18. ⚡

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Por .

(( Ggggh.... No tengo ideas, lamento si no quedó bien. ¡Lo siento! QnQ ))

 ¡Lo siento! QnQ ))

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ChangerBolt y Afrodix.
Un par de héroes que lo dan todo por los ciudadanos y sus compañeros.
Ambos se ponen en riesgo el uno por el otro.

Si los separas, de alguna forma se vuelven a encontrar. Juntos pueden ser fuertes pero si uno se encuentra en peligro se vuelven débiles.

Pero, ¿qué sucede?, Afrodix no ah hecho sus actos heroicos desde hace tres semanas, se rumorea que la pareja espera a un primogénito.

Vaya gente chismosa...

— Sabes, extraño volver a ser Afrodix... Quiero hacer algo por los ciudadanos. - Comentó la mujer que se encontraba sentada en su cama, junto a su prometido.

— Pues, no puedes. Tienes que cuidarte, no puedes andar por allí salvando gente mientras estas embarazada. - Comentó el rubio que recargaba su cabeza en el regazo de la contraria, viendo determinadamente un pequeño bulto en el vientre de su mujer.

Los chismosos tienen razón...

— Es aburrido estar encerrada todo el día, Denki. Quiero ir y volver a hacer de las mías junto a ChangerBolt, Denki....

— ¡Pero!... ¿Y si te sucede algo? ¡No, no, no, no, no! - El rubio se levantó de la cama mientras se agarraba la cabeza. - Puedo imaginarme demasiados escenarios...

— Creo que estas... Histérico. - La mujer se levantó y abrazó a su prometido, el cual correspondió el abrazo. - Nada malo me va a suceder, Denki. Eso estoy segura.

— Mientras yo éste aquí. - Dijo el rubio mientras apartaba los cabellos de la frente de su prometida y besaba la misma área. - Porque yo todo lo haría por ti.

— 🌻 —

Siete meses...

Su embarazo ya lleva siete meses, y aquel pequeño bulto ya no era tan pequeño. A Kaminari le encantaba recostarse en el regazo de su prometida y que esta le acariciara sus cabellos.

Esa era su rutina después del trabajo. Justo en ese momento iba directo a su hogar, dónde su amada prometida le recibiría con los brazos abiertos.

Pero al llegar al lugar indicado, las cintas policíacas se lo prohibieron. ¿Que sucedía?...

Pero su corazón se detuvo un momento al ver la mujer que estaba en camilla, y sus bellas ropas teñidas de un rojo escarlata.

— U-Un momento... - Tartamudeó. Intentó pasar entre los policías, pero le era imposible. - ¡Esperen! ¡¡Soy su prometido!! ¡Déjenme pasar!...

Y con tal desesperación, logró pasar entre los oficiales. Para poder llegar a su amada que era conectada a un montón de máquinas.

Aquella escena que no quería ver, sucedía frente a sus ojos. La mirada de su amada conectó con la suya, sus ojos estaban cansados y brillosos.

Con sus últimas fuerzas tomó a su amado del rostro para subir y acariciar sus cabellos dorados y jugar con los negros. Una sonrisa débil se formó en su rostro.

— Yo te amaré.... Siempre... Lo haré, Denki. No importa si muero, renaceré y te encontraré... - Dijo entre jadeos, tomó la mano de su amado y la colocó en su abultado vientre. Sintiendo los débiles movimientos de una criatura.

Kaminari estaba al borde del llanto, pero se quería ver fuerte ante su prometida, diciendo que el estaría bien. Que cuidaría a la pequeña criatura que ambos cuidaron con aprecio durante siete meses.

Sus esfuerzos por formar una familia no se desperdiciarían, por última vez, recostó su cabeza en el regazo de su amada y acarició el abultado vientre. Dónde yacía su primogénito.

Mientras la joven cerraba los ojos al dulce tacto del cariño, su respiración calmada y débil. Esperando un final.

— 🌻 —

— ¡Otra vez! ¡Otra vez! - La joven niña de no más de cuatro años se encontraba saltando en su cama, aclamando por otra historia de la legendaria Afrodix.

— Ai.... ¡Ai!, ¡Ai! - El rubio tomó a la niña de mechas (color) entre sus brazos. La pequeña niña se calmó al instante por el miedo al regaño. - Es hora de dormir, Ai. Mañana te contaré otra historia, ¿Bien?...

— ¡P-Pero!... - Hizo puchero. La mirada amenazante de su padre se hizo presente. - ¡Bien! ¡Bien! ¡Buenas noches, otosān! - Y con rapidez, se acostó entre las frazadas rosadas.

— Que descanses, Ai. - Su padre apartó sus cabellos rubios con mechas (color) de su frente para besar la misma zona. Se levantó de la pequeña cama y salió de la habitación, sin antes mirar por última vez a la niña.

Gracias al milagro, la pobre Ai pudo sobrevivir un infierno, y escapar de la muerte al tener apenas siete meses.
La pequeña niña era la viva imagen de su madre.

El rubio miró el marco de una foto que se encontraba en aquel pasillo blanco.

Exactamente la imagen de su difunta prometida, sonrió con melancolía.
Aún creía en su promesa, no importa cuando o donde; ella renacería para poder estar a su lado una vez más.

Porque lo harían todo el uno por el otro.

「 Escenarios 」Kaminari Denki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora