「 Escenarios 」Kaminari Denki.

5. ⚡

Me preocupas...

Tal vez, Kaminari Denki no era la mejor persona. Puede llegar a ser un tonto quizá, pero solo era distraído.
Un hermoso rubio distraído, estabas perdidamente enamorada del rubio eléctrico.
Aunque su trabajo como héroe le quitaba la mayoría de su tiempo a tu lado, raramente el estaba en casa.

Por tu suerte, Kirishima Eijiro te hacía compañia, el también era héroe, pero tenía tres días de descanso de siete.
Aparte de ser su vecino de departamento.
Pero esta era la excepción, Kirishima y Kaminari tenían día de trabajo juntos, por lo que, ahora te encontrabas haciendo la cena para cuándo llegara tu prometido Denki.
Hace seis meses, Denki pidió tu mano en matrimonio; claro, no se salvó de la mirada asesina de tu padre, pero tu madre estaba aliviada de que al final diera un paso más.

Por ahora viven en un cómodo departamento, con sala, cocina, dos baños y una enorme (no tanto... Pero si comoda) habitación. ¡Cierto! Y un Kirishima de vecino.
Tan concentrada estabas en tu mente, que no sentiste aquellos brazos que abrazaban tu cintura y una barbilla recargada en tu hombro para descansar.

— Llegaste más temprano de lo habitual... ¿A qué se debe? - Le preguntaste al rubio eléctrico quién estaba cansado de tanto trabajo en la agencia de heroes, pero eso no te distraía de aquella cena de curry que estabas preparando para ambos.

— Me mandaron a casa... - Bostezó con cansancio - No puedo entrar a una zona llena de gases que probablemente son flamables y dónde hay agua por todos lados... - Otro bostezo - No están a mi favor...

— ¿Cómo? ¿Porque lo dice– Oh... Ya entendí... - Dijiste cuando comenzabas a pensar sobre el Quirk de Denki, ¿Electricidad en agua? ¿Electricidad en gases flamables? No es una buena idea.

— ¿Estás muy cansado? - No hubo respuesta - ¿Kaminari? ¿Estas dormido? - Sin respuesta - ¿Denki? ¿Denki? - Seguías insistiendo, bueno hasta que sentiste que Kaminari te dejó de abrazar para ir a la habitación que ambos compartían, claro está, tenía sueño y estaba cansado.

Le restaste importancia, seguías en la cocina. Al terminar de preparar la cena, lo que hiciste fué comer sin tu prometido.
Claro está; no quiere que le molesten, así que, sola, comenzaste a comer de forma tranquila. Algo raro, ya que Kaminari siempre te hacía reír con sus raras anécdotas y sus historias de cuando él era joven y estudiaba en la U.A.
Al terminar, separaste un poco para Kaminari, ya que, el siempre despertaba con hambre, era obvio.

Y como no tenías nada que hacer, decidiste marcar al joven Midoriya, sabías que su trabajo como símbolo de la paz era difícil, pero el podría pasar un tiempo contigo, siempre lo decía.
Un tono... Dos tonos.... Al tercer tono alguien había levantado el teléfono de la casa Midoriya.

— ¿Hola? ¿Quién marca?

— ¡Señora Midoriya! ¡Lamento las molestias! ¿Se encuentra su hijo, Izuku? - Respondiste algo apenada, talvez interrumpiste a la señora Midoriya en sus labores.

— ¿Buscas a Izuku, (Apodo)? ¡Claro! Raramente hoy tenía el día libre, con gusto yo lo llamo linda. - Dijo la señora para después dejar el teléfono y ir en busca de su hijo, reiste al escuchar como su madre le regañaba en el camino.

— ¿Disculpe? - un bostezo - ¿Que quiere?...

— Para ser el símbolo de la paz, contestas con mala gana al teléfono ¿Eh Izuku? - Dijiste con gracia, sabías que al otro lado de la línea había un Izuku sorprendido y sonrojado hasta las orejas pidiendo perdón.

— ¡(Nombre)-Chan! ¡Lo siento tanto! Pero, mi trabajo como símbolo de la paz me deja agotado... ¿Necesitas algo?

— Si, esto, ahora que tienes día libre... Me preguntaba, ¿Te gustaría ir a tomar un café? Denki llegó y inmediatamente se fué a dormir, ahora mismo no tengo que hacer y probablemente alguna de mis amigas estarán ocupadas, eres mi último recurso Izuku-kun...

— Claro, claro. No te preocupes (Nombre)-chan. Nos vemos en el parque central dentro de poco.

— ¡Espero con ansias, Izuku-kun!...

Cierto rubio se encontraba caminando de un lado a otro en la sala de su hogar, con un pelirojo en la misma situación, pero un poco más calmado.
Hace siete horas que cierta castaña no regresaba a casa, eran las dos de la mañana.
Eso y tampoco había rastro de el joven Midoriya, habían llamado a la madre de el antes mencionado.
Kaminari se encontraba muy preocupado por qué su amada no regresara dentro de poco, y si no lo hacía, el mismo saldría para buscarla en todo Japón si era necesario.
Kirishima estaba más preocupado por su amigo y compañero de trabajo que por la novia de este, ya que, el rubio estaba liberando ciertas descargas eléctricas por los nervios, la preocupación y el estrés.

Eso hasta que la puerta del apartamento fué abierta revelando a una castaña risueña acompañada de un joven alto peliverde.

— ¡¡(Nombre)!! - Gritó alegre el rubio al ver que estabas sana y salva, corrió rápidamente hacia tí y te abrazó con fuerza mientras liberaba ciertas descargas eléctricas.

— ¡Niña, nos tenías preocupados a los dos! ¡Eso no es nada gentil! - Dijo Eijiro al ver que estabas acompañada de Izuku.

— ¿Preocuparlos? Pero... - Callaste al ver el reloj de muñeca del rubio, cuya hora marcaba las dos de la mañana y 38. - Olvidenlo... Un momento... Denki ¿Estas llorando?...

— ¡No estoy llorando! ¡T-Tengo basura en los o-ojos!

— Definitivamente; está llorando. - Contestó con una risa el peliverde.

— ¡S-Solo me preocupé por tí! ¡Nunca me h-hagas eso (nombre)! - Dijo el rubio con su rostro lleno de lágrimas mientras te abrazaba fuertemente y recostaba su rostro en tu pecho, sollozando.

Aunque no lo pareciera, Denki haría lo que fuera por tí.
Aun a sí, si eso le cuesta recorrer todo Japón o ir al otro extremo del mundo.

Porque le preocupas y te ama demasiado.