Aún no terminaban de recomponerse de las bajas del día anterior cuando ahora tenían que lidiar con nuevas. No obstante, no podían darse el lujo de llorar a sus muertos, en los momentos de guerra cualquier instante perdido podía significar la diferencia entre la victoria y la derrota, entre la vida y la muerte. Los soldados sobrevivientes se encargaron de llevar los restos de los caídos al tercer compartimiento a la espera de un nuevo día para ser enterrados. Abrigados lo mejor que pudieron salieron en busca de todo aquello que les pudiese servir de los rebeldes para llevarlos hasta el camión. Solo dos terroristas habían sobrevivido. Los esposaron y después de un largo interrogatorio (lleno de patadas y bofetadas cortesía del teniente) los ataron en un rincón del cuarto compartimiento. De sobrevivir serían entregados a los superiores. Ahora no restaba mucho por hacer, solo esperar que al fin amaneciera para tratar de salir de aquel nefasto lugar.
Por segundo día consecutivo el clima parecía estar de su lado. El cuarto compartimiento del camión ahora ostentaba un gran agujero y se encontraba casi totalmente lleno de nieve. Solo uno de los dos terroristas había logrado sobrevivir y rogaba por su vida.
-Estas basuras no merecen ser dejadas con vida, -se expresó con desprecio el teniente Frakmur- son solo unas bestias oportunistas que de alguna manera se enteraron que transportábamos la vacuna y querían hacerse con ella para venderla en el mercado negro.
El resto de los soldados lo miraban con desprecio, Botaliko le apuntó con su arma en la cabeza e inmediatamente el sujeto comenzó a llorar rogando por su vida. Krisnakan hizo que la bajara, diciéndole que no valía la pena. La gran estrella amarilla brillaba en medio de un cielo amarillento y despejado. Era un hermoso día del cual nadie disfrutaba, excepto quizás Blakgud que se limitaba a contemplar en silencio el desarrollo de aquellos eventos.
Después de largos y tortuosos días con el esfuerzo de todos y con la ayuda de los vehículos de los terroristas, finalmente pudieron mover el camión y colocarlo sobre las vías. Después de unas cuantas reparaciones de emergencia, ajustes y verificaciones de último momento, ahora estaban nuevamente en camino a la apartada ciudad de Golgot-Kan. Momentos antes, el teniente había ordenado a sus soldados hacer estallar los vehículos militares para que nadie pudiese tomar nada de ellos. Ese día después de largas horas sin comunicación lograron contactarse con la ciudad. Un convoy estaba en camino a su dirección, a juzgar por la velocidad a la que ahora estaban viajando y por el tiempo en que había salido el convoy, al día siguiente se encontrarían con ellos.
Y así fue...
***
Pasaron los días, el camión había logrado llegar con su cargamento intacto. Interminables colas se hicieron para recibir las vacunas que les brindarían una esperanza de vida a ciudadanos que hasta hace un par de días solo esperaban ser alcanzados por la muerte. Muerte que se empeñaba en cubrir con su manto aquella desdichada y casi inaccesible ciudad.
***
-No tengo problemas en seguir realizando transportes a este y a otros lugares a los que nadie quiera ir. -Dijo Blakgud extendiendo su mano para despedirse del teniente una vez cobrado su part- Siempre y cuando se tomen medidas para evitar los percances que tuvimos.
-No se preocupe por eso señor Blakgud -respondió el teniente FRAKMUR dándole la mano- yo me encargaré de que se tomen en cuenta todas las medidas necesarias, para evitar bajas.
Blakgud, se despidió de los restantes soldados antes de abordar su reparado camión (su nueva misión sería despejar la vía antes de volver al centro de asignación de cargas, en búsqueda de una nueva encomienda).
-¿Aún sigue pensando que el viaje fue emocionante? -le preguntó el soldado Albazir a Blakgud antes de que se marchase.
-Joven, me emociona el peligro, el sentimiento de estar ante algo desconocido y desafiante a lo que debes enfrentarte. No me emocionan en lo absoluto los muertos. Si es que a eso te refieres.
Blakgud se dio media vuelta montándose en su camión y marchándose lejos de la ciudad.
¿El Final? ...
Si recibe suficientes buenas criticas y así lo desean puedo pensar en hacer una segunda parte...
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La bestia del norte
AdventureLa bestia del norte y el cargamento Un camionero experimentado de un planeta helado es contratado para llevar junto con unos militares una carga muy valiosa a una ciudad remota. El viaje estará lleno de toda clase de peligros naturales y no naturale...