es inocente, nuestra prioridad, es sacarlos. La sokoviana con sus poderes se entrometía en la cabeza de los sokovianos. La francesa, usaba sus dones para con los sokovianos de la misma forma, sus ojos volvían al carmesí...
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Y sonría con autosuficiencia, puesto que lograba tener el control en más sokovianos que la gemela, podía sacar a todos de sokovia en cuestión de minutos. Pero no podría hacer eso... -Su hombre está en la Iglesia Sr. creo que lo espera-informó la I.A FRIDAY. -Bien, Alina, una ayudita-pidió. La francesa bufó y se encaminó hasta la posición del millonario y del robot. -¿Vienes a confesar tus pecados? -preguntó. -No lo sé, ¿Cuánto tiempo tienes? -Más que tu-le dijo. -Ehh, ¿Usas esteroides? El vibranium, no lo sé, no lo quiero decir, ehh, te vez...Robustito. -Haces tiempo para proteger al pueblo-dijo. -Ehm, bueno, esa es la misión, teóricamente -informó.- -He sobre pasado tú misión, soy libre. ¿Qué creíste que eras el único haciendo tiempo? -Es el vibranium restante sr. uso, aún incierta-informó. -Maldición-dijo la francesa a través del comunicador. El rubio vaya que quería reprenderla, pero se guardó sus palabras para después. -Stark, es dificultoso correr con el traje, estoy a unos metros de llegar. -Tal vez, quieras apresurarte-le dijo. Los robots salian de la tierra, eso, retrasaría a la francesa. El plan de Ultrón, inició.... [...] -¡Ah, maldición!-exclamó. Un robot la había derrivado, desde el suelo la francesa usó su mayor ventaja, la crioquinesis. Congeló al robot, otros la atacaron disparando de si, pero un campo magnético la cubrió, la rubia se sorprendió, era una chica, una chica morena, alta y con ojeras notables. -No bajes la guardia, Alina, creí que serías más fuerte. -Alissa...Alissa Ferguson, ¿Cómo saliste?-preguntó. -Tengo amigos, Charles Xavier y sus amigos te quieren conocer, pero, por ahora, la prioridad es Ultrón, yo, yo no puedo quedarme aquí, no por mucho, estaré detrás de ti, cuando todo esto termine, me iré, proyecatré en tu mente, la ubicación. La morena hizo parecer una botella de cerveza, la francesa sonrió y siguió su camino congelando los robots a su paso.
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-Stark, estoy en camino-murmuró para si misma. La francesa llegó a la Iglesia, en ese momento, Stark salió volando, era momento de que la francesa hiciera su parte. -¡Ultrón!-gritó- [...] -¡Corran, huyan!-gritó el rubio. En el momento en que el rubio dijo esto, la voz de su francesa se escuchó por el comunicador, "¡Ultrón!" En el momento, el cuerpo del rubio peleaba contra los robots, pero su mente y corazón estaban pensando en su rubia, ella sola, con Ultrón. -Dime que no estás sola con Ultrón-habló. -Perdón -le dijo. La rubia se quitó el comunicador, no quería oír quejas ni era momento. -¡Alina! ¡Alina!-exclamó... nada. [...] -Alina-sonrió. La francesa formó una sonrisa en su rostro, de sus manos emanaba hielo y escarcha, el robot la atacó y un campo magnético la volvió a proteger, Alissa... -Paz en nuestros tiempos -le dijo. La francesa congeló sus manos, después los pies y se acercó al robot, el robot quitó el hielo en su mano izquierda y atacó a la morena. -¡Alissa!-gritó. -Alisa, ¿Eh? Vaya que he oído de tí, una mutante, increíble. -Vete, puedo yo sola. La morena hizo un último truco com su típica sonrisa. -Te arrepentirás, idiota. Dicho esto Ultrón volvió a sonreír, la francesa soltó una carcajada cuando vió que sus pies seguian congelados. Ultrón vio aquello, bufó y le dio un golpe a la rubia sacándola a volar y golpeando contra un muro, rompiendo de él, haciendo su golpe aún más fuerte. -Mierda.-dijo, aún consiente congeló completamente a Ultrón, lo levitó y lo golpeó contra un muro destruyendolo.-Creo, creo que ya... La rubia fue interrumpida por una voz, una voz robotica. -Vaya, que bueno que no era yo-dijo riendo, la rubia refunfuñó quejándose. El robot la tomó de los cabellos y la miró a la cara sonriendo. -Y pensar que te quería de mi lado. La tomó del cuello haciendo presión en su agarre. La francesa se sacudía y quería librarse del agarre, pero no podía, congelaba su mano, era inútil.
