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Aguas termales

¡Lime!

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Calor.
El calor se encontraba en el aire, el vapor de aquellas calidad agua se hacía presente, los bruscos movimientos mecían aquel cálido líquido satisfactorio.
Pero la satisfacción que sentía ambos cuerpos no era causado por aquellas aguas termales, aquella satisfacción era la lujuria que comenzaba a cegar su vista. Los provocativos besos y los rodea voluntarios se sentían completamente placenteros, querían llegar a algo mas.
Nada los detiene, están solos.

— Alguien puede venir... - Jadeó, estaba apoyándose en el borde de piedra de aquel relajante lugar. - N-Nadie puede vernos así... - Ahogó un gemido al sentir que aquel chico rubio mordía la parte trasera de su sensible cuello, que por cierto... Ya estaba lleno de mordidas y pequeñas marcas moradas...

— Tranquila, estoy seguro de que nadie vendrá... Ya es muy noche, deben estar todos dormidos... Solo estamos tú y yo... ~ - Dijo con calma, tratando de relajar a la chica que estaba debajo suya, volviendo a besar su cuello eh ir a sus hombros. Causando un suspiro de placer por su parte, estaba listo para el siguiente paso... - ¿Porque no mejor vamos más allá del límite? ~

— ¿Límite? - Jadeó.

Pero se sorprendió al sentir algo introducirse en lo que sería su interior. Inclinó la cabeza hacia arriba, el éxtasis le estaba matando.
Mientras el rubio movía aquellos intrusos que estaban dentro de la chica, sus dedos formaban tijeras. Procurando no hacerle daño.
Mientras la chica se agarraba fuertemente de aquel borde di piedra, el cual ya tenía rasguños visibles hechos por la chica.
La excitación le estaba ganando al rubio, por lo que estaba un tanto ansioso por terminar con aquel dolor que sentía en su entrepierna.

Con delicadeza sacó aquellos dedos para después tomar a la chica y voltearla, la cual inmediatamente se agarró de su espalda y ajustaba sus piernas a la cintura del rubio.
Kaminari procedió a frotar el falo de su miembro con la humeda entrada de la (color).
El rubio soltaba sonoros suspiros a tal exitación que sentía, mientras la chica aún se aferraba a la espalda del rubio el cual se encontraba húmeda por el vapor de aquellas aguas termales.

— Avisa... Sí es que duele, ¿Vale?... - Dijo el rubio para después ver cómo la chica asentía con la cabeza. Estaba lista. - Muy bien, voy a entrar...

Tomó el falo de su miembro ya erecto, y lo introdujo en la entrada de la joven. Quién en defensa al dolor enterró sus uñas en la bien formada espalda del rubio, que se quejaba en bajo por el dolor.
Al estar dentro, sintió como las paredes de la chica apretaba su miembro causándole un leve suspiro por aquella sensación.
Y aquel fluido escarlata se disipaba en el agua caliente.
Dejó de sentir el dolor en su espalda, ¿Era una buena señal? Así que, con cuidado comenzó a moverse, mientras la joven se aferraba a su espalda causando leves rasguños en esta.
Sus movimientos eran cuidadosos, lentos y precavidos. Pues aquel fluido escarlata seguía saliendo del interior de la chica, debía tener cuidado pues a ella sentía dolor, la exitación se había esfumado.
“¿Tanto duele?... ¿Soy el primero?... Talvez..."
El rubio tomó el rostro de la (color) para intentar calmar su dolor con un suave beso y detener sus movimientos, a qué está se acostumbrara a la sensación que sentía.

— ¿Duele demasiado?... - Preguntó entrecortado, pues comenzaba a recuperar el aire que había perdido con aquel beso. La chica negó. - ¿Quieres que siga?... - Miró a la joven delante suya, mientras sus ojos (color) lo observaban brillosos, ella se encantó con sus ojos dorados. Asintió. - Tú, solo avisa si duele... Y yo pararé...

La chica volvió a asentir, mientras volvía a sentir aquel dolor pero de una forma más leve, comenzando a sentir la exitación que comenzaba desde su vientre hasta su cuerpo entero.
Recostó su rostro en el hombro del rubio, sintiendo como este seguía sus movimientos en un Vaivén lento y cuidadoso. Estaba sufriendo, pues está intentaba buscar más contacto.
Pues chocó su pecho con el del rubio quién la sujetó de los glúteos y está hacía rasguños intencionales en su espalda al igual que mordidas levemente marcadas.
El rubio al no sentirse satisfecho, comenzó a aumentar la velocidad de su Vaivén, para que esté se convirtiera en embestidas profundas, causando más placer a ambos cuerpos.

Pero de forma inesperada la chica soltó un sonoro gemido, pues el chico había tocado el tan conocido punto "G", el que hacía las cosas más sensatas.
Una idea se cruzó por la cabeza del rubio. Cuidado salió del interior de la chica para sentarse en un escalón que se encontraba dentro de el agua, tomando a la joven y sentando la encima de su falo, tocando de nueva cuenta aquel punto dulce de la joven de hebras (color).
Y comenzó, con rápidos movimientos tocando aquel punto dulce que hacía gemir a la contraria, ella decía su nombre causándole total exitación. Le gustaba que dijera de tal manera su nombre, le gustaba demasiado.
Con una mano comenzó a manipular el seno derecho, mientras que con la otra mano libre manipulaba el clítoris  de la chica, aumentando la exitación en ella y haciendo que sus paredes apretaran el miembro que salía y entraba de su interior.

El agua que rodeaba ambos cuerpos se movía con descontrol por los bruscos movimientos de ambos cuerpos humanos.
Haciendo sonoros gemidos de "olas" junto a los gemidos y los suspiros de ambos jóvenes que unían sus cuerpos.
El rubio mordía y marcaba la espalda y el cuello de la joven, haciéndolo "suyo" pues las marcas se estaban haciendo demasiado visibles por su blanco piel, su blanca y delicada piel.
El éxtasis... El éxtasis estaba a punto de consumirlos por completo, listo para llevarlos al placer entero y el clímax.
Sintió un leve dolor en su falo, pues las paredes vaginales de aquella chica comenzaban a apretar demasiado, aún así siguió con sus bravas embestidas.

Los gemidos de ambos se hicieron presentes, mientras el rubio dejaba las acciones de sus manos y abrazaba el cuerpo de la (color) y recargaba su pecho en la espalda de ella, tratando de aumentar la velocidad de sus embestidas.
Estaba a punto de llegar al tan deseado clímax, mientras aquella chica soltaba un largo gemido, llegando al éxtasis.
Pero Kaminari aún no terminaba, se apegó al cuello de la chica escondiendo su rostro, mientras está abrazaba sus cabellos rubios y seguía sintiendo el placer.
Las paredes vaginales de la chica apretaban aún más, causándole absoluto placer, y una leve corriente eléctrica se hizo presente en su cuerpo. Para después llegar al clímax y terminar de llenar a la de hebras (color) con su escencia.
Dando unas lentas embestidas y salir de la chica. Mientras esta aún abrazaba sus cabellos rubios, pues ella también había sentido aquella leve descarga y se sentía agotada, pero no tanto como Kaminari.

— Yo... - Habló entrecortado el rubio, que aún se abrazaba al cuerpo de la joven - Te amo demasiado... ¿Lo... sabías?... - Dijo mientras recuperaba el aliento. -

— Je... - Ella soltó una dulce risa mientras comenzaba a acariciar lo húmedos cabellos del rubio, en especial sus cabellos negros, pues le encantaban. - Lo sé, Denki. Yo también lo hago... - Concluyó.

Para después besar tiernamente los cabellos rubios de Kaminari.

— 🌻 Extra 🌻 —

— ¡Oye, bro! - Habló un sonriente pelirrojo de mirada escarlata. ¿Porque tantos rasguños en tu espalda? ¿Que te sucedió?

— ¡Oh! - El rubio se puso nervioso. - F-Fué... ¡M-Mi gato!...

— Oh, pobre mínimo... ¿Que le hiciste? ¡Hombre! - Preguntó, pensando lo peor para el pobre gato que había visto una vez que fue al hogar de los Kaminari.

— N-No estaba de humor... Jeje...  - Mintió. - « Claro, mi gato es de color (color), tiene ojos (color) y tuvo relaciones conmigo en las aguas termales de campamento, ¡Causal! » Pensó irónico...

— Pobre gato... - Se lamentó el pelirrojo teñido.

Claro... Un gato.

「 Escenarios 」Kaminari Denki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora